Capítulo 6

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Justo después de pasar la media hora en aquel vehículo, finalmente arribamos a nuestro destino. El centro de la ciudad de Los Ángeles lucía peor de lo que habíamos visto antes.

Simplemente, todo parecía haber salido de alguna película de terror. Como si hubiera habido una guerra, o peor aún, como si la ciudad hubiese sido azotada por alguna catástrofe natural, como un tornado o un sismo. Todo parecía destruido, abandonado, o en ruinas.

Bajamos de la van en cuanto Riker la estacionó, junto a la vacía acera de aquella deshabitada avenida. Evan permaneció con Brooke al interior del vehículo, solo por precaución. El resto, bajamos.

Tomé la mano de Ross en cuanto bajé, pegando un brinco.

El viento en la ciudad era demasiado frío y fuerte, incluso a pesar de encontrarnos en verano. Había olvidado por completo el hecho de que en las madrugadas la temperatura solía descender, y ninguna de las chicas habíamos escogido alguna prenda más abrigadora.

Ratliff y Riker se dirigieron a la entrada de aquel edificio. El castaño le dio el arma a Riker, quien la tomó, ligeramente tembloroso. Ratliff finalmente tomó aquel tubo de metal que conservaban de la noche anterior.

Observé algunas marcas y abolladuras a lo largo del metal, probablemente debido a la fuerza que Ross había usado para deshacerse de aquella cosa. Dejé de mirar el tubo en cuanto noté que Ross sacaba un arma larga y varios cartuchos del maletero de vehículo.

Lo miré, completamente confundida.

—¿De dónde la sacaste? —pregunté. El rubio me sonrió.

Su brillante sonrisa incluso en estos momentos lograba alegrarme aunque fuese un poco.

—De la tienda también —me respondió, con tranquilidad.

Entramos al lugar. Era pequeño, un edificio de dos pisos para ser exactos. 

Lo que antes solía ser un edificio normal de la Policía de Los Ángeles, ahora era un lugar oscuro, frío y sombrío, repleto de sangre y completamente desordenado. Había desastre ante tus ojos sea cual fuese el lugar al que voltearas. 

La sangre escurría en algunos cristales, principalmente aquellos de la entrada. Cuerpos tirados, papeletas esparcidas por el suelo y muebles fuera de su lugar, o dañados.

—¡Papá! —gritó Riker, irrumpiendo el silencio en el lugar mientras todos nos encargábamos de buscar alguna pista de su padre. 

Ross revisó la planta superior junto con Hunter y Ratliff mientras que nosotras permanecimos en la planta baja con Riker. Recorrí el lugar, buscando de puerta en puerta si en alguna oficina se hallaba el señor Lynch, pero no, simplemente nada.

Salí de vuelta al pasillo, sintiendo una profunda tristeza por Ross si es que no lográbamos hallar a su padre. Es decir, siquiera merecían verse una última vez.

Natalie se acercó a mí unos metros y justo antes de dar el siguiente paso para llegar conmigo, se detuvo, mirando horrorizada hacia el pasillo justo detrás de mí.

La miré, confundida, frunciendo el ceño.

Riker se encontraba en la oficina del fondo, una oficina justo después de la que yo había salido al no encontrar a nadie. Giré la cabeza sin prestarle atención al gesto de Natalie, sin encontrarme nada en el pasillo y divisando la cabeza de Riker en aquella oficina, buscando.

-—Alex, hay uno al fondo del pasillo —finalmente habló Natalie, en un susurro.

Tragué saliva con fuerza al escucharla y decidí darme la vuelta completa, para de esta manera, verlo mejor. Natalie se acercó, con cuidado de no hacer ruido.

INFECCIÓN // Ross Lynch (ACTUALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora