—No era así como hubiera deseado que te enteraras. —Confesó Sidon con una sonrisa. Parecía todo tan irreal, que fue casi inercia el hecho de acercar sus manos para tomar las contrarias. Éste las alejó brusco, sin desviar su mirada del suelo.
—Link. —Llamó sin recibir respuesta.
—Por favor, mírame. —
Fue entonces que, por un breve segundo sus miradas se juntaron. El Zora volvió a sonreír. .acercó su rostro al ajeno y absteniéndose de rozar sus labios murmuró.
—Te amo, Link. .Te amo como no tienes idea. .como jamás creí amar a alguien. —Y escucharlo una vez más provocó estragos en el corazón del héroe.
Quien iba a decir que las heridas producidas por amor eran más dolorosas que las físicas producidas en batalla. . Así estaba el rubio, destrozado, ilusionado. .esperando ese "Pero. ." Inevitable.
Ahí llegó.
—Pero. .Conoces bien la situación de Hyrule. No puedo darme el lujo de elegir una pareja mientras todos trabajan duro por sacar adelante sus vidas.—
Entendía esa parte y todas las demás que le comentó a continuación. . Pero aún así, algo en su ser le impedía abandonar la idea de seguir añorándolo.
Acercó su mano temblorosa por el regazo del más alto, sin levantar la mirada esperó.
Y ambas manos volvieron a tocarse ansiosas. Un par de apretujones bastaron para llenarse de energías y esas malditas 'mariposas' en el estómago de Link y 'pececillos' en el de Sidon que les hacían sonreír torpemente.
Las palabras se quedaban cortas al lado de las acciones.
