2. Encuentros y miradas (Editado)

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TOM HIDDLESTON

Mi auto se estaciona frente a la ostentosa casa de los Schmitt y suspiro, justo lo que me esperaba, aunque reconozco que no son una familia grande. Pero la gente millonaria puede hacer lo que deseen, no?

 Bajo de mi auto tomando la botella de vino que compré para esta ocasión, detesto el alcohol, pero hoy me convierto en el completo manager de la editorial aquí en New York, creo que lo amerita. 

Justo antes de tocar la puerta, esta misma se abre. Mostrando a Margarett Schmitt sonriéndome. 


-Buenas noches, Margarett.- sonreí y me acerqué a dejar un beso en su mejilla. 

-¿Como estás Tom? Ven, sígueme. - me guía dentro de su casa, y vuelvo a decir, es como un castillo. - Bienvenido, estamos felices por el día de hoy.

-Muy bien, gracias. - enseñé las botellas de vino que traía conmigo.- ¡Traje vino para celebrar! 

-Por eso, por eso es que te mereces el mundo - es entonces cuando Brandon aparece en la que luce como el comedor más delicado que he visto, se pone de pie frente a mí y me estira su mano sonriente. 

-Buenas noches, Brandon - sonreí.-Gracias por invitarme a tu casa 

Margarett sonrió.- El placer es nuestro Tom, tomemos asiento mientras esperamos a la pequeña Hannah. Debe estar por bajar 

-Oh, claro que sí, lo bueno es que tenemos tiempo 

En los cinco años que llevo trabajando con Brandon y Margarett jamás he visto a su hija, honestamente es la primera vez que piso su casa y no es para nada más que el ascenso más esperado en los últimos años de trabajo. Supongo que por eso ya soy de su confianza, no?

Sin embargo me hace pensar en como jamás me topé con ella, es decir, por cinco años la han tenido cautiva? No estoy seguro de qué edad tenga lo cierto es que me está haciendo impacientar, no me gusta esperar.

- Espero que te guste lo que hemos mandado a preparar, es un plato especial, no cariño? -las palabras de Margarett me alejan de mis pensamientos y me hace mirarla. 

- Oh sí, estoy seguro de que le gustará. 

Sonrío y asiento levemente.- Seguro sí 

Nos embarcamos en una charla poco interesante, pero Brandon luce relajado, asi que me siento comodo con ello.

Estaba en medio de una frase cuando soy interrumpido por unos pasos.. que suenan como tacones acercandose al comedor. A qué edad se supone que las niñas usan tacones?

- Buenas noches, perdón por hacerlos esperar - es lo que escucho antes de voltear y ver a la muy adolescente hija de Brandon, llevaba un vestido de terciopelo negro. Va acercándose a la mesa y sin evitarlo miro sus largas piernas, es cuando me percato que es alta, y que definitivamente no es una niña como pensé. 

Me pongo de pie junto a su padre que le sonríe de oreja a oreja. 

- Te ves hermosa cariño - ella lo observa y sonríe un poco y luego hace una mueca juntando sus labios que llevaban un labial rojo, muy bonito de hecho. 

- Gracias papá - vuelve su mirada de él a mí y sonreí algo forzadamente.

¿Qué me sucede? 

- Buenas noches señor Tom... 

- Oh, por favor llámame Tom, y tu padre tiene razón, se ve muy guapa... -intento recordar-  ¿Hannah ? - estrechamos nuestras manos y ella ríe suave mientras asiente para apartarse y tomar asiento frente a mí.

Tom Hiddleston: Mi Sugar Daddy? (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora