Black Rose [Camren]

Capitulo 12

Lauren's POV

-Camila.- susurre contra su suave piel.- Deberíamos parar.-

Estaba llegando a mi límite, y antes de dejarme llevar utilice el último hilo de cordura para parar esto.

-No quiero.- dijo en medio de un jadeo.

-Aquí fuera... No deberíamos... Dejarnos llevar...- mordió mi labio inferior.

-No tienes que parar.- Beso el lóbulo de mi oreja, haciendo que me estremezca más.

-Camila... es peligroso.- intente pararla, sabía que mi cuerpo no respondería, temía por ella.

Rozo su cadera con la mía. -Lauren...- gimió. Mierda

Nuestros labios se volvieron a encontrar, en un beso diferente, intenso, casi desesperado. Solo podía pensar en que ahora me pertenecía, a mí y solo a mí.

Nuestras respiraciones se habían acelerado y nos impedían hablar. No existía nada en el mundo salvo ella y esa voz monótona en mi interior que insistía una y otra vez en que ella era mía.

Mis dedos rozaron el fino tirante del vestido de la morena, este se escurrió de su hombro, dejando a la vista la curvatura superior de su pecho. Dibuje con mi pulgar una línea entre su oreja y su hombro. Desee detenerme, moría por tocarnos como tanto sabía que necesitábamos, pero me estaba perdiendo.

No pensaba racionalmente, de hecho apenas conseguía pensar. En aquel momento solo existía mi cuerpo y lo que me exigía. Sabía que hacer, aunque ni siquiera llegara a imaginarlo todavía. Lo sabía.

Para Lauren, me dije. Sin embargo, ambas habíamos ido demasiado lejos para poder detenernos. La necesitaba, por completa, ahora.

Sujete su rostro entre mis manos y relamí sus labios suavemente, baje con besos en su barbilla, en su cuello. Y al ver el pulso de las venas latiendo bajo mis labios, no pude reprimir mi sed de ella.

La mordí en el cuello, con fuerza. La oí gritar de dolor, desconcertada, pero al mismo tiempo la sangre salió disparada hacia mi lengua y el espeso sabor metálico se propago en mi interior como un incendio; ardiente, incontrolable, mortífero y bello. Al tragar, el sabor de la sangre de Camila en mi garganta fue lo más dulce y delicioso que había probado jamás.

Camila intento separarse de mí, pero ya estaba muy debilitada. La cogí entre mis brazos cuando empezó a desplomarse para poder seguir bebiendo con avidez. Tenía la sensación de estar aspirando su alma junto con su sangre. Nunca había estado tan unida a alguien como en este momento

Mia, pensé. Mia.

En ese momento, el cuerpo de Camila se relajó por completo; se había desmayado. Darme cuenta de su estado fue como un balde de agua helada que me saco del trance de golpe.

Respire jadeante y deje que el cuerpo de la morena, cayera inconsciente al suelo. Los orificios amplios y profundos que mis colmillos habían dejado en su cuello, oscuro y húmedo a la luz de la luna, resplandecía como tinta derramada. Caía un pequeño hilo de sangre sobre su hombro, manchando su vestido.

-¿Que he hecho?- jadee, sin aire, en un susurro apenas audible. Aun tenía los labios pegajosos y calientes por la sangre de la ojimarrón.-Vero...- pensé.

Me levante tambaleante del banco donde estaba apoyada. Fui hasta el bolso de Camila, el mío había quedado en el auto. Agarre su celular.

-Joder, esta mierda no se desbloquea.- gruñí frustrada. Observando que el aparato me pedía la huella dactilar de Camila.