Capítulo 5

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El día de la fiesta había llegado, al final Kurogane había terminado aceptando, después de todo sería muy descortés des-invitar a sus amigos y familiares cuando faltaba un día para la fiesta, de modo que organizo los pendientes con ayuda de su secretaria y todo quedo preparado para que puntualmente pudiera ir a casa a las 08:00pm.

Por su parte Fye también tenía todo listo para la velada; la comida, bebidas, el pastel y además había mandado preparar algunos bocadillos para la ocasión.

Llegada la hora acordada los invitados comenzaron a llegar, Fye era un excelente anfitrión, de ello nadie tenía duda alguna, y de esa manera, poco a poco todos los invitados habían llegado, incluidos los padres del moreno y claro, su hermana, Souma.

—Esto es lo último— dijo la secretaria del moreno al tiempo que sonreía satisfecha, habían acabado los pendientes justo a tiempo para que su jefe pudiera marcharse a casa.

—Gracias, Nozomi— dijo Kurogane antes de que su secretaría se retirara de su oficina. Arregló un poco su escritorio y se preparó para marcharse directo a casa.

—¿Se puede?— preguntó Noa alegremente.

—Ya estás adentro— respondió el moreno, sonriendo sin poder evitarlo.

Noa caminó hasta donde él, sentándose sobre su escritorio con total naturalidad —¿Vamos ir a celebrar?— preguntó con coquetería cargada en la voz y en los gestos.

—Fye organizó una fiesta para mí, creí habértelo dicho.

—¿Lo hiciste? Debí de haberlo olvidado— comentó distraídamente.

—Bueno, te lo recuerdo ahora— Kurogane se acomodó el saco de su traje y se dispuso a pasar al menor de largo.

—¡Espera!— Noa le tomó del brazo —No me hagas esto, al menos abre el regalo que prepare para ti.

—¿A sí? ¿Y dónde está ese regalo?

—Pues...— sonrió sugerentemente al tiempo que abría las piernas y jugaba con los botones de su camisa casi inocentemente —prepare también algunos juguetes en mi departamento.

—Mmm es una lástima— dijo acercando sus labios a los ajenos peligrosamente, sin embargo no llegó a rosarlos siquiera —tendrán que esperar— declaró secamente y se alejó de él.

—Por favor ¿Qué tanto te puede tomar abrir mi regalo? Seremos rápidos ¿Vale?

—...............

—Una ronda rapidísima y ya.

—... bueno, sería realmente una lástima no ver lo que preparaste.

Noa sonrió emocionado, bajó del escritorio y dejo un beso fugas en los labios del moreno —Te espero en el estacionamiento.

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Me dedique a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora