Pero... ¿Por que tenía que dolerme tanto?

5.4K 248 108
                                    


Narra Hermione-

Sentada en un café esperando a Harry que como siempre llevaba cinco minutos de retraso, suspiré, siempre me hacía lo mismo, desde que comenzamos a trabajar como jefes de departamento y debemos ponernos de acuerdo para así poder ayudarle a ajustar sus notas llega tarde, siempre quiero gritarle, siempre quiero regañarle, pero no se si el maldito me lanza un confundus o algo, porque siempre que lo veo hasta se me olvida como articular palabra.
Llevaba tiempo dándole vueltas a esto en mí cabeza, no podía gustarme Harry, era mi mejor amigo, el novio de Ginny, mi mejor amiga, definitivamente yo no podía estar enamorada de él.
Miré por décima vez mi reloj y ya habían pasado diez minutos desde que Harry había dicho llegaría, tomé un sorbo de mi café y abrí la carpeta que traía conmigo, en ella había un dibujo que había hecho cuando estábamos en nuestro quinto año de Hogwarts, era un dibujo de Harry, no era muy allá pero quería que lo viese y me dijese que tal le parecía, la mayoría de personas que conozco dicen que dibujo muy lindo, yo la verdad lo dudo, pero en ese momento quería que Harry me lo dijese, ¿Por que él? No lo se, ¿Por que lo dibujé a él? Tampoco lo sé bien, un día estaba en clase de transformaciones y él estaba sentado, solo ahí, viendo al infinito, distraído, me fue tan sencillo comenzar a retratarlo en la hora y media que nos quedaban libres a él y a mi. Ese hechizo le había salido de maravilla, se merecía descansar, y a mi tampoco me fue nada mal en esa clase, él estaba sentado junto a Ron quien hacía un enorme berrinche por no poder transformar su tetera, Harry estaba inmóvil, parecía una estatua, prácticamente me estaba pidiendo que lo retratase y yo con gusto lo hice, lo había ido retocando con el paso de los años...

   —¡Eh! Que guapo, madre mía, ¿Es un dibujo o un espejo rejuvenecedor Mione?
   —¡Las barbas de...! Que susto por dios.
   —Jaja, lamento el retraso pero no me dejaban salir de mi oficina con tanta felicitación y regalo, todos me dieron cosas caras y regalos muy extraños, pero definitivamente el tuyo es mi favorito.
   —¿El mío?
   —No me vas a decir que lo que me darás no es ese dibujo por que no quiero otra cosa que no sea eso.
   —¿E-Esto? Pero si es horrible... Lo hice en quinto año... ¿T-Te gusta?
   —¿Gustarme? La duda ofende, eres increíble, ¿Por qué nunca nos dijiste que otro de tus talentos es hacer cosas tan bonitas?
   —Porque no lo es... Lo hice un día en transformaciones, ambos terminamos la actividad, tu estabas distraído y una cosa llevó a la otra.
   —Pues me encanta, pero... Eso indica que puedo quédarmelo, ¿Cierto?
   —¿Por qué debería dártelo?
   —Por que hoy ni siquiera me has felicitado por mi cumpleaños.
   —¡¿T-Tu que?!

Lo miré con la boca entre abierta y él comenzó a reír, ahora todo tenía sentido, la lechuza de Ron, la ansiedad de Molly la semana pasada, todo encajaba, que llegara tarde, los regalos expensivos, las felicitaciones, todo en mi mente hacia un pequeño "clin".

   —Mi cumpleaños tonta.
   —No, tu cumpleaños era la semana que... No es verdad... Es hoy, lo lamento Harry, lo lamento, lo lamento mucho, ¿Qué día es hoy? ¡Joder! ¿Qué llevo puesto?

Mi cerebro se reconectó con mi cuerpo y me di cuenta lo pésima amiga que había sido, pero no era del todo mí culpa, él, Percy y el ministerio me tenían vuelta loca, suspiré con exasperación para mi misma mas que para él y vi que llevaba puesto un vestido negro ni muy corto ni muy largo de manga corta.

   —Pues... No lo se, pero te vez muy bien, ni siquiera me había dado cuenta de que te vestiste diferente hoy, pero te vez preciosa, estás ahora mismo como para llevarte a cenar a un lujoso restaurante, cenar a la luz de la media luna, llevarte a casa, y...
   —Harry para por favor...

El color subió a mis mejillas y me tapé la cara con las manos mientras mis codos estaban apoyados en la mesa del lindo café muggle, Harry tomo mis dos manos y las apartó de mis ojos para dejarlas a ambos lados de mí cara, sus manos estaban aún unidas con las mías, me miraba sonriendo ampliamente con sus hermosos ojos verdes posados en los mios, ¿Hace cuanto no usaba lentes? ¿Cuánta atención había dejado de ponerle y hace cuanto?

   —¿Hace cuanto no llevas lentes?
   —Desde que te fuiste a Hogwarts en tu último año.
   —¿Por qué dejaste de usarlos? ¿No los necesitabas?
   —Dejé de necesitarlos desde primer año.
   —¿Entonces por qué los llevabas?
   —Tenía la esperanza de que en algún momento yo los volvería a romper, tu te percatarías y los repararías por mí, se que es tonto, pero me pareció un acto tan noble de tu parte cuando sin saber que yo era Harry Potter lo hiciste el día que nos conocimos que quería volver a ver esa ilusión en tus ojos. Cuando te fuiste en tu ultimo año, supuse que al no verte por todos los días las cosas cambiarían, así que a expensas de que mis gafas se rompiesen y no estuvieras tu cerca para repararlas y lo hiciera alguien más, dejé de usarlas, las tengo en la mesita de noche de al lado de mí cama, cuando te extraño las veo y ese recuerdo viene a mi mente y me hace sentir mejor, comencé a hacerlo porque cuando te fuiste y sobreviví un año sin ti te extrañaba mucho, ahora no sé porqué lo sigo haciendo, a decir verdad solo me gusta recordarte antes de ir a dormir.
   —Lamento haberme ido, tenía que terminar la escuela... Y también lamento haber olvidado tu cumpleaños.
   —¡Shh! Eso ya no importa, estás aquí conmigo, me darás un hermoso regalo de cumpleaños, no puedo pedir más, estar a tu lado en esta fecha, es mi mejor regalo.

Estaba por responder cuando la campana de la puerta del local sonó estrepitosamente lo que hizo que él se separara y toda la cercanía que habíamos logrado se hiciera añicos, me miró con arrepentimiento tomó mi mano para darme algo de confianza, me sonrió esta vez un poco mas apagado, sonreí un poco de vuelta y ambos reímos por lo bajo. A la par de nuestra mesa llegó una pelirroja, pasé saliva pesadamente pensando que quizás habría problemas, pero Ginny fue directa a besar a Harry, sentí una daga atravesar mi alma, di un pequeño quejido de dolor, como si me hubiese hecho daño, apreté un poco los labios y un ardor me recorrió la parte interna de mi nariz, Ginny solo besaba a Harry y él a duras penas podía seguirle el ritmo, él aún tenía su mano entrelazada con la mía, sin embargo su otra mano estaba entrelazada con la de su pelirroja novia, al percatarme de ese hecho lo solté de inmediato, me levanté y caminé unos pasos para alejarme de ellos, escuché algo mientras me iba.

   —¡Ginny! ¿Qué te pas...?
   —Estoy embarazada.

Di un corto y doloroso suspiro, un nudo se acababa de formar en ni garganta, ni siquiera parecía haberse percatado de que me fui, salí de ahí lo más rápido posible y me fui a un oscuro callejón para poder aparecerme en mí apartamento, al llegar al mismo tiré mis cosas al sofá y sollocé como si nadie pudiera escucharme, mis lagrimas me quemaban ¿Por que me sentía así? Mi saliva sabía amarga, mis piernas dejaron de sostenerme y caí de lleno al suelo de rodillas, ¿Qué estaba pasándome? Lo peor del caso era que no podía quitar una sínica sonrisa melancólica de mí rostro, y es que estaba feliz por él, iba a formar una familia con el amor de su vida pero... ¿Por qué tenía que dolerme tanto?

Harmione - One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora