Jasper Frost

XXII

Pasó una semana y no supe nada de Travis ni de Cook, ellos sabían que la Princesa había abandonado Inglaterra porque estaban todos en Nevada.

Todos los refugios de mi Padre estaban llenos de sus hombres, era imposible llegar a él directamente.

 -- Supe que querías verme—dice Vicent,   quedé congelado, contando los segundos para sacar mi pistola. 

 -- Por supuesto que si –- apunté su rostro y el soltó una carcajada.

 -- No seas estúpido te tengo rodeado— señaló toda la cuadra,  sabía que era verdad, alguien puso su arma  en mi cabeza, vino inmediatamente la imagen de Len y mi hijo a mi mente, sentí temor por ellos.

 -- ¿Dónde está?—preguntó Vicent. 

 -- ¿De qué hablas?— Pregunté,   uno de su hombres me golpeó y caí al piso.

 -- Ya sé todo Vicent, sé que el bastardo Real es tu hijo—gritó,  no pude responder, me subieron a un auto. 

 -- ¿Donde está la Princesa y el bastardo?—volvió a preguntar, ahora estabamos en uno de sus refugios, solo pude negar, aun me sentía aturdido. 

 -- Es tu ultima oportunidad—gritó, en ese momento fui rodeado por 7 hombres,  ya sabía lo que venía, cerré mis ojos y pensé en ella.

No podía mantenerme en pie, antes me habían golpeado pero esta vez fue demasiado.

 -- ¡Dime donde está!—gritó otra vez, golpeando una mesa,  no podía hablar.

 -- ¡Vicent ya basta!—sentí una voz, era  de Mamá

 -- ¡Vicent por favor es tu hijo!—suplicó llorando, pero  no la escuchó 

 -- Ella no debe estar aquí—gritó, sus hombres se llevaron a Pam, podía sentir sus gritos cada vez mas lejos,  sabía que Vicent jamás le haría daño porque a pesar de ser un enfermo de mierda el la amaba. 

Lo único que pedía era que Travis no estuviera en la misma situación que yo, jamás me lo perdonaría. 

-- Te das cuenta que vas a morir Vicent, dime ¿Donde mierda está?--Mi Padre estaba desesperado, nunca en todo el tiempo que lo conozco lo vi de esta manera.

 -- Nunca –- susurré, sacando todas mis fuerzas para levantarme pero no lo logré

 -- Tu me hiciste hacer esto hijo—podía escuchar como susurraban los que estaban presentes, hasta que un ruido detuvo todo.

Sentí un dolor desgarrador en mi estómago, vi como mi camisa sucia se tiñó de rojo, mi Padre me había disparado 2 veces. 

 -- Siempre fuiste una decepción para mi—me miró a los ojos, mis lagrimas comenzaron  a caer, la idea de no poder conocer a mi hijo me estaba matando mas que el disparo de mi Vicent. 

Yo vi nuestra vida juntos, lo felices que seríamos con nuestros niños, el rostro de Eleanor lleno de felicidad poco a poco iba desapareciendo... y...