Me apresuro para entrar al aula donde comparto clases con Jax.
Después de una larga charla con Nina, quedamos en que debería darle su tiempo para asimilar el encuentro que tuvo con Caroline —aunque yo ni siquiera sepa qué clase de relación tuvieron en el pasado—, y así dejar que las cosas fluyeran de manera lenta, sin dejar entrometer aquellos molestos sentimientos donde me vengo abajo y solo quiero llorar. Y también tenemos que dejar fuera todas mis impulsividades y curiosidad. Supongo que esa es la parte con más dificultad
Y sí, lo sé, suena muy difícil y estoy segura de que cuando tenga al pelinegro frente a mí, no voy a recordar ni siquiera la última palabra que me haya dicho mi mejor amiga. O quizás sí.
No quiero atosigar a Jax con preguntas, sólo quiero que él comprenda en la posición en la cual me deja a mí. En nada. ¿Soy nada en su vida? A veces temo serlo, porque aunque sé que él me quiere, porque lo ha demostrado y lo demuestra cada día, también necesito saber que él confía en mí, sea lo que sea pase, sea en la situación que sea. En esta ocasión me siento insegura. Insegura por no saber dónde estoy en este momento en la vida de Jax.
Suelto un suspiro, me arreglo el cabello y entro por fin al salón de clases, que aún está vacío. A excepción del pelinegro, claro, que siempre es el primero en llegar y se sienta en el último banco a la izquierda. Ha de ser costumbre, o como ya dije, su lugar en Hellton.
Lo observo desde el umbral de la puerta. Lleva sus audífonos puestos y todavía no parece ni siquiera haberme notado. Mira de manera distraída hacia la ventana y me pregunto vagamente en qué estará pensando. ¿Estará Caroline en sus pensamientos? Es raro tener que cuestionarme eso...
Hago todo el recorrido necesario para llegar a su lado, y me siento, tratando así de llamar su atención. Pero fallo en el intento. Él ni siquiera voltea a verme, y no sé si no tiene ganas de hacerlo o simplemente aún no me escuchó.
Tranquila, Jenna, no compliques la situación, el simplemente no te escuchó.
Trato de darme apoyo moral yo misma, porque mi mejor amiga no está aquí para tranquilizar aquellos locos pensamientos que quieren alterarme.
Pero no sé qué más hacer en esta situación. ¿Debo llamarlo para que me note? ¿Interrumpirlo? No quiero que se enoje, quizás y está pensando en algo importante. Carraspeo en un vano intento. Él ni siquiera se inmuta.
Hago un tonto puchero con mis labios, sabiendo que a él le encanta que los haga, pero es ridículo, está prácticamente dándome la espalda. Prácticamente...
Miro el reloj de mi teléfono. La clase ya va a comenzar en unos cuántos minutos y yo quiero hablar con él. Necesito hablar con él. Quiero saber por qué anoche no contestó mi llamada y por qué parece ignorarme todo el tiempo. Bueno, ayer y estas pocas horas desde que entramos al instituto.
Tengo miedo de perderlo.
¿Por qué debo ser tan insegura?
La conclusión de que Caroline fue algo más que una amistad en su vida, va tomando cada vez más forma. Y eso me da miedo. Mucho.
Al final quizás sí tenía razón con que todo avanzaba muy rápido...
Me aclaro la garganta, ya no quiero perder más tiempo.
—Jax... —le doy un pequeño empujoncito con mi dedo índice en su hombro y él ni siquiera se inmuta. Como siempre.
Pero al menos ahora he captado su atención. Sus ojos celestes se cruzan por breves segundos con los míos y luego vuelven a la ventana, ignorando mi presencia deliberadamente.
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Ahuyentando los miedos de Jax
Teen FictionJenna Collins se describe básicamente como una adolescente enamoradiza y realmente curiosa cuando su atención se centra en algo. Con toques de inocencia y otros toques de alegría contagiosa, ella logra ser la chica perfecta para alterar a Jax. Jax M...