Capitulo 26

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Cementerio abandonado 3:16 AM

Verónica desapareció entre los árboles, cumpliendo con la orden dada por Normani.

Era la primera vez que se presentaba la verdadera naturaleza de Lauren frente a sus ojos, aún seguía anonadada, esa misma seria niña que conoció pintando las montañas que veía desde su ventana, esa niña solitaria que guardaba dentro de ella un pasado, una vida, un secreto tan grande que llenaba de miedos su vida. Ahora comprendía, porque sufría, por que se temía. Su existencia era tan grande, imponente, incontrolable. Un título tan pesado como ser la reencarnación de la reina, y que su legado, su poder, su historia, ahora era de ella. Lauren Jauregui, su hermana del alma, su compañera, su mejor amiga, hoy despertaba siendo la reina de los vampiros.

Sacudió su cabeza, necesitaba prestar atención, la necesitaban. Tenía que llegar a la cripta lo antes posible, Lauren la necesitaba. Podía hacer algo por ella, recompensaría todo el tiempo que estuvieron separadas.

En pocos minutos llego, abrió el mueble agarrando varias botellas. Antes de salir, se percató de una presencia. Por su aroma se trataba de un humano,
¿Qué hacia ese estúpido a estas horas, en un cementerio abandonado? Pensó mientras se escabullía entre los árboles para perderse en el bosque con la sensación de ser perseguida.

-Genial, lo que me faltaba.- bufo sin querer retroceder y ver de quien trataba, eso la haría perder tiempo valioso. Decidió utilizar su mejor habilidad, la velocidad. Perdiendo al idiota del cementerio.

-¿Donde esta…?- pregunto la pelinegra con la botella de sangre en la mano.

-¡Joder Normani!- grito al ver a su amiga levantándose con dificultad del piso.

-Estoy bien, no me hizo daño, solo utilice demasiada energía para neutralizarla y mantenerla en el círculo. Me debilite, es muy fuerte.- se quejó la morena.- Escapo Vero, hay que detenerla.- Verónica asintió cargando a Normani en su hombro.

-Hasta que recuperes fuerzas, te cargare.- le dijo la pelinegra, recibiendo un gracias con la mirada.

A pocos metros de allí.

Lauren luchaba por tener el control de su cuerpo, el sello estaba roto, era libre. Pero presa de la sed que la estaba torturando. Sus bajos instintos fueron liberados al romper el sello que la contenía. Las palabras de Lilith resonaban en su perdida mente “No olvides quien eres y quien quieres ser.” La única pizca de cordura que encontró en su cabeza fue la voz de su reencarnación, mientras sobrevolaba el pinar.

Una puntada en la cien hizo que perdiera el equilibrio, enredándose entre las ramas, cayendo estrepitosamente y sin ninguna elegancia, sobre el frio suelo. Se mantuvo en cuclillas intentando recobrar el aliento, intentando tomar nuevamente el control de su cuerpo y su mente, no era cosa fácil negarse a su naturaleza.

Un peculiar aroma llego a sus fosas nasales, no estaba sola, olía a humano.

-Hey amigote, ¿estas herido? - escucho una voz a pocos metros de ella, interrumpiendo su lucha interna, intento ignorar lo que su cuerpo le pedía, sangre.

-Te estoy hablando, haz algún ruido o algo- escucho la pelinegra, la humana entrometida alzo su voz, haciendo que el poco autocontrol que estaba logrando se esfumara, se dejó dominar por su sed.

Abrió sus grandes alas, sorprendiendo a la muchacha que la miraba expectante. La luz que proporcionaba la luna esa noche, enriquecía cada parte de la perfecta piel de la nueva reina.

Black Rose [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora