13. El baile de Navidad.

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Dylan se restregó las manos en los pantalones de su túnica de gala de forma nerviosa. Suspiró, como llevaba haciendo desde que había bajado de su habitación, hacía cinco minutos. Quizás había bajado demasiado pronto. O quizás a Nora le había parecido una pérdida de tiempo acompañarle y se había arrepentido, o puede que hubiera encontrado otra pareja, como Sophia. Movió bruscamente la cabeza, apartando el pensamiento. Suspiró de nuevo y se repitió que no había forma de que Emma le viera sin pareja. Nora bajaría enseguida.

Cuando pensaba que le iba a da un ataque nervioso, notó el brazo de Cody acomodarse sobre su hombro.

— Te noto muy tranquilo —comentó, con una sonrisa en la cara y luciendo su hoyuelo. Dylan le escaneó con la mirada. Había optado por una túnica azul oscura que hacía resaltar su pelo rubio con tanta fuerza que parecía brillar. Probablemente, pensó Dylan, Harper le había echado una mano con el color—. Te imaginaba más nervioso.

Cody parecía tan cómodo en la situación que a Dylan le dio la sensación de que asistía a un baile cada noche.

— Me alegro de que no se note tanto —respondió Dylan, tratando de sonar tan confiado como su amigo.

Cody no le estaba mirando ya. Miraba a las escaleras de las habitaciones y sonreía todavía más.

Nora, Sophia y Andrea bajaban todo lo deprisa que los vestidos les permitían. Sophia saludó a Cody y a Dylan y salió de la sala común rápidamente, alegando que Draco la estaría esperando. Dylan observó que había conseguido acomodar sus rizos de forma que no parecieran alborotados y había recogido la parte superior con una especie de pinza verde con forma de flor.

Nora y Andrea se acercaron a ellos, y Dylan se permitió a sí mismo soltar un último suspiro de alivio que le estaba quemando los pulmones. Tenía que dejar de ponerse tan nervioso.

Dylan había imaginado que Nora se esforzaría por llevar un color de pelo que no llamara demasiado la atención, pero no pensó que le quedara tan bien. Se había hecho un moño alto y parecía contenta. Su vestido, sin embargo, no era para nada lo que Dylan esperaba. Nora normalmente trata de pasar inadvertida, pero su vestido granate parecía tener una intención distinta.

Supuso que era un modelo muggle, por la forma de corazón que tenía el escote y por la falda vaporosa algo más clara. A Dylan no le parecía un vestido feo en absoluto, pero Nora no parecía muy cómoda con él.

— Estás... Estáis guapísimas —dijo Cody, finalmente. Dylan fue consciente de que no se había fijado aún en Andrea. Y automáticamente notó que llevaba el pelo pulcramente peinado, más liso que de costumbre. Llevaba un vestido azul claro, ligero y había respondido al comentario de Cody con una sonrisa radiante. Ahora parecían una pareja de tontos, mirándose los dos de esa forma tan... empalagosa. ¿Así se ponía él cuando veía a Emma?—. Bueno... ¿Vamos bajando? Son casi las ocho...

— Claro —respondió Andrea. Aprovechó el momento para engancharse al brazo de Cody y los cuatro comenzaron a caminar hacia la puerta de la sala común. Dylan decidió en ese momento que no desperdiciaría el baile pensando en Emma, ni en su vestido rojo, ni en lo contenta que parecía hablándoles a sus amigas de aquel chico de Hufflepuff que le acompañaría al baile. No desperdiciaría el baile pensando en lo que podía haber sido y no fue.

***

El vestíbulo estaba tan abarrotado como lo estaba la sala común. Sophia era consciente de que el número de alumnos en Hogwarts no habían aumentado, pero acostumbrada a las túnicas negras, los vestidos y trajes de diferentes colores hacían que pareciera que había más gente.

Recuerdos del futuro | El Trío de Plata (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora