Es difícil querer a alguien. Es difícil querer y respetar a otro sin perderte respeto, sin abandonar lo que crees merecer. Es difícil aceptar a otro que vive queriendo de forma diferente. Bueno, quizá, por eso muchos tienen a varios a quién querer, por eso muchos son infieles; quizá, por eso muchos deciden abandonar el cariño, otros prefieren querer a su manera sin respetar el estilo cariño que otros pueden tener; quizá, por eso muchos terminan suicidándose.
Soy malo en las apuestas, es ese el motivo del cual no me atrevo a apostar lo último que tengo.
— ¿Tienes el valor de pararte por aquí?
Me dijo un enorme gorila que cuidaba la entrada de Jair, dueño del bar, dueño de Blue City.
— Quiero ver al Jefe...
Dije con un enorme nudo en la garganta, temía por mi seguridad. Podía sentir las intensiones del enorme animal, deseaba sacarme a golpes, mi imaginación no daba a más que pensar que los golpes eran su único entretenimiento. Gracias al llamado del Jefe pude salvarme del entretenimiento del gorila y como si estuviera obligado a hacerlo me deja pasar a la oficina de Jair.
—El jefe quiere verte, la desesperación es su fuente de trabajo, cuidado...
El guardia abre la puerta y espera unos segundos para volver a cerrarla justo a mis espaldas. Me encontraba parado en un pasillo totalmente oscuro, luces neón moradas apenas alcanzaban a iluminar el camino, un gran alivio, parecía que el pasillo no tenía final, no sabía por dónde iba o hacia dónde iba, hasta que de forma inesperada golpeo con la puerta. Con temor levanto la mano para golpearla pero antes de hacerlo otro de los gorilas la abre.
— Antes de que empieces con tu discurso, quiero saber cuántas necesitas.
Jair lo sabía, sabía que estaba desesperado, eso me hizo las cosas más fáciles.
—Amm... Necesito 3 mil cápsulas. Es mucho, pero prometo pagarle con cualquier otra co...
— Paolo, sé que no tienes las cápsulas, si las tuvieras no estarías aquí. ¿Estás desesperado? no sé, ni me interesan tus asuntos, tengo mis propios asuntos...
Jair se levanta de su silla, y dándome la espalda camina hacia una de sus pinturas.
— ... Necesito que vayas por un maletín. Recoge el maletín; regresas con el maletín; me entregas el maletín y te doy las cápsulas. Así de sencillo ¿aceptas Paolo?
No entiendo el sentido de decirme Paolo, pero mi nombre era de poca importancia, necesitaba esas cápsulas y el trabajo era sencillo.
— Acepto ¿alguien va a ir conmigo?
Tenía que preguntarlo antes de aceptar el trato pero era tan tentadora la propuesta que no pensé antes de hablar.
— Claro, Mauricio va a acompañarte.
Jair toma un vaso de cristal y mientras se sirve un trago me explica quién es Mauricio.
— Mauricio es ingeniero, el arregla y descompone todo lo que tengas enfrente, él seguirá tus indicaciones. Paolo, no sé quién eres pero si lo haces mal, a mi no me afecta en nada, piénsalo ¿Si tú fallas, en qué te afecta?
Tenía razón, Jair me tenía acorralado, a él no le importaba a cuántos mandaba a sus trabajos, él seguía teniendo gente, pero nosotros, los acudidos, si fallamos, si falló, pierdo todo.
—Entiendo, supongo que...
Tomo el folder de su escritorio y me levanto para salir.
— ... Supongo que aquí están las instrucciones ¿Cierto?
Jair dándome la espalda responde:
—Suerte Paolo.
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WaterSeed: Bienvenido a Casa
Science FictionTomas tuvo que cambiar su forma de vivir. Él sabía lo arriesgado que sería, lo tanto que sacrificaría y el cambio negativo que se plasmaría en su vida; Tomas sabía lo que perdería pero él sabía lo que quería: Recuperar su antigua vida.