Capítulo 37

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La hija de Caos cumplió su promesa. Tres días antes del próximo cataclismo fue hasta las ruinas fosilizadas de un castillo, en un bosque inhóspito que permanecía allí intacto y embrujado, traspasando aquel pasaje que le permitió volverla a ver.

Pero hay cosas que no se pueden ocultar. Gea descubrió la gran hazaña de su hermana. Fue a pedirle explicaciones, pero su padre se adelantó.

Luego de que exiliara a los dioses, regeneró su tierra para la próxima era. Percatando algunas anomalías. Criaturas desaparecían a veces para siempre y otras se hallaban en lugares inusuales para su especie. Intentó cerrar las brechas en su mundo. No pudo detenerlo y debió pedirle ayuda a su padre.

Cruzaron uno de los portales, una copia distorsionada de su mundo. Donde criaturas que recordaba extintas vivían en armonía junto con otras que desconocía. Paisajes extravagantes, mágicos, libertinaje silvestre.

No tardaron mucho en descubrir la causante de tal desenfreno de potestad. Apocalipsis. Quien se ocultaba con su amante en un duplicado exacto donde juraron amor.

Caos comprendió aquel oráculo que se presentó el día que su hija fue creada.

"Mia theótita pou dimiourgíthike gia na katastrépsei tha eínai to télos kai i archí tou néou sýmpantos."

(Una deidad creada para destruir será el fin y el comienzo del nuevo universo)

El nuevo mundo.

Nacería una especie distinta, un portador espiritual. Donde los dioses y otros seres podrían elegir por voluntad experimentar allí, como a su vez, enviar a quienes serían castigados para escarmentar. Lanzándolos al mundo despojados de sus privilegios.

En cuanto a los portales unos pocos se cerraron, algunos eran tan poderosos e inestables que debieron ser encubiertos por algún hechizo que los haría lo más inaccesible que se podría.

En principio, se determinó separar en clases. Animal, humano y sobrehumanos. Los últimos podrían conservar un fragmento de su verdadero espíritu. Magia, fuerza, aspecto físico, etc.

Los amantes recibieron un castigo. Lilith fue desterrada y despojada de su jerarquía. El espíritu indomable de la diosa ojos carmesí luchó con uñas y dientes ante esta decisión. No se doblegaría a permitir que dividieran su alma. Llegó a un acuerdo donde le otorgarían ser parte de los sobrehumanos, con la condición de no recordar su vida, borrarían de su mente cualquier indicio de aquel romance que jamás debió existir.

Un ser demoniaco con su formidable poder limitado, aunque no menos peligroso. Junto con el vacío que persistirá con esa promesa. Viviría en las sombras del nuevo mundo.

-Lilith intentaría llenar aquel vacío en su alma, creó una especie a su semejanza, los vampiros. – Lucy hizo una pausa.

-¿Y qué pasó con Apocalipsis?- preguntó Vero por todos.

-Mientras no fuera necesario su trabajo, apresaron su ser. Fragmentando su esencia en la tierra. Fue una difícil decisión. Pero había corrompido las leyes y su poder era tan grande que nadie podría detenerla

-¿Cómo encerraron su espíritu en un solo portador?- preguntó Normani.

-No lo hicieron, dividieron en varios portadores. Haciendo que viva incontables experiencias, así olvidaría a la diosa y recuperarían el equilibrio. -

-Os diré que jamás comprendieron el majestuoso labor de Apocalipsis. Creó un puente entre el mundo espiritual y el humano. – agregó Guillermo.

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⏰ Última actualización: Jun 08, 2020 ⏰

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