C12: Seamos Amigos

9.1K 662 147
                                    


★CAPITULO LARGO★

Aída.

Lo miré enojada.

—¡No quiero tu maldita ayuda!— grité con desesperó.

—No Aída, si la quieres.., sólo piensas que lo correcto no es aceptarla, por que te preguntas "¿Que dirán los demás?" — nuevamente se me acercó —Pero te diré que es lo que piensan en estos momentos, piensan que eres una chica débil, que si las personas la conocen es por su ex novio, eres débil, eso piensan, pero creeme pequeña, eres más que eso.

Lo miré fijamente.
No sabía si tenía razón.

—Solo déjame ayudarte— murmuró.

—Solo si no le haces daño a Anzel.

El me miró fijamente, —Bueno, eso ya lo veremos..— decía dudoso.

—Entonces no aceptaré tu maldita ayuda.

El se rió —Claro que lo harás, te prometo no hacerle daño.

Día siguiente.

Había pasado la noche en está horrible casa, en la de los Adamson. Lo bueno es que sobran habitaciones, y son muy amplias.

Me había duchado, y me vestí con una blusa negra, unos jeans de mezclilla, y los Vans de siempre.

Me acerqué a la cocina y tomé un poco de sangre que tenían en bolsas de la nevera, ayer por la noche me dijeron que ya podía beber lo que quisiera.

—Buenos días pequeño monstruo— me saludó Glenn.

—Buenos días— dije seca.

—Muy mal— me regaño —Me tienes que contestar con algún insultó, no se, maldito, cara de mierda, yo que sé.

—¿Esa será la primera lección?

—No, pero es algo básico.

—Entonces, cara de mierda.— respondí y me bebí la sangre de solo un sorbo.

—No sean infantiles— nos gritó Raymon desde la sala.

De alguna forma me sentía cómoda aquí, era mejor que estar con mi hermana.

Me reí y miré a Glenn —El tiene razón
Este se me acercó —¿Eso crees?

Continuaba acercándose, provocando que quedaramos arrinconados en la pared.

—Entonces me gusta ser infantil— murmuró y a la vez me tomó de la cintura.

¿Que hace?

—Glenn— muy apenas podía pronunciar su nombre —Alejate

No hubo falta de decir más, ya que entro Raymon enfadado.

—Te dije que no fueras infantil— empujó a Glenn con fuerza.

Oh dios...

—Muy mal Aída, otra lección fallida, no dejes que te manipulen, pude escuchar como tú corazón se aceleraba al tenerme cada vez más cerca..— me regañaba Glenn.

Tiene razón.

—Bueno, yo me iré al instituto.— les avisé.

Ya me dirigía a la puerta pero Raymon me tomó del brazo.

—Iras con Glenn.

Ay no.

—pero ¡¿como porque?!

Escuché como Glenn se reía desde la cocina.

—Y esa no es la mejor parte— gritó esté.

—El.. te acompañará a todas partes, literalmente.

Inmortales I: Prisionera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora