Capítulo 6

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Hola!!!!!

El Cap me quedo inoportunamente corto (xD) por lo que decidí traerles promoción de dos por uno!! Dos capítulos en uno solo.

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Lentamente comenzó a abrir los ojos, recibiendo un duro golpe de realidad apenas distinguir el lugar en donde se encontraba. Apretó los ojos con frustración y algo muy parecido al arrepentimiento, girándose sobre la cama pudo observar a su hermoso acompañante que, al igual que él, yacía desnudo, cubierto parcialmente por una sabana. Noa aún dormía conservando una casi sospechosa sonrisa de satisfacción en los labios...

Con sigilo Kurogane se levantó de la cama, siendo cuidadoso de no despertar al pelinegro, buscó su ropa con la mirada encontrándola toda casi al instante, sólo hacía falta su saco que seguramente debía de estar en la sala de Noa, el lugar en donde habían comenzado a desnudarse. Comenzó a vestirse, deteniéndose extrañado al ver su teléfono celular en el suelo a un lado de la cama ¿Qué hacía ahí? según recordaba lo había metido en la bolsa de su saco tal como siempre hacía, aunque seguramente sólo estaba un poco confundido y lo había olvidado.

Levantó el teléfono revisando el historial de llamadas, encontró tres llamadas perdidas de su hermana Souma y una de la casa de sus padres... ninguna de Fye.

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Sintió frio y fue eso lo que le despertó. Se encontró tirado en el suelo de la cocina, su cabeza dolía terriblemente, además de que sentía las manos extrañamente pegajosas y un tanto tiesas. Con mucho cuidado se incorporó y caminó hasta el fregadero en donde lavo sus manos y luego su cara, cuando terminó se viró y vio el desastre que era su comedor....

—ahh— llevó las manos a su cabeza, realmente dolía. Dio un suspiro mientras se encaminaba a su habitación, apenas salía del comedor cuando se encontró con él. Kurogane recién regresaba a casa —.........

—..... yo...... tuve una emergencia en la oficina y....— no terminó de excusarse pues Fye prácticamente lo había dejado hablando solo.

El rubio llegó hasta su habitación seguido de Kurogane, la verdad no se sentía de ánimos para escucharlo, simplemente no tenía ánimos para él. Entró hasta el baño, desnudándose y entrando a la ducha al instante, relajando su castigado cuerpo apenas un poco. No quería pensar en nada y no quería sentir nada más haya que aquel molesto dolor de cabeza y los músculos tensos debido a haber dormido en el suelo.

Cuando terminó salió de nuevo a la habitación, no había llevado toalla así que simplemente lo hizo desnudo.

Un poco sorprendido por aquella espontanea acción por parte del rubio, los ojos del moreno se posaron inevitablemente sobre su anatomía. Desde hacía ya bastante tiempo que aquella perfecta figura se había quedado grabada en su mente, tenía memorizado cada centímetro de aquella piel nívea, sabía perfectamente cuál era la sensación al tacto con ella, incluso conocía las partes más sensibles y erógenas de ésta, aquel cuerpo le era tan conocido como el camino que tomaba todos los días para ir al trabajo, de manera que de a poco, le llegó a parecer algo común... tenerlo todas las mañanas al lado suyo, sentir su calor cada noche, tenerlo siempre a disposición... le amaba... pero todo se volvió monótono, tan común. Y a pesar de eso ¿Cuánto tiempo hacia que no lo tocaba? ¿Cuánto había pasado desde la última vez que habían hecho el amor o tenido sexo? ¿Cuánto desde que no le veía por completo desnudo? ¿Cuánto tiempo había dejado pasar que ahora de nuevo volvía a atraerle aquella desnudes tan común? Probablemente hubiera seguido observándole pero el rubio, completamente ajeno a eso que pasaba por su cabeza, comenzó a vestirse y él mismo recordó que iba tarde para el trabajo así que se apresuró entrar a la ducha.

Me dedique a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora