Capítulo 9.

725 100 25
                                    


                                                                                        5/5


Podía sentir la mirada de la dependienta. La mujer le ofreció su ayuda para encontrar lo que había ido a buscar. Sobre el mostrador descansaban tres suéteres tejidos con cuello V idénticos pero de distinto color, camisas de cuello alto y manga larga, pantalones de mezclilla en diferentes tonos de azul y tenis de tela blancos. Sus hermanos lo matarían por aquello, pero se la debían. Desde la llamada de Paolo, los dos andaban imposibles.

Desde que salía de su recámara por la mañana temprano, Jong In no lo dejaba solo ni un solo momento, y había comenzado a hablarle nuevamente, pero cuando Chan Yeol llegaba de las clases era doblemente peor.

Vamos, no era como que Paolo fuera a aparecer y se lo llevara lejos de ahí.

Había logrado escapar de Jong In cuando éste aceptaba una llamada de su madre mientras iba a la cocina. Sabía que se molestaría cuando descubriera que no estaba en la casa, y ahora: los dieciocho mensajes y veintitrés llamadas sin contestar se lo confirmaban. Escogió la última prenda y fue directamente a caja a pagar todo e irse a casa. Iría a la muerte segura.





- Kai te va a matar.

Chan Yeol estaba frente a él. Ni siquiera había logrado meter la llave a la cerradura cuando este abrió la puerta.

- Fui a comprar unas cosas.- justificó levantando ambas manos con las bolsas de las compras.

- No me expliques nada.- pasò por un lado del rubio, cambiando de lugares. Ahora Se Hun estaba dentro. - Cuando llegué a casa, Kai estaba de un humor de los mil demonios. Dijo que escapaste.

Chan Yeol besó su boca rápidamente y se despidió con la mano mientras decía algo, que no pudo entender porque no le prestó atención. Sus padres llegarían dentro de algunas horas y nadie lo defendería. Maldijo al pelinegro por haberse largado y dejarlo solo. Apretó los labios sintiéndose mal por lo que había hecho. Ahora tenía que dar la cara ante Kai y que alguien se apiadara de su alma.





Bien, estaba en su pieza sano y salvo. Sólo tenía que estar en silencio y sin moverse mucho para que Jong In no supiera que ya había llegado a casa y bajar hasta la hora de la cena. Se separó de la puerta y caminó hacia la cama.

- ¿Dónde jodidos estabas? Llevo toda la tarde llamándote y enviándote mensajes, ¿Por qué diablos no atendiste ninguno de ellos?.- Se Hun dejó caer las bolsas que llevaba en las manos y se acercó rápidamente al moreno. – Si lo que quieres es estar lejos de mí, entonces..

Los labios del rubio estaban sobre los del mayor en ese momento. Ninguno se movió, las respiraciones de los dos se vieron interrumpidas y sus corazones se detuvieron intermitentemente. Se Hun se separó del castaño y dio un paso atrás con la mirada fija en la de su hermano.

- Yo.. lo siento.- tartamudeaba torpemente con la mano frente a su boca. – No sé por qué lo hice, pero..

- ¿Pero qué..?

Se Hun negó en silencio.

- ¿Pero qué?.- preguntó de nuevo.

El rubio aspiró aire y lo contuvo antes de contestar:

- Pero no me arrepiento.






La sonora carcajada de Chan Yeol resonó en el pasillo cuando escuchó la pregunta que su hermano mayor había hecho a Se Hun y este solamente se quedaba en silencio mirándolo con miedo.

- ¿En serio no te lo ha dicho, Kai?

Se Hun miró al menor con una muda súplica de que guardara silencio. Aquella pequeña acción fue en vano.

- Lo siento, Se Hun. Pero él y yo no tenemos secretos.- dijo al tiempo que señalaba al moreno y a él de regreso. Su mirada fue directa a Kai. – Se Hun y yo.. ¿Cómo decirlo? Nos hemos hecho más unidos últimamente.

- ¿Más unidos? ¿Qué tan unidos?

El semblante del mayor no era nada amigable o neutro. Claramente se podían ver sus facciones endurecidas y el enojo en sus oscuros ojos. Se Hun quedó al margen de su vista. Lo ignoró y toda su atención se vio volcada en el pelinegro, esperando a que éste siguiera hablando.

- Pues veras.. Él y yo,.. – Chan Yeol por primera vez sintió cómo los nervios y el miedo se apoderaban de él, por lo que fuera a decir el moreno. – Sé que no es correcto pero...

- Chan Yeol y yo nos besamos.

Aquellas palabras resonaron firmes con la voz del rubio. Kai se giró encarándolo.

La mirada del mayor estaba llena de coraje e incredulidad.

- ¿También lo besaste?

La pregunta de Jong In quedó suspendida en el aire por una fracción de tiempo, hasta que Chan Yeol habló:

- ¿Cómo que también...?

Chan Yeol y Jong In miraban a Se Hun como si no estuvieran seguros de lo que pasaba en esos momentos entre ellos. Pero el mayor de ellos era el único consiente de todo, el único que lo entendía perfectamente bien.

Se Hun estaba siendo un tremendo imbécil. Un cabròn que estaba jugando con los dos. Jugando algo que todos estaban seguros que no podía existir. Algo de lo que seguramente terminarían arrepintiéndose. Algo que apenas empezaba y definitivamente debía terminar.

Jong In después de darle una mirada dura y fría a Se Hun, la desvió. Dio media vuelta y chocando con el hombro de Chan Yeol, se alejó de ellos. 


No pediré perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora