Los refrigeradores

25 4 2
                                    

Valeria; algunas noches atrás:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Valeria; algunas noches atrás:

— ¿Segura que es aquí?

— Sí, salió con un tipo, él tenía el maletín.

— Jaja ¡el jefe se va a poner contento!

— Tranquila Jess que son expertos...

El plan sería sencillo, engañar al Jefe, robar el maletín y llevarlo con Cerdo, pero Tomas se adelantó. Recuerdo que estábamos rodeados de rabiosos, la habitación colapsaba y Mauricio tenía mucho miedo. Entraron los rabiosos y junto con Tomas disparamos matando a un par de ellos pero eran demasiados que me empujaron ante la pared golpeándome la cabeza y perdí la consciencia.

— ¿Cómo sobrevivieron? Era muchos rabiosos.

— El tipo que ayudó a Tomas ahuyentó a muchos de ellos, sino fuera por la sustancia, estaría muerta.

-.-.-.-.-.-.-

Cerdo nos ayudó, me escogió a mí y a otras 4 chicas, pero la última decidió tomar otro camino.

— Sé que el contrato es mucho, y entiendo que no quieran firmarlo. Pero es la mejor forma de hacer éste mundo como antes.

Cerdo se dirigía a nosotras.

— No necesitamos que el mundo sea como antes...

Una de las chicas que había venido junto con Ximena interrumpe las palabras de Cerdo.

— ¿No?, Quiero hacerte una pregunta ¿Te gusta este mundo?

— No, pero tampoco me gustaba el primero, de alguna forma, gracias a tus ideales, tomaste la decisión de destruirlo ¿no?

— Yo no fui el culpable de activar la bomba...

— ... No dije eso Cerdo, pero quieres hacer lo mismo con éste.

— Éste ya no es WaterSeed.

— Lo és. Destruido o no, mientras existan madres, hijos, padres, abuelos, tíos, esposos. Mientras existan personas en este mundo, este mundo siempre será WaterSeed.

— ¿Cuál es tu historia?, ¿Quién eres?

— Mi nombre es Ivette y trabajé con la Corporación salvando vidas de muchos inocentes.

— Lo siento Ivette pero el mundo no estaba siendo salvando.

— No dije el mundo...

Ivette no firmó el contrato y tuvo que abandonar la ciudad. Nosotras, en cambio, firmamos el contrato.

— Después de esto chicas, ya saben cómo va a acabar.

— No es que deseé la muerte, pero si muero, quiero hacerlo pensando que salve a WaterSeed.

— Si el mundo se mejora, serán ejecutadas. Eso es un hecho.

El contrato era simple: Ser inmortales, salvar el mundo y ser ejecutadas. Para mí fue sencillo pero para Medussa no lo fue.

WaterSeed: Bienvenido a CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora