Capitulo 8

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Lauren's Pov

Sentí un deja vú al despertarme. La sensación de que mi cuerpo fue golpeado era una de las razones. La segunda fue despertarme otra vez en la cripta. Un recuerdo pasó por mi mente, Verónica. Ahí reaccione, estaba en el sillón con una manta encima, ella estaba durmiendo apoyada en mis piernas. Supuse que se durmió cuidándome, y sonreí mientras acaricie su cabello tiernamente.

Los recuerdos de mi adolescencia se hicieron presentes, siempre estuvo ahí cuando tenía estos ataques. La única diferencia ahora, era que ella había probado sangre humana, mientras que yo aún no. Y pareciera que mi cuerpo estaba reclamando eso. Sabía perfectamente por qué estaba pasando esto, la llegada de cierta morena de ojos marrones a mi vida, explicaba mucho.

Recordé aquel tiempo en el que mi abuelo decidió enviarme a ese pupilo en Inglaterra. Era la primera vez que me negaba tan rotundamente a algo y le pedí ayuda a mi padre. Recuerdo su cara de sorpresa al pedirle que por favor no me deje ir. Intento por todos los medios que no sucediera. Y así fue, pero solo por un año. El abuelo vino a buscarme, y frente a esa autoridad nadie pudo negarse, ni siquiera Verónica. Aunque lo intento.

*Flashback*

-¡Abuelo!, no puedes hacerle esto.- grito furiosa.

-Verónica, por favor.- Dijo mi padre tratando de calmarla.

-Sabes que no es la mejor opción, sabes que sufrirá. No tienes idea lo que es mejor para ella.- antes de que pudiera decir otra cosa, el abuelo hizo sonar una fuerte cachetada sobre su mejilla.

- ¡Niña insolente!, como osas decir esa sarta de estupideces.- grito furioso.

Verónica lo miro con odio, sus ojos estaban idos. Mi padre la sostenía intentando calmarla. Entendía perfectamente sus preocupaciones, pero como no podía manejar mi sed, ese pupilo podría ser un escape o una forma de mantenerme alejada de los humanos. Ya que, aunque me criaron alejada de ellos, igualmente salí y tuve contacto.

Sufría al igual que ella, si algo no quería, era separarme de la única persona que me acompañaba día a día.

Perdida en mis pensamientos, no pude ver en qué momento Verónica se zafo ágilmente de los brazos de mi padre y agarro el cuello del abuelo, levantándolo del piso.

-No te atrevas. Escúchame bien, nunca más, a pegarme costal de huesos viejos- La voz le salió ronca y me atrevería a decir que se escuchaba como si fuese el mismo diablo.

La cara de todos era un verdadero poema. Verónica reacciono a su pérdida de control. Bajando al viejo, quien todavía tenía cara de perplejo. Verónica dio vuelta sobre sus pies y empezó a caminar furiosa hacia la puerta. Antes de llegar, cayó al suelo de rodillas y grito de dolor. El abuelo estaba haciendo uno de sus "embrujos" sobre ella.

-Si seréis irresponsables, como pretendéis ser alguien con este comportamiento. No olvidéis que soy mucho mayor y sabio que vosotras- Sus manos hicieron un giro extraño y Verónica grito nuevamente de dolor.

-¡Basta ya!- grite. Era la primera vez en años que le gritaba a mi abuelo.- Iré contigo si dejas en paz a Verónica. Ella no tiene la culpa, solo está preocupada por mí.- fije mi mirada fría sobre la de él. Cedió.

-Preparad su maleta, volaremos mañana temprano.- Dijo antes de abandonar la sala acomodándose el cuello de la camisa.

Me acerque a Vero, que todavía estaba en el suelo, la ayude a levantarse y vi como las lágrimas corrían por sus mejillas. No era por dolor de ser humillada o por el golpe. Era porque sabía que íbamos a estar separadas por un largo tiempo.

Black Rose [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora