Ahuyentando los miedos de Jax

Capítulo 1

—Jenna Collins. —La profesora Colton me llama desde su asiento para entregarme mi examen.

Elevo mi cabeza de manera perezosa y finalmente me levanto para caminar hasta su escritorio. Ella me mira por sobre sus anteojos de media luna sin quitar la vista de cada paso que doy hasta llegar a su lado, y yo no puedo evitar que mis manos comiencen a sudar de los nervios; me las estrujo sin que eso pueda llegar a su vista, ella lo tomaría como una victoria.

Que sea un B...

Que sea un B...

Pido internamente, como si eso pudiera ayudar al menos un poco.

Tomo el papel que me entrega con ojos entrecerrados, manos ligeramente temblando y lo miro dubitativa. Leo lo primero que mis ojos encuentran, en letras grandes y escrito con lapicera roja dice:

«Suerte para la próxima, señorita Collins ;)»

¿Un guiño? ¿De verdad? Miro a la profesora, parpadeo varias veces y vuelvo a mirar lo que está escrito allí, encontrándome con lo mismo. Bufo, hasta parece que se está burlando de mí. No hace falta que busque la nota para saber que desaprobé... otra vez.

Digamos que no me llevo muy bien con la materia Biología, y para ser sinceros, mucho menos con la profesora. Desde principio de clases me di cuenta de que esta tiene un indudable resentimiento hacia mí persona. Vaya uno a saber el porqué. Ni siquiera me interesa saberlo de todos modos.

—Mejor que te esfuerces para la próxima—me informa de manera cortante y con un deje de suficiencia en sus cuerdas vocales. Pasa el dedo por su lengua sin tocar el labial rojo que decoran sus labios, y despega los exámenes siguientes a entregar—, a este paso reprobarás la materia completa.

La miro como si pudiera traspasar sus ojos y poder ver qué tiene contra mí, o como si quisiera lanzarle un rayo a la cara, no lo sé. Ella alza su vista para observarme y con la ceja alzada me da a entender que me está indicando que ya puedo volver a tomar asiento. Me saca de mis casillas, ¿qué rayos le he hecho yo?

Pongo los ojos en blanco y vuelvo a mi asiento resignada y con el examen echo un ovillo en mi mano. Estoy segura de que éste examen terminará en el tacho de basura como todos los anteriores.

—¿Debo suponer que esa cara no es de buenas noticias? —pregunta Nina, mi mejor amiga; sus ojos impacientes por ver mi nota revolotean sobre mi mano hecha un puño.

Solo suelto un bufido en respuesta y ella lo entiende de inmediato.

Ella siempre saca buenas notas, ¿por qué yo no? Estudiamos juntas y aun así Maléfica siempre me reprueba en todos los exámenes. Así le habíamos apodado con Nina a ese ser vil y cruel, creo que hasta podríamos llamarla también Cruela de Vil. Y no es que seamos tan fanáticas de Disney... Bueno, sí que lo somos.

—Creo que Maléfica tiene un considerable desprecio por ti. —informa lo que es obvio. La fulmino con mi mirada como diciendo: «¿es en serio?», a lo que ella solo se encoge de hombros.

—Como sea, no me importa Maléfica ni este basurero lleno de ratas —cambio mi expresión de fastidio a una de desinteresada, causando una pequeña carcajada en mi amiga—; estoy muy ansiosa Ni, ¿qué crees que tenga Jason preparado para mí?

Estoy a punto de morder mis uñas de los nervios que invaden mi cuerpo, pero las cuido para cuando llegue el momento de mi cita con Jason. No quiero que vea mis manos desarregladas; quiero estar perfecta para esta noche.

—¿Boda? ¿Y si te pide que te cases con él? —se pone una mano en el pecho de manera dramática—. Mira Jen, yo creo que todavía tienes muchas cosas por vivir, no es que crea que el matrimonio es un impedimento, pero...