PRIMERA PARTE DEL FINAL 1/2Aída Adamson.
Tragué saliva y fijé mirada con la de ella. La mujer imponía, se notaba que tenía mucho poder en las manos y te lo hacía saber. Te hacía saber que ella es superior y tú inferior, con tan solo una mirada de intimidación.
—Usted no debe estar aquí— le dije con el respeto que merecía.
La Reina me sonrió falsamente, y se levantó de su asiento, para después acercarse lentamente a mí. Intimidandome con cada paso que daba.
—La boda está cercas, la familia Adamson debe asistir.
—Pero usted no está invitada.
—Te guste o no, aquí me vas a tener— sonrió de oreja a oreja.
No me voy a poner al tú por tú con está mujer. Si ella lo quiere, me puede matar cuando lo desee.
—Bueno, ¿Y dónde demonios está mi hijo?— me preguntó.
Maldición. Ella no puede saber que está en una pelea contra un hombre lobo. ¿O tal vez debería decirle? No,no. Se puede crear un problema mucho más grande.
—Dijo que ahorita venía.— mencioné y baje la mirada.
Justo en ese momento fue que Raymon y el resto entraron por la puerta principal. Con una respiración pesada, agobiados, agitados. El aroma sangre era abundante, hasta que nuestras fosas nasales se llenaron de esté líquido rojizo que hizo que me volteara por completo junto a la reina. Percatandonos que Raymon tenía una mordida enorme en un costado del abdomen.
—Dios mío— murmuré.
Glenn y Anzel lo sujetaban cada uno de un hombro. No podía mantener el equilibrio por sí solo. Su herida tardaba en sanar más de lo normal. Realmente le había hecho daño.
Corrí hacia el sillón para rápidamente quitar las cajas que contenían decoraciones para la fiesta de la boda. Sin importarme las lancé al piso, e hice espacio para que lo pudieran acostar.
—¿Quién te hizo esto?— preguntó la reina con tono de preocupación.
—Nadie.— respondió Raymon con dificultad.
—¿En qué se han metido?.
—Confundieron a Aída, pensaron que había asesinado a un hombre lobo de unos siete u ocho años. — esta vez hablo Glenn.
Unas horas antes, había ido a comprar unas velas aromatizantes. Todo parecía ir bien, hasta que entraron dos sujetos a la tienda, sin discreción alguna comenzaron a deshacer el lugar, agarraban las mesas y las lanzaban contra la pared.
Los humanos con miedo se escondían o salían corriendo del lugar.
Les pregunté que, qué sucedía, sin responderme me tomaron del brazo y me llevaron a con ellos. Fue ahí cuando aproveché para salir huyendo al bosque, ya que me percate que no eran únicamente ellos. Entonces sucedió que me comenzaron a perseguir, hasta que para mi salvación salieron los hermanos Adamson.
—¿Y por que te involucraron a ti?— me preguntó la reina esfumando mis pensamientos.
—¿Qué?— reaccioné. —No sé la verdad.
—Es una o la otra, ó hay una relación contigo, ó alguien está detrás de todo esto para que tú terminarás en peligro...— sacó una conclusión la mujer.
—No es por ofender, pero usted sería la primera candidata.— le dijo Anzel.
—No haría plan, simplemente la hubiera matado.— aclaró. Estremeciendo cada parte de mi cuerpo.
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Inmortales I: Prisionera
VampirosExiste una princesa vampiro, pero en los últimos años nadie ha sabido de ella y se desconoce su identidad, pero está no se escabulle, sino que planeaba un ataque a todas las familias que habían traicionado a sus padres, los Reyes. La familia de Aíd...