Celia y yo cogemos un taxi para ir al aeropuerto, recuerdo la cantidad de veces que he estado aquí en el último año, pero la ilusión y la ganas con las que realizo este viaje no son las mismas. Hoy lo hago con la esperanza de que todo vaya bien y no tener que volver nunca más.
Llegamos a media mañana, dejamos las cosas en el hotel, pienso en llamar a Andra para comer con ella.
- ¿En qué piensas?
- Estoy pensando en llamar a Andra para que coma con nosotras.
- Por mi encantada.
- No quiero que Einar sepa que he venido y seguramente se lo dirá.
- Ha sido tu amiga y tú cómplice aquí – asiento – si le pides que no lo diga. Además ¿qué sentido tiene ya?
Saco mi móvil y la llamo, para mi suerte está en la ciudad y no tardará en recogernos en el hotel. Justo cuando termino de arreglarme me envía un mensaje avisándome de que nos espera abajo.
- Carla – me abraza con efusividad – Tienes mejor aspecto que cuando te fuiste.
- Me siento mucho mejor. ¿Tú qué tal?
- Bien como siempre, ya me conoces, con mis locuras sacando de quicio a la abuela y volviendo loco al tío. – sonrío
- Por cierto ella es mi amiga Celia.
- Vaya por fin te pongo cara porque he oído hablar mucho de ti.
- Seguro que has oído cosas buenísimas de mí. – Celia guiña el ojo.
- Jajaja, más o menos.
Andra nos lleva a comer a un restaurante que hay cerca de la oficina de Einar, me incomodo cuando entramos, no me gustaría que él estuviese aquí. Se da cuenta de mi incomodidad.
- Tranquila, el tío está fuera de la ciudad.
- Gracias.
Nos sentamos, es la comida más divertida que he tenido en mi vida. Estoy con Celia y con la réplica mejorada de ella, sabía que se parecían pero no imaginaba que podrían llevarse tan bien. Andra nos invita a tomar café cerca de la consulta de KIaus, hasta que se hace la hora de irnos.
Estamos en la consulta, la enfermera nos informa que va con retraso y nos hace pasar a la sala de espera. Casi una hora después entramos en la consulta.
- Buenas tardes – Klaus se levanta y nos tiende la mano.
- Buenas tardes – hago lo mismo – Ella es mi amiga Celia.
- Encantada.
- ¿Qué tal ha ido?
- Me siento mucho mejor, ya no estoy cansada y he vuelto al trabajo.
- Eso significa que estás mejor y te veo más animada.
- Si, también he vuelto a España. – lee algo en el ordenador.
- Todas las pruebas son normales, por lo que vamos a empezar a retirar el tratamiento paulatinamente. – asiento – Ahora podemos vernos una vez al mes para repetir las pruebas y controlar que todo va bien.
- Las pruebas puedo hacérmelas en España y pedir que le envíen los resultados.
- No hay problema.
Me explica cómo tengo que continuar con el tratamiento, me da cita para vernos en un mes y me indica las pruebas que tengo que hacerme.
Salimos bastante tarde y Celia insiste en ir a cenar algo antes de volver al hotel. Entramos en un sitio un poco bohemio pero muy acogedor, le recomiendo a Celia que pedir porque la pobre mira la carta una y otra vez.
ESTÁS LEYENDO
PUNTO Y PRINCIPIO
Storie d'amoreA sus treinta y cuatro años Carla Ortega es jefa y coordinadora en el departamento de marketing de una prestigiosa empresa. Es madre y esposa, se siente una mujer realizada en el ámbito laboral y por supuesto en el familiar. Para ella y para todos...