No tenía ni la más remota idea sobre que demonios hacíamos en Detroit.
Después de 10 horas seguidas de camino donde Riker y Ross se habían turnado la labor ante el volante, al parecer habíamos llegado a nuestro aparente destino. Nuestro viaje hasta el punto donde ahora nos encontrábamos había sido completamente directo, sin escalas en ningún lugar ni paradas, más que para ir al baño.
Después de lo ocurrido en el centro comercial, y de aquella llamada con mi padre que nos había dejado con miedo a todos, solamente queríamos estar a salvo.
—Llegamos —dijo Ross de repente, estacionando la camioneta frente a una enorme casa de un solo nivel.
El reloj del tablero de la camioneta marcaba las tres de la tarde. El clima estaba bien, el viento soplaba un poco fuerte, pero el cielo se encontraba completamente despejado y los fuertes rayos del sol llegaban a quemarte la piel si te daban directo por más de dos minutos.
El lugar lucía bastante tranquilo a comparación con el resto de lugares donde habíamos estado estos últimos días. Estábamos algo retirados de la ciudad, cerca de un enorme lago que llegaba hasta la frontera con Canadá.
Nos encontrábamos estacionados frente a una enorme casa. Esta era de un nivel solamente, pero se podía apreciar que era grande.
Bajamos del vehículo, observando todo a nuestro alrededor con extrema curiosidad. Había un hermoso camino de plantas y césped junto a la entrada principal de la casa. Riker espero a que todos bajaran para estacionar la van en un espacio frente al garaje de la casa.
Ross tenía las llaves del lugar.
—¿Ross, dónde estamos? Cuando dijiste "iremos a un lugar seguro" pensaba en una base militar, no una casa de vacaciones en Detroit —dijo Evan, burlándose. Tomaba de la mano a Brooke.
Joanna miraba la casa con atención. Natalie me miró confundida y ambas esperamos la respuesta de Ross.
—Hermano, ¿qué es esta casa? —dijo Riker de repente, apareciendo nuevamente junto a nosotros.
¿Así que él tampoco sabía?
—Papá me dio las llaves de esta casa, para que viniera de vacaciones con amigos, así como a ti te dio las llaves de un departamento en Miami, Riker —explicó Ross, mientras terminaba de abrir la puerta, girando las llaves y abriendo ambas cerraduras.
Entramos después y Ross cerró la puerta de la casa con seguro, colocando un cerrojo por dentro de la casa. Minutos antes, Riker y Ratliff habían sacado todo de la camioneta: provisiones de comida y bebidas, armas, todo.
La casa era bastante grande. Entrando había un pasillo con un baño y un recibidor. Después al fondo, una sala frente a un ventanal que daba hacia el porche del jardín, con vista hacia el precioso lago que rodeaba el vecindario. Pude notar que había un pequeño muelle y un bote en el jardín, probablemente para poder pasear y disfrutar de tal atractivo natural.
Del otro lado, una cocina con una enorme isla y un comedor. Y en el pasillo principal de la casa, había cuatro puertas: un baño y tres habitaciones bastante grandes.
Brooke y Evan salieron hacia el jardín y se sentaron en una mesa que había, relajándose y respirando tranquilamente por fin. Ella pareció soltar todo de repente, llorando junto a Evan, quien rápidamente la abrazó. Se veía muy asustada.
Joanna pasó junto a mí, mirándome de pies a cabeza y llegó a la cocina con Riker. Se abrazaron y se mantuvieron hablando algunos segundos hasta que ella salió, yendo a tirarse en el pasto relajándose un poco.
Ross se encontraba sacando las armas y recargándolas con ayuda de Ratliff, mientras que Rydel estaba sentada en la sala entablando una conversación con Natalie.
ESTÁS LEYENDO
INFECCIÓN // Ross Lynch (ACTUALIZADA)
FanfictionUna infección se apodera del mundo poco a poco. En Los Ángeles, un grupo de chicos, tendrá que sobrevivir a esta poderosa infección, tratando de no arriesgar sus vidas mientras intentan huir para salvarse. ⚠️ HISTORIA CORREGIDA Y CON CONTENIDO AGREG...