- Apenas ha pasado una semana- dije con cautela, por primera vez siendo más sensata que Julius-. Es demasiado arriesgado volver a hacerlo, no quiero poner a nadie en peligro. Deja que pase el shock de la primera vez y cuando se calme todo volveremos.
- Es que todavía no me creo que haya funcionado- llevaba un buen rato sonriendo, muy emocionado por haber conseguido que la primera parte del plan saliese perfecta. Aún quedaban otros cientos de celdas para vaciar, teníamos estimados medio millar de ángeles oscuros en total. Irían escapando de cincuenta en cincuenta cada mes, aunque se tardase más era lo más prudente. Vector se había mostrado neutro en esa escapada, simplemente volvió a colocar nuevos guardias en la puerta de acceso a los calabozos.
- Julius, escúchame- lo tomé por los hombros, pero ni siquiera pude hablar. Eufórico, me abrazó por la cintura y dio un par de vueltas con mis pies separados del suelo, riendo como si hubiese ganado la guerra cuando apenas comenzaba la liberación de los prisioneros.
- ¡Es maravilloso!- casi me caí al volver a pisar firme, viendo sin tanta emoción cómo dejaba poco a poco de sonreír, recuperando su talante firme de siempre-. Perdona mi entusiasmo.
- Es comprensible- le resté importancia-. No creías que ibas a lograrlo a la primera, tienes todo el derecho a alegrarte pero sin dejar atrás la cautela. Marcus y Paris se han sumado al último grupo, quieren asegurarse de que todos se vayan antes que ellos.
- El siguiente debería ser el de aquellos con reflejo de cánidos- comentó-. Ahora que la mitad de los que poseen felinos son libres, necesitarán la ayuda de los lobos, zorros y demás animales de esa familia. Exceptuando a los que quieren quedarse para el final, luego dividiremos cada grupo en dos para que no salgan tantos a la vez.
- Tras finalizar con los felinos y los cánidos- continué yo-, deberíamos soltar a los reptiles, y por último a las aves y los grandes depredadores. En ese caso Paris habría salido de los últimos sí o sí, ya que su reflejo es un oso polar negro.
- De momento, ya que tenemos todo esquematizado, hay que disimular y restarle importancia como el resto del palacio- suspiró, frunciendo ligeramente el ceño-. Como hoy se celebra el aniversario de mis padres nadie pensará en otra cosa, al menos es ventajoso que sigan presentándose ante Albe como un matrimonio- rodó los ojos, molesto por saber que Vector y Venus sólo fingirían amarse mientras todos los invitados estuviesen presentes.
- Después de la celebración de tu cumpleaños- tragué saliva, recordando aquel crudo momento- no quiero saber más nada de festejos en este castillo.
- Estarás conmigo en todo momento- apartó un mechón de mi cara y me obligó a mirarlo. Me gustaba cuando seguía siendo el Julius serio, pero con un atisbo de cariño en sus hermosos orbes de oro-. Creerán que eres mi concubina o algo parecido y no osarán molestar. No me gusta que tengas que fingir una posición tan miserable para alguien de tu estirpe...
- Pero es necesario- le interrumpí, mostrando mi seguridad-. Mientras seas tú el que esté de mi parte sé que no ocurrirá nada.
- Con todo esto- puso expresión de lástima- me da que te estamos arrebatando la inocencia que tenías.
- Lo único que me estás quitando, tanto tú como Shelly y Dave, es la ignorancia- corregí, muy segura de mis palabras-. No podrás evitar que siga siendo inocente y muy tímida, pero contribuyes a que deje de lado la Dawn que no sabía absolutamente nada del mundo.
Eso no podía rebatirlo.
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Quise poner una mano sobre el hombro de Julius para detenerlo, pero llegué tarde. Furioso, avanzó hasta chocarse a propósito contra el noble que ahora temblaba por haber enfurecido al príncipe de Albe. Por fortuna o por desgracia, al ser tantas personas hablando en el salón de baile, algunas bebiendo y otras simplemente charlando en pequeños grupos, nadie prestó atención a lo que ocurría con el joven heredero al trono.
- ¿Te crees con el derecho a hablar así en mi presencia?- habló con un tono bajo y gutural que consiguió estremecerme a mí también.
- Lo... Lo lamento... Majestad, yo...- balbuceó asustado el noble, un hombre de mediana edad con un gorrión como reflejo. Si quisiera, con sólo ponerse en dos patas Elijah podía zamparse al pajarito en un abrir y cerrar de ojos. Claro, de hacerlo también se cargaría a su dueño.
- Concubina o no sigue siendo alguien de mucho valor, su vida es más importante que la tuya, así que mide tus palabras o me encargaré personalmente de que nadie se acuerde de ti.
- Julius- murmuré asustada, viendo de reojo cómo Vector miraba con atención a su hijo-. Déjalo, no me ofende que...
- A mí sí- replicó, a punto de lanzar su mano contra el cuello del noble.
- ¿Ocurre algo, hijo?- di un brinco al escuchar esa profunda voz, incapaz de mirarlo más allá de sus brazos cruzados en señal de desaprobación-. ¿Qué te he dicho sobre hablar mal a los invitados?
- Si alguien me ofende poco me importa su posición social- rebatió el más joven, con los constantes gruñidos de Elijah a sus pies para respaldar su enojo.
- Decir en voz alta lo que todos saben no es ningún crimen- se burló su padre, sonriendo de forma victoriosa al ver efecto inmediato en Julius.
- Entonces me encargaré de recalcarlo- bufó ya con la paciencia anulada, agarrando mi brazo para jalarme lejos de ellos-. Que nadie me moleste en lo que queda de noche, estaré ocupado.
Una vez fuera del salón, fuimos casi corriendo debido a las enormes zancadas del príncipe cabreado, llegando a su habitación en unos pocos minutos. Apenas llegamos ni siquiera esperó a cerrar la puerta, la cual tuve que golpear yo para evitar que se oyese el tremendo escándalo de la puerta del armario partiéndose en dos de un puñetazo.
- Julius- intenté ponerme firme, pero simplemente tratar con él mientras estaba pensando en cómo asesinar a alguien era inútil. Así que me limité a avanzar hasta la cama para sentarme en el borde, esperando a que se le pasase el ataque de rabia.
- Ese hijo de perra- se tiró del pelo, enseñando los dientes-. ¿Cómo se atreve?
- Sólo dijo lo que estamos dando a ver, por lo que significa que todo marcha según lo planeado. Todo el mundo se traga que soy tu concubina, ése es nuestro objetivo para poder trabajar en paz sin levantar sospechas- repuse con tranquilidad, sin mirarlo y poniéndome de pie para acomodar la falda del vestido-. No puedes enojarte así cada vez que alguien ajeno al palacio dice algo sobre mí. Claro que me molesta que me traten como un adorno más, pero disimulo porque así nadie nos tendrá en cuenta mientras los prisioneros escapan.
- Puede que a ti no te importe- resopló, acercándose hasta detenerse frente a mí-, sin embargo yo no soporto que te menosprecien así sin más.
- ¿Por qué?- alcé una ceja-. Deja de engañarte de una vez, sólo soy una oscura que ni siquiera sabe volar para regresar a casa.
Se quedó callado un momento, moviendo los ojos de un lado a otro como si buscase algo en mis lagos de sangre. La expresión le cambió radicalmente, sus hombros bajaron de a poco y las venas de sus brazos dejaron de resaltar por la fuerza contenida. De ser el típico Julius seco y frío pasó a ese joven príncipe preocupado por el futuro de los ángeles, la única faceta que no dejaba ver a nadie excepto a mí. Extendió una mano hasta mi cara y apartó algunos mechones de mi frente, dejándola en mi mejilla y dando una casi imperceptible caricia sobre mi pómulo. Fruncí el ceño con eso, no acababa de acostumbrarme a sus particulares muestras de cariño.
Y si eso me descolocaba, sus siguientes palabras lograron detener mi corazón por un breve instante, en el que mi rostro se congeló con los ojos clavados en los suyos.
- No me estoy engañando, sólo sé que para mí vales muchísimo más que 20 venus.
(En la foto, un gorrión albino como el del noble)
Nota: si he tardado tanto en actualizar ha sido por una amalgama de factores: falta de inspiración, estar pendiente de las calificaciones de acceso a la Universidad, exámenes de acceso a la Facultad, cuando escribía algo no me gustaba... Por eso, he decidido ponerme las pilas, y he esperado a tener listos los capítulos de mis tres historias actuales (Diamond, Libertatem y Black Widow) para subirlos a la vez, a modo de disculpa por la tardanza
A partir de ahora procuraré no demorarme tanto, ya que he terminado todo lo relacionado a los estudios y por fin empiezo a pensar sólo en mis vacaciones ^^
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Libertatem
RomanceAlbe. Furve. Dos ciudades tan iguales y a la vez tan diferentes. El mundo siempre ha estado dividido en dos: los ángeles puros viven en Albe, los ángeles oscuros pasean por las calles de Furve. Cuando estalla la guerra en Stella, el punto intermedi...