Una mañana que no daba paso a la la luz .
La bestia divina que no cesaba con esas interminables lluvias y ese horrible grito de vez en cuando rasgando la madrugada; despertando el temor de los zora una vez más.—¡Arriba, Link! —Animó Sidon.¿Como es que había llegado allí? Se removió de su lugar inquieto, Mirando al príncipe con un muy leve rubor en sus mejillas.
Ah, y por supuesto que este otro no pudo evitar sentirse enrojecer también al ver al Héroe con ese rojo en su nariz y mejillas tan. .¿adorable?
Una suerte que en su piel roja, un poco de ardor ni siquiera se viera.—¡Iremos a dar una vuelta, si! Quiero mostrarte un poco más a fondo el lugar. —Comentó otra vez, tomándole de la mano se percató de la notable diferencia entre tamaños que habían.
Una mano de Sidon eran a lo menos dos de las de Link.Ambos sonrieron ante ese "cálido" contacto, por que Sidon no era tan cálido que digamos..
Asi pasaron la tarde juntos, una vez mas, extrañamente cómodos con la compañía del otro.
Como si. .
Se conocieran hace más de 100 años. .
