Capítulo 17.

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El taxi que habían tomado afuera del aeropuerto se detenía frente a un local de comida.

El transcurso había ido tranquilamente. El flujo de automóviles era escaso, sin muchos semáforos o señales viales que hicieran fastidioso el camino o que el tráfico los atascara por minutos en alguna calle principal.

Se Hun los llevaba a comer algo antes de llegar a la casa del abuelo porque les aseguró que no habría nada de alimentos en ella. Más tarde o mañana seguramente irían a comprar algo de despensa para preparar comida en casa o simplemente aplazarían las compras y mejor saldrían a comer fuera y conocer el lugar.

Cada uno entró al local arrastrando su maleta en mano. Se Hun iba en primer lugar, seguido de sus hermanos.

En cuanto entraron, un hombre alto, de piel apiñonada, ojos aceitunados y cabello castaño, salió de alguna parte. Vio con interés a los chicos entrar, pero su mirada se detuvo fijamente en el menor de ellos. Mencionó el nombre de éste en un grito con voz gruesa y lo abrazó efusivamente.

Jong In que iba de último, se movió hacia un lado, viendo con claridad como aquel desconocido abrazaba a Se Hun, y éste le respondía de igual manera. Jong In veía con extremo detalle cada cosa que pasa en ese momento. Notaba la manera en que el hombre pasaba sus manos y brazos alrededor de los de su hermano y los unía en su espalda. Notaba claramente la mirada llena de brillo, la amplia y sincera sonrisa dedicada sólo para el rubio; el movimiento que hacía una mano en el claro cabello de Se Hun y la fuerza que después ejercían aquel par de manos en sus hombros.

- No sabes el gusto que me da volverte a ver, Se Hun.- dice el hombre con un extraño acento coreano. Y eso le sorprende. – Pensé que tardarías mucho más en volver, pero me alegra que estés de vuelta mucho antes,.. y con compañía.

Se Hun con un rostro alegremente radiante le sonríe volteando hacia sus acompañantes.

- Ellos son mis hermanos, Luca.- señala uno a uno presentándolos a su amigo. – El de cabello negro, grandes ojos y divertida sonrisa es Chan Yeol. El que tiene el ceño fruncido y cara de pocos amigos es Jong In; El mayor de los tres.

Luca ofreció su mano dando un fuerte y firme apretón en las manos contrarias cuando los saludó.

- Mucho gusto en conocerlos chicos. Se Hun hablaba mucho de ustedes dos. Decía que tú –hizo un movimiento de cabeza hacia Chan Yeol-, nunca dejabas de seguirlo a donde quiera que iba, mientras él seguía a Kai. Supongo que en ese caso tú eres Kai, ¿no?.- preguntó mirando a los ojos al moreno.

Jong In asintió sosteniéndole la mirada.

- Aún no sé de donde salió ese mote, pero siguen llamándome así todavía.

Chan Yeol también lo miraba, pero de forma distinta a la del mayor. Lo hacía entre asombrado y satisfecho de poder entender y entablar una plática con un Italiano que no hablaba su idioma natal.

- ¿Cómo es que sabes hablar coreano tan bien?.- preguntó asombrosamente curioso.

- Tengo un maestro genial.- pasó su brazo de lado hacia la espalda de Se Hun. – Supimos que teníamos que aprenderlo cuando lo conocimos. Él nos enseñó coreano a cambio de que nosotros le enseñáramos italiano. Fue un trueque increíblemente justo. Podemos hablar cualquier idioma sin ningún problema, ¿no es así, Hunnie?

Inmediatamente Se Hun buscó a Jong In y este tenía más intensificada aquella arruga entre las cejas, claramente inconforme por aquella manera en que lo acababan de llamar. Chan Yeol comenzó a reír al ver la expresión en el rostro del moreno alejándose de él, como si su vida y ser comenzaran a sentirse amenazados.

Luca, ajeno a eso, les pidió que caminaran a una de las mesas del fondo. Los tres chicos pidieron de comer y Luca se marchó a la cocina.

- Así que,.. ¿Hunnie?

- Sí.- explicaba. - Clariee comenzó a llamarme así.

- ¿Quién es Clariee?.- quiso saber Chan Yeol.

Y como si hubieran invocado a aquella persona, un grito agudo se escuchó frente a ellos. Una mujer venía bajando unas escaleras cerca de la cocina con un bebé en brazos. Cuando llegó al final de éstas, casi corrió para reunirse con ellos en la mesa.

La mujer vestía unos jeans de mezclilla blancos y una blusa verde oscuro atada en la cintura. Era casi tan alta como Se Hun, de piel muy blanca, cabello largo rojizo en una trenza de lado, ojos verdes y muchas pecas en las rosadas mejillas y nariz. Sin duda era muy hermosa.

Ésta abrazaba al rubio con fuerza con un solo brazo mientras con el otro sostenía a su bebé.

- Por Dios, me alegra tanto tenerte de vuelta, Hunnie.- Una pequeña carcajada se escuchó entre ellos.

Se Hun aflojó el abrazo, tanto como su mirada como sus manos buscaron al pequeño que ya extendía sus bracitos hacia él. En cuanto lo tuvo entre sus brazos, le tomó el rostro entre sus manitas y le besó la nariz con una risilla alegre y contagiosa.

- Matteo.- susurró con voz suave y dulce.

Chan Yeol y Jong In miraban aquella escena raramente sublime y especial.

- No sabíamos que te gustaran tanto los bebés, Se Hun.- dijo Chan Yeol.

Se Hun rio sin apartar la mirada de la del pequeño.

- No me gusta cualquier bebé, sólo me gusta él.

Y como si el pequeño lo entendiera, se abrazó a la cabeza del menor, dejando un poco de saliva en su mejilla.

En silencio todos los observaban, reconociendo en silencio cada uno, que Se Hun sería en maravilloso padre y criaría de la mejor manera a un niño si así lo deseaba.




Doble capítulo, a huevoooo..  ¿Quieren un tercero?  XD

No pediré perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora