Todo a su alrededor era completamente nuevo, las luces, los colores, las sombras, los muebles, el suave y atrayente olor impregnado en las sabanas e incluso en la ropa que traía puesta, pero él realmente no le prestaba atención a nada de eso, únicamente al gran ventanal en la habitación que daba al balcón de un tercer piso y que estaba cerrado con llave; cortesía de Ashura.
Luego de que el pelinegro impidiera que saltara del puente y después de que Fye pareció tranquilizarse por completo, Ashura le había traído hasta su propio departamento; un lugar del que Fye no podía decir absolutamente nada, no había notado si era grande o pequeño, si estaba desordenado o muy limpio, el rubio no había prestado atención a ningún tipo de detalles porque nada como eso le interesaba y realmente para él ya nada importaba, ni siquiera sabía la dirección de dónde se encontraban, no le importó tampoco cuando Ashura comenzó a quitarle la ropa para luego vestirle con un pijama de su propiedad.
—¿Sigues molesto conmigo?— Preguntó Ashura suavemente, él se encontraba sentado en un sofá que estaba pegado a la pared contraria al ventanal.
Fye, recostado en la cama, ni siquiera dio indicios de haberle escuchado, parpadeando suavemente en dirección del ventanal.
—No es bueno dejarnos llevar por nuestras emociones y sentimientos para tomar decisiones, nunca, sin importar de qué se trate; ira, tristeza, dolor... o incluso amor.
—¿Tú qué sabes?— Respondió Fye, sorprendiendo al pelinegro por la cantidad de amargura y rencor en su voz —¿Qué sabes tú acerca de cómo se siente? ¿Qué puedes tú saber?
—..... Es verdad. No sé lo que sientes, es imposible que yo pueda saber lo que estás sintiendo, tendría que ser tú para saberlo.... pero, comprendo un poco aquello de que no te importe vivir porque parece que ya se está muerto en vida, yo lo sé.
—...............
—-No me crees ¿eh?.... yo, intente suicidarme más veces de las que puedo contar con los dedos— confesó.
Por un instante Fye vuelve la vista al pelinegro queriendo descubrir la mentira en alguno de sus gestos, pero los ojos miel siempre sinceros hicieron contacto con los suyos sin rehuirle ni ocultarle nada... el rubio volvió la vista al ventanal.
—... ¿Por qué?— preguntó desconcertado, realmente le parecía imposible relacionar a aquel hombre de aura cálida y alegre como alguien que alguna vez haya atentado en contra de sí mismo, no era fácil de creer o de asimilar siquiera, por ello el rubio estaba realmente intrigado.
—Más que un "por qué" se trataba de la sensación, del cómo me sentía en esos momentos... Me sentía de una manera que iba más allá de simplemente "miserable"... Era como estar hundiéndote en mierda, no, más bien... yo me sentía la mierda misma, esa era mi sensación— sus ojos se cristalizaron ante el recuerdo al tiempo que una triste sonrisa adornaba sus facciones —Las cosas que antes me gustaban dejaron de hacerlo, los pequeños detalles que podían hacerme feliz perdieron sentido, lo que para otras personas era motivo de alegría a mí me eran indiferentes... todo estaba mal... todo el tiempo era igual... Me distancie de las personas a mí alrededor y a su vez ellas se alejaron de mí... yo no encajaba en ningún lugar... y dolía tanto, en verdad dolía mucho. No tenía un motivo para mi existencia... ni dada que me retuviera aquí, hm, en el mundo hay millones de personas y yo sentía que no era importante para ninguna. Si yo vivía no importaba para nadie y si yo... si yo me iba, nada cambiaría para nadie, nadie me echaría de menos, a nadie le haría falta y nadie notaría mi ausencia siquiera... así pensaba y era verdad.
—...............— lentamente se volvió hacía el pelinegro.
—La primera vez que lo intente uno de mis primos me descubrió... mi familia estaba más alarmada e indignada por el hecho de que haya intentado suicidarme que preocupados por mis razones de hacerlo. Las siguientes ocasiones en las que lo intente mis acciones se vieron frustradas de alguna u otra manera, eso hasta que mi familia se canso de mí y decidieron internarme en un hospital psiquiátrico. La constante vigilancia y medicación forzada hicieron que fuese imposible el volver a intentarlo, al menos en ese lugar.
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Me dedique a perderte
FanfictionLuego de 7 años de matrimonio las cosas entre Fye y su esposo comienzan a cambiar, la adversidad está tocando a su puerta con intenciones para nada buenas ¿podrá su amor sobrevivir a las duras pruebas a las que hoy se ve sometido o los sentimientos...