Capítulo 13

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Observó el celular por varios segundos en los que se decidió a enviar aquel corto y certero mensaje, luego su mirada se perdió en algún punto cualquiera, observando sin ver nada realmente, sintiendo la cada vez más agobiante sensación de vacío en su interior, un vacío de sí mismo porque se sentía cada vez más como un recipiente sin contenido... algo había habido en su interior en algún momento, algo debió de haber tenido dentro suyo, ¿pero qué? No lo sabía.... no podía recordarlo.

—Ese fue el último— dijo Ashura, entrando hasta la sala del rubio luego de terminar de guardar en su camioneta los cuadros que Fye ya tenía listos para la galería —Ya sólo falta este— mencionó colocándose frente a la obra aún incompleta del rubio.

—.............................

—¿Fye?

—¿Sí?

—¿Estás bien?

—...................— Detuvo el automático "sí" que casi escapa de sus labios, no tenía por qué mentirle, después de todo Ashura era ese extraño que le había visto derrumbándose, quién le había acunado y ofrecido un refugio del mundo a pesar de no conocerle de nada —No— Confesó.

El pelinegro se acercó hasta él, visiblemente preocupado.

—¿Qué sucede?— preguntó con voz suave, con esa que a Fye le parece como un cálido abrazo.

—...............— Y esta vez Fye no responde, baja la mirada sintiéndose egoísta y tonto, Ashura no tenía por qué ser su refugio una vez más, el pelinegro ya había hecho bastante por él y realmente no quiere convertirse en una especie de molestia para el otro.

—¿Es por mi culpa?— pregunta —Por mi causa te has sometido a mucho estrés para llegar a la fecha límite, Fye, yo realmente...

—... No se trata de eso— le interrumpe, levantando la mirada para que Ashura pueda ver que le está siendo sincero. Suspira con pesar —¿Puedo acompañarte a dejar las pinturas? No quiero estar en casa.

—¿Eh?.... Sí, vamos.

Fye sigue a Ashura hasta la camioneta de éste, sumergiéndose en sus pensamientos durante todo el trayecto.

Apenas si había podido fingir que nada sucedía durante el desayuno de esa mañana con Kurogane, pero apenas el moreno se hubo marchado Fye se había apresurado a sacar los papeles del divorcio para leerlos esta vez a detalle, encontrándose con algunas líneas con tachones que eran reemplazados por anotaciones que Kurogane escribía para su abogado, corrigiendo algunos puntos que eran en su mayoría cosas "poco benéficas" para él y que Kurogane cambiaba, un ejemplo de esto eran los bienes que compartían, la casa, los muebles, etc; en el documento estipulaba que ambos se quedarían con un 50% pero el moreno recalcó que quería que la casa, y todos los bienes en ésta, fueran todos para su esposo; otro ejemplo era la pensión, la cual Kurogane aumento notoriamente. En resumen, la demanda/contrato/acuerdo de divorcio era tan benéfica para el rubio que éste no "podría" poner traba o resistencia alguna para firmar.

Como si a él le importara su dinero, o como si realmente quisiera vivir en aquella casa si Kurogane ya no estaba.

Fye admitía que debía de reconocerle al moreno el hecho de que quisiera que tuviera una buena vida luego del divorcio, hm, es que acaso Kurogane no se detenía a pensar siquiera que, si no era a su lado, si no era con él, entonces ya no tenía vida....

Ya no la quería....

[...]

Kurogane estaba por salir a su hora de comida cuando recibió el mensaje de Fye: "Hoy no estaré en casa"

Me dedique a perderteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora