25: Blackwath

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Aída Pierce.

Tenerlo cercas de mi, sus brazos, su aroma, era justo lo que necesitaba.

—Lo lamento tanto— susurró Raymon mientras me apretaba más.

—Perdon por interrumpir, pero ¿Que haremos con el cuerpo?— Glenn preguntó desde la puerta principal.

Me separé de Raymon y limpie las lágrimas que escurrían por mis mejillas.

—No te preocupes, yo me encargaré— dijo Raymon.

—¿qué harás?

Él no dijo nada, en silencio se encaminó al cuerpo de Anzel para después sujetarlo en sus brazos.

—¿alguna cama libre?— me preguntó mientras iba a las escaleras.

—Prácticamente todas— hice una pausa —pero toma la de mis padres..

El asintió y se dirigió a la habitación, como si ya se supiera el caminó. Sin más, me senté en el sofá, estaba triste, sufriendo, cayendo en una agonía. Quería pensar, planear algo, alguna explicación razonable para sus familiares.

—Sé como te sientes..—me dijo Glenn mientras se sentaba aún lado mío. Puse toda mi atención en él —mi mejor amigo murió a manos de un hombre lobo..— suspiró y sujeto mi mano —No lo pude defender, era principiante, no tenía agallas..

—Ya lo acosté— nos hizo saber Raymon, y Glenn enseguida soltó mi mano. Haciéndolo ver cómo si estuviéramos haciendo algo malo, ó si le estuviéramos ocultando algo.

Nada que ver...

—Gracias— le sonreí.

—Entonces ¿que haremos?— preguntó Glenn.

Raymon le lanzó una mirada furibunda, pero respondió.

—Nuestra familia ya está con la princesa. Sí, les dije que estabas vinculada hacia ella, supuse que no le harán daño— lo interrumpí.

—tu familia me odia.

—Claro que no..— dijo con cautela.

—Matarán a dos pájaros de un tiró.

—Supongamos que no lo harán. Nos vamos a encontrar con Soraya y la pandilla, para des— lo vuelvo a interrumpir.

—¿pandilla?— arqueó una ceja.

—Los hombres lobo. — aclara. —después ya que estés mejor, iremos al barrio Blackwath, donde las brujas se encargarán de desvincularte.

Hace años que no escuchaba sobre el barrio Blackwath. Es donde las brujas pasan la mayoría de su tiempo, algunas familias tienen su hogares situados ahí, y sobresalen por usar magia negra, algo que nos viene muy bien a nosotros.

—¿nos dejarán entrar?— pregunté.

—Obviamente— resoplo.

—O sea, que será a las malas..— suspiró.

—Así son las cosas— encogió los hombros.

Me puse de pie y me dirigí a mi cocina para tomar algo de sangre que guardaba en mi nevera, pensé que Soraya la había bebido toda.

Vuelvo con los chicos y nuevamente me siento en el sillón, sin decir nada, simplemente pensando en la pérdida de mi mejor amigo, sigo sin creerlo, era Anzel el que estaba muerto, el chico que siempre estuvo para mí.

—¿Alguien sabe porque mis venas están ardiendo?— preguntó alguien en las escaleras. No creía lo que escuchaba. Me giré y ví su rostro, era Anzel.

—Dios santo— murmuré asombrada.

—¿Porque el volumen de todo es tan alto?— continuaba preguntando mientras pasaba sus manos por la cabeza.

—¡Anzel!— corrí hacia el, para después pegarle un abrazo fuerte.

—¿Pasa algo?— me miraba desconcertado.

Me separé de él mientras limpiaba mis lágrimas. De seguro estoy soñando.

—¡Estás vivo!— vuelvo abrazarlo.

—¿Estuve muerto?— se preguntaba.

—Prácticamente lo estás..— se acercó Raymon —Muéstrame esos dientes..

Enseguida me separó de Anzel, y me fijo en lo que Raymon decía. El Adamson se acercó para tomar su barbilla, mientras que Anzel abría la boca, dejándonos ver el interior de está.

—Son colmillos— murmuré.

—Eres un vampiro— agregó Raymon.

Anzel retrocedió un pasó y nos miró confundido y a la vez molestó.

—No puedo ser un vampiro— lo negaba —No participe en brujería o algo así.

—Ven, relájate— tomó su mano, pero esté enseguida la suelta.

—Te das cuenta que no podré tener hijos...

—Pensé que era homosexual— escuché murmurar a Glenn desde atrás.

—Si puedes tener hijos, sólo tienes que hacer un trato con las brujas..— intentó explicar.

—¡¿Quién me convirtió?!— comenzó a gritar —fueron ustedes ¿Cierto?— fulminaba con la mirada a los hermanos —cuando me mordieron, ahí me convirtieron.

¿Cuando pasó eso?

Es cierto, no había pensado cómo fué que se convirtió..

—Fue la princesa— explicó Glenn. —Ella es la única que puede hacer más vampiros. Cuando te mordió no te estaba matando, te estaba convirtiendo...

Me giró para ver a Glenn y esté tenía un libro en sus manos.

—Tengo hambre— decía agitado —demasiada sed— agregó.

Corro hacia la cocina y le sirvo un vaso de agua para después dárselo.

—Eso no servirá Aída— me regaña Raymon —sabes lo que él quiere..

—no va a beber sangre, aún no.

—Yo me retiró— nos avisa Glenn —Ire con mi familia a ver qué está pasando con la princesa— se dirige a la puerta —por cierto, me alegra mucho que estes bien— le dice a Anzel para después cerrar la puerta.

—Creo que iré acostarme— nos avisa el nuevo vampiro, para después dirigirse a mi habitación.

Suspiró y me tiró en el sillón, me sentía agotada por todo lo que había pasado. Desde estar como prisionera con la princesa, para después sufrir por la pérdida de mi mejor amigo donde gracias a Dios solo había sido algo temporal, ahora será lidiar con sus principios de vampiro.

—¿Me haces un espacio?— me pregunta Raymon.

Me muevo para dejar un espacio vacío.

—Que día eh— dice el Adamson.

Asiento sonriente.

—¿Que debo hacer para que esa sonrisa permanezca en tú rostro?

Sonrió nerviosa.

—Me encanta..— murmura.

—Creó que me iré acostar— dije claramente ansiosa por cambiar de tema. Me puse de pie pero me detuve a sentir su mano tomar la mía.

—Quedate conmigo..— sonríe tiernamente.

—Ray..— lo miró fijamente —esta noche no..

—¿En serio?— se pone de pie, para despues entrelazar sus dedos con los míos.

Se acerca provocativo y siento como me toma de la cintura.

—Es en serio— insisto, pero el tipo no me hacía caso.

Gracias por leer el capítulo ❤️
Deberían verlo venir, Anzel no podía morir, será una pieza importante ❤️


Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora