Capítulo 16.

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El decirles a sus padres durante el desayuno que viajarían a Italia después de aquella.. ¿plática?, la mirada inconforme y reprochadora de su madre había sido inevitable. En cambio su padre se comportó recibiendo la noticia lo bastante de acuerdo con aquella decisión. Incluso los llevó al aeropuerto.

Chan Yeol tuvo que aplicarse en la universidad desde la vez que hablara con Se Hun sobre ir a Italia. Estudió, presentó trabajos y los exámenes que aún faltaban para el resto del semestre; así que podía irse a Italia sin ningún problema o pendiente. Su madre no pudo echarle en cara nada que lo hiciera quedarse. Iría a Italia con sus hermanos, disfrutaría el tiempo que estuvieran allá y nada ni nadie se lo impedirían.




Se Hun dormido apoyaba su cabeza contra el hombro de Jong In, y éste veía una película en la pantalla del frente con los audífonos puestos. Los tres iban sentados juntos en la misma fila de asientos. Se Hun del lado de la ventanilla.

Chan Yeol leía el último libro que había comprado y llevaba más de un mes con el separador en la misma página sobre el buró de su recámara. Sentía la fuerza ejercida alrededor de sus caderas del cinturón del asiento. Serían demasiadas horas hasta Italia. Horas en la tendría que estar sentado sin poderse mover mucho, y eso era casi imposible para él. Odiaba estar quietamente sentado sin poder hacer algo por más de una hora mas o menos.

Cerró el libro con algo de fuerza, resopló con frustración y dio una mirada al pasillo del avión y a los asientos de los pasajeros. El vuelo estaba increíblemente tranquilo, silencioso, y con muy pocos pasajeros. La aeromoza rubia llevaba lanzándole miradas coquetas y obvias desde que el avión despegara, pero que él evitaba responder a toda costa sumergido en aquel libro. No le interesaba. En cambio, observaba al chico dos filas delante de ellos, y que se había girado a verlo un par de ocasiones de una manera tan sutil y disimulada.

- ¿Estás pensando en tener sexo con él en el baño del avión?

- ¿Qué? ¡No!.- exclamó asombrado por haber escuchado a Kai hablar tan de repente. – Deja de decir estupideces y sigue viendo tu película.

Ambos hermanos hablaban en voz baja. Era cerca de las dos de la madrugada y por lo que les había dicho Se Hun cuando abordaron, llegarían antes de las siete de la mañana a Italia. Aún tenían tiempo de dormir y descansar un rato, pero ninguno de los dos podía debido a la emoción que sentían por conocer el lugar del que su hermano menor hablaba maravillosamente. Ansiaban conocer aquel nuevo lugar, aquel encantador y singular país.

- Mamá está demasiado molesta con ustedes dos.

El pelinegro dijo tan tranquilo como si no fuera algo realmente preocupante.

- Lo sé. Pero no voy a justificarme por nada, Yeol.

- Debieron tener más cuidado, Kai.- advirtió pasando la mano por la portada de su libro. – Pero se delataron por un momento de calentura.

- No digas eso. No fue por eso.- murmuró. – Esta vez fue diferente. Se sintió diferente.

Chan Yeol giró su rostro para observarlo. Kai decía la verdad, podía notarlo.

- Fue como si Se Hun y yo estuviéramos juntos, perfectamente conectados.- soltó de repente el moreno sin quitar la mirada de la pantalla del frente.

- ¿Qué tan juntos?

Jong In giró su cabeza hacia el pelinegro y lo miró. Chan Yeol tenía la cabeza hacia atrás, apoyada en el respaldo del asiento con los ojos cerrados y el cabello levemente despeinado.

- Juntos, juntos. Como una pareja común y corriente.- explicaba. – Cuando Se Hun dijo que me amaba, mamá casi enloquece.

- ¿Por eso es que mamá estaba tan de mal humor? Un día más con ella en casa y juro que le habría arrancado la cabeza.

- Lo sé.- Jong In buscó la mano de Se Hun y la unió a la suya. - Mamá se puso como loca, pero, papá creo que lo entendió.

Chan Yeol se giró, apreció la mirada que el mayor le dedicaba a un dormido Se Hun. Ésta estaba llena de amor, cariño, ternura, y el agarre de sus manos era seguro, fuerte, firme. No se había equivocado cuando en algún momento pensó que Kai pudiera sentir algo más que hermandad por Se Hun. Desde aquella primera vez.

Aquella en que Kai le pidiera a él que tuviera sexo con el menor. A él no le había molestado ni mucho menos importado, pues a pesar de que forzaba a su mente a verlo como un hermano, sus ojos y su corazón no lo sentían como tal. No podía decir que lo amaba. No con la misma intensidad en que lo hacía Jong In. Obviamente quería a Se Hun, se preocupaba por él y buscaba la manera en que éste se sintiera bien. Adoraba ver la hermosa sonrisa del menor plasmada en su rostro, adoraba verlo feliz. Y, si Se Hun era feliz, él también lo era.

- Entonces.. ¿Están en algún tipo de relación?

El moreno negó lentamente. Acariciando con el pulgar el dorso de la mano del rubio.

- Pero no rechazaría si Se Hun me da esa oportunidad, ¿sabes?

- Descuida. Sólo.. Cuídalo mucho, Kai.- pidió sin apartar la mirada del menor. – Se Hun no es cualquier chico. No uno con el que puedas jugar. No uno al que puedas tomar y dejar cuando quieras. Él es..

- Es especial. Lo sé.

Chan Yeol acarició suavemente la mejilla del rubio y éste respondió a su tacto, moviéndose hacia su mano. A pesar de que estaba completamente dormido, el menor susurró su nombre y una pequeña sonrisita apareció en sus labios.

Le costaría media vida controlar esas ganas incontenibles de besarlo y abrazarlo si éste decidía tener algo con Kai. Nunca fue suyo y nunca lo sería; Pero se conformaría con estar a su lado siempre y ser lo que eran: Hermanos. Sí, eso le bastaría.

Prefería ver a Se Hun con Jong In, que con cualquier tipo estúpido. Aunque también pudiera el moreno llegar a ser algunas veces tan idiota como cualquiera.

Sabía a ciencia cierta que Jong In lo amaría con toda la fuerza de su corazón, que jamás lo lastimaría de ninguna forma ni lo haría llorar o sufrir, y eso.. eso era lo único que le importaba.


No pediré perdón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora