Capítulo 8.

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                                                                                      4/5 

Se Hun.

Jong In llevaba algunos días serio conmigo. No me abrazaba, no besaba mi mejilla, no me miraba, no me pedía que lo acompañara a algún lugar durante el día a pesar de que varias veces se lo pedí; Me estaba evitando e ignorando a toda costa y eso me dolía como el mismísimo infierno. Podía notar que estaba molesto, huraño, un poco voluble, enojado; pero no entendía el porqué.

Mis padres lo notaron e incluso hicieron algunos comentarios pero Jong In no respondía absolutamente nada.

- Como no tienes nada que hacer aquí en casa tú sólo, puedes venir conmigo a la universidad.

- ¿Y qué voy a hacer mientras tú estás en clases?

- Puedes vagar por ahí, luego desayunaremos juntos. A veces tengo horas libres, así que te enseñaré el plantel y presentaré algunos compañeros. Haremos algo juntos, ya verás.- esto último lo dijo haciéndome un guiño. Estabas tan emocionado que no pude negarme.






Dos horas libres. Dos tortuosas horas libres que Chan Yeol había tenido ese día me habían atormentado.

Él y unos compañeros jugaron un partido de básquet ball y después hicieron lanzamientos de brazo y atrapadas con un balón de futbol americano. Si bien ya me había percatado del buen físico que Yeol tiene, el pasar ese tiempo admirando, descubriendo y disfrutando cada movimiento que hacía, realmente había sido una placentera tortura. El ver la fuerza de sus piernas cada vez que saltaba lanzando la pelota a la canasta e intentar anotar, el verlo correr a grandes pasos con esas piernas tan largas, ver como en ocasiones su cuerpo chocaba con el de algunos de sus compañeros y que pareciera que absolutamente nada dañaría su cuerpo. Ver como su piel se perlaba al tiempo que el sudor se hacía presente y la playera que usaba se pegaba a su pecho, su estómago y su espalda, era realmente alucinante.

Su cuerpo no era como el de esos tipos que literalmente se matan horas en el gimnasio o haciendo algún deporte; sin embargo, su cuerpo era fuerte, atlético y marcado. Cada vez que lanzaba el balón, en sus brazos se dibujaban fácilmente los músculos y aquella maravillosa sonrisa aparecía cuando atrapaba orgulloso el balón de regreso.

En algún momento me sentí casi como si fuera una chica universitaria viendo algún partido del equipo de su universidad, en especial sin poder quitarle los ojos de encima al capitán del equipo.

Un poco más allá de donde estaba sentado pude darme cuenta de lo que mi hermano ocasionaba en las chicas. Era un grupito de cinco mujeres, seguramente mayores que él. Cada una lo señalaba, decían algo en voz baja y después reían como todas unas bobas.

Escuché como gritabas mi nombre y con un movimiento de mano me saludabas. Entonces su atención cambió instantáneamente de ti hacia mí. La mirada y los gestos eran completamente diferentes al ver que ni siquiera las tomaste en cuenta, y en cambio a mí me saludabas feliz y entusiasmado.







Entramos a los vestidores junto a los chicos con los que habías estado jugando todo ese tiempo. Me presentaste con algunos mientras otros se duchaban y cambiaban con ropa limpia. Poco a poco fueron saliendo y el vestidor se iba vaciando. Los últimos tres chicos se despedían de ti cuando salías de ducharte con una toalla atada en la cintura. Me dijeron adiós cuando pasaron por mi lado.

- ¿Puedes pasarme la ropa que está en el locker de allá?

Me moví hacia ahí buscando la ropa que estaba dentro. Vi un par de fotografías en la parte interna de la puerta; en una aparecía una de las chicas de hacía un rato. Saqué las prendas y las lancé; chocando en tu pecho, cayendo al suelo a tus pies.

Di media vuelta dirigiéndome a la puerta para salir de ahí.

El empujón en mi espalda hizo que automáticamente cerrara los ojos y un quejido de dolor saliera de mi boca.

- ¿Qué te pasa?.- Chan Yeol llevó su mirada al locker aún abierto. - ¿Estás celoso por un par de fotografías que ni siquiera yo puse ahí?.- acercaste tu cuerpo más hacia mí. Tu nariz inhaló profundamente el olor de mi cabello y de la piel detrás de mi oído. – Así que eso te molesta, ¿no?

- Eres un idiota, Chan Yeol.- respondí, pero ni siquiera intenté escapar.

- Soy un idiota al que le encantó verte celoso por el par de chicas más fáciles y ofrecidas de la universidad.- dijiste mordiéndome el lóbulo, y mi interior se sacudió. – Soy un idiota al que su hermano menor lo excita y lo pone rápidamente más caliente que todos los chicos con los que ha estado hasta ahora.

Tu mirada era brillante e intensa, fácil de perderse en ella. Te miré fijamente sosteniéndote retadoramente la mirada, con tu mano derecha tomaste mi cuello con fuerza y levantaste mi barbilla; pasaste tu lengua entre los labios, tu mano izquierda pasó por detrás de mi cintura acercando nuestras bajas partes; una de tus piernas fue en medio de las mías y cuando la moviste rozaste mi miembro. Gemí impaciente por lo que a continuación vendría.

- Ni siquiera puedes imaginarte la de cosas que quiero hacerte, hermanito.


No pediré perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora