Capítulo 17

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Ok, tengo una aclaración que hacerles, pero antes una disculpa enorme por la demora o////o ahora síp, la vez pasada cuando les dije que había publicación dos por uno, me refería a dos capítulos en uno solo, de modo que las dos partes estaban ya en el capítulo que les deje, y pues surgió el malentendido porque al parecer esperaban dos capítulos como tal, dos publicaciones en vez de nada más una... y así pasó todo... silencio incomodo, mejor vamos al fic xDDD

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Capítulo 17

Aquella mañana tres suaves toques en la puerta fueron lo que le despertaron, Fye se desperezó un poco y murmuró un audible "adelante" mientras se sentaba en la cama. Kurogane entró en la habitación saludándole con un "buenos días" antes de sentarse en la cama muy cerca de él.

—¿Cómo estás?— Preguntó Kurogane. Desde que se habían visto aquella noche con un Fye destrozado, el moreno no había tenido oportunidad de hablar con el rubio, iban dos días ya desde aquello.

—.............— Fye lo mira y casi puede creerse la preocupación en la mirada del moreno, más no llega a hacerlo pues las crueles palabras "alguien como él", "un capricho", "la basura que hace" y "don nadie", se lo impiden, rebobinándose en su cabeza como el eco más desolador de este mundo.

—Aquel día... ¿Qué fue lo que pasó?, ¿Ocurrió algo en la galería?, ¿Quieres hablar de eso?

—.............— Fye recuerda aquellos hechos entonces y su mirada viaja hasta la pintura abandonada junto a una de las paredes de la habitación, se encontraba cubierta con una manta que la protegía del polvo —¿Qué sucedió?

—¿Cómo?— Pregunta Kurogane desconcertado.

—Aquel día, dijiste que no pudiste llegar a la galería porque había ocurrido un inconveniente— explica el rubio —¿Qué sucedió?

—Oh... Noa se enfermó y tuve que llevarlo al hospital.

—Noa— Susurra débilmente, recordando que aquel día los imaginó a los dos burlándose de él, de su ingenuidad, de su dolor, de su amor... probablemente era así, probablemente esos dos se divertían a su costa, riéndose de todas esas veces en las que Kurogane jugó con él y que lo hizo sentirse humillado; aquella vez en el cumpleaños del moreno y que éste nunca llegó, debieron divertirse mucho imaginando todos los problemas que él tendría para justificar la ausencia de Kurogane en su propia fiesta, la incomodidad y la vergüenza, o aquella vez en la que Kurogane le hizo esperar por horas afuera de su oficina para poder verlo mientras que el moreno pasaba esas horas con Noa en su oficina, haciendo quién sabe qué cosas, y esa vez en la galería, haciéndole esperar también por horas cuando seguramente Kurogane no tenía intenciones de llegar siquiera... y si Kurogane fue capaz de eso, si su crueldad para con él llegaba a tanto, entonces, probablemente el moreno estaba al tanto de aquella llamada, de aquel video y de aquella grabación enviados por Noa... Seguramente todo era parte de su juego para con él.

—¿Fue por eso que llorabas, porque no pude ir?— pregunta Kurogane con un tono con sabor a culpabilidad y de nuevo Fye casi puede creérselo.

¿En eso consistía su juego? ¿En ver cuánto era capaz de soportar él en silencio? ¿Querían ver a qué grado ascendía su estupidez de perdonarle todo? ¿O acaso buscaban averiguar cuánto era capaz de soportar antes de romperse por completo?....

Era realmente cruel el que Kurogane estuviese ahí frente a él, pretendiendo que no sabe nada mientras, a su vez, él pretende lo mismo.

—Me fue muy bien ese día ¿Sabes? Todas mis pinturas fueron vendidas, excepto esa de ahí— señala con calma —Fue la última que hice y no pude venderla, es demasiado personal para mí... y me gustaría que tú la vie...

Me dedique a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora