Capítulo 22.

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Crema de whisky, vodka, licor de café y bastante hielo. Se Hun pidió aquella bebida en un vaso enorme térmico. Era su bebida favorita. Y no había dudado en pedirla al barman antes de salir del bar con un par de pajitas de colores.

La vista frente a Chan Yeol abarcaba a un divertido Jong In al volante que de vez en cuando giraba la cabeza para ver a Se Hun cantar y reír con la mano derecha fuera de la ventana con el cristal completamente abajo. El menor estaba poniéndose borracho con aquella cosa dulce que estaba tomando.

- Jong In..

- ¿Mmmm?

- Te amo.

Los ojos de Se Hun estaban embobados y perdidos en el moreno, quien reía gustoso.

- También te amo, cariño.

La ancha sonrisa que estaba plasmada en el rostro del menor se hizo más amplia. Giró su cuerpo hacia el breve espacio que separaba los dos asientos delanteros, buscando al pelinegro.

- A ti también te amo, Yeol. Mucho, mucho.- dijo al chico sentado tras él, a la mitad del asiento trasero.

El pelinegro le ofreció su mano y él la aceptó con un firme agarre. Sus miradas se anclaron una a la otra y al final mordió su labio.

- ¿Quieres besarlo?.- susurró Jong In muy cerca de su oído lo suficientemente audible para que Chan Yeol también escuchara, y Se Hun sólo pudo asentir sin pensarlo demasiado. – Entonces hazlo.

Se Hun sabía que no necesitaba el permiso de Jong In ni de nadie más; Quería besar al pelinegro, de verdad que sí, simplemente le costaba el hacerlo delante del moreno. Recordó el que el pelinegro estuviera fumando un poco en el bar y sus ganas de besarlo incrementaron, le gustaba ligeramente aquel sabor. El apretón que recibió en la mano por parte de su hermano, le hizo entender que estaba bien.

Con una sonrisa traviesa en los labios y un poco de trabajo, se coló hacia la parte trasera del coche. Se sentó sobre las piernas de su hermano mayor con las suyas a cada lado, y entonces lo besó.

Lo besaba con pasión, con amor; como siempre lo hacía.

Chan Yeol podía sentir la lengua del menor rebuscar en su boca, buscando que sus lenguas se juntaran y se movieran una con la otra. Podía saborear el sabor dulce de aquello que este bebía y que aún tenía en una de sus manos. La mano libre de su hermano buscó la parte trasera de su cuello con fuerza y apretó sus bocas.

Las caderas de Se Hun hicieron un leve movimiento, lo suficientemente para no pasar desapercibido por el pelinegro. Sus manos fueron instintivamente a éstas y las apretó. Se Hun gimió en el acto. Sacó la mano de la nuca del pelinegro, bajándola por un lado del cuello; cuando llegó al pecho se detuvo un poco y lo acarició por encima de la playera. Luego bajó por su estómago, hasta la orilla de los jeans e intentó desabrochar el botón metálico.

Chan Yeol detuvo aquella mano y quitó el vaso con la bebida.

- Espera, Se Hun. ¿Qué mierda estás tomando?

La circunferencia del vaso tocó sus labios y bebió rápidamente lo que quedaba en él.

- ¡Oye..! Eso era mío.

El entrecejo unido del menor y el gesto divertido en sus labios le causó gracia al pelinegro.

- Está empalagoso y tiene más vodka que nada. Con razón estás borracho.

- No estoy borracho.

La ceja levantada con incredulidad de Chan Yeol hizo reír al de cabellos lavanda.

- Bien. Sólo un poco.- admitió travieso.

El poco camino que faltaba para llegar a la casa, pasó entre besos y caricias en el asiento trasero. Chan Yeol de vez en cuando buscaba el reflejo del espejo retrovisor, esperando ver alguna reacción o algún gesto negativo por parte del moreno, pero nunca lo encontró. Sabía que éste pensaba en algo. Estaba serio, y sus ojos brillaron en el momento que él y el menor se quejaron con un gemido al momento en que Se Hun mordió su cuello y él le jaló los cabellos llevando su cabeza hacia atrás.

No pediré perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora