Epílogo

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JAX.

Mi corazón tiembla unos segundos que se me hacen interminables. Es Caroline.

¿Por qué diablos me persiguió hasta aquí? ¿Por qué tanto ímpetu en querer arruinar mi vida? Ya lo hizo una vez, ¿acaso pretende hacerlo nuevamente? Porque esta vez no la dejaré. Esta vez, aunque duela con todo mi corazón, debo poner de mi parte para impedir que me derrumbe... Aunque si lo hiciera, ya no duele... ¿no lo hace?

¿Por qué volvió?

De pronto, casi sin querer que pase, los recuerdos me llegan de una forma dolorosa, violenta. Ahora en mi cabeza está aquella vez que la conocí. No puedo decir que me enamoré a primera vista de ella, porque a decir verdad no creo en esas cosas; pero con el paso del tiempo me fue gustando su forma de ser: carismática, tímida, divertida, dulce. Y muchas cosas más. Era imposible que no me sintiera atraído hacia ella por todas esas cosas, y por su belleza. Sigue igual que siempre. ¿Eso me afecta? No quiero que lo haga, no puedo hacerle esto a Jenna, no puedo ni quiero lastimarla.

Luego, como primer plano, me llega nuestro primer beso; la vez que supe que la quería; la vez que se lo dije y que ella me lo dijo; nuestras charlas, salidas. Todo. Todo me llega, y entonces me quedo estático mientras no podemos dejar de mirarnos con sorpresa. Es como un golpe directo al pecho. ¿A ella también le invadieron aquellos recuerdos? ¿Ella también está sintiendo lo que yo? Esa melancolía molesta al recordar que nos quisimos. Que nos sonreíamos con mucho afecto. ¿Fue amor?

Y entonces, todo eso se evapora de forma brusca, para que de la nada lleguen los recuerdos que hacen que la rabia brote de mi cuerpo con ganas. Cuando me engañó. Cuando la vi con otro, cuando golpeé a aquel tipo. Es confuso, porque aunque no quiero sentir rabia y olvidar todo eso por Jenna, no puedo evitar odiarla como lo hago. No puedo evitar querer volver el tiempo atrás para quizás haber matado al tipo, y para quizás... no quiero pensar más. No quiero seguir atormentándome de esta forma, pero tenerla frente a mí no ayuda en lo absoluto. Duele.

Soy consciente de que la mirada de Caroline cambia drásticamente. Al principio sólo era una gran sorpresa al encontrarme aquí, luego supe que pensaba lo mismo que yo, que parecía estar recordando cada momento detalladamente. Y finalmente, ahora, parece percatarse de lo que estoy pensando gracias a mi mirada, de mis distorsionados pensamientos. Estoy seguro de que emano rabia por todos mis poros. Y entonces, escapa. Como siempre lo hizo, como mejor le sale para olvidar los problemas. No solo está igual físicamente, ella está igual en todo su esplendor.

Me quedo allí, viendo la puerta por la que se fue, preguntándome todavía: ¿Por qué volvió? ¿Cómo supo mi paradero? Quise escapar de mi pasado, de ella, de su engaño, de todo. Pero aquí está de nuevo para recordármelo todo, para volver a lastimarme.

—¿Jax?

Escucho a Jenna hablar, pero no puedo moverme. No puedo porque si lo hiciera, iría corriendo hacia Caroline para pedirle explicaciones, y principalmente, para exigirle que se vaya, que me deje en paz de una buena vez.

Quiero ser feliz.

De pronto siento una de sus suaves manos posarse sobre mi hombro, y eso me logra relajar un poco, pero no se lo demuestro. En parte, me siento mal por saber que ella está perdida en este momento, pero es que tampoco quiero que ella sepa las horribles partes de mi vida. Aunque sé que no cambiaría nada en esta relación, es una parte amarga de mi vida que no quiero resucitar en voz alta.

—Jax. —vuelve a llamar, esta vez más exigente.

Me atrevo a mirarla, ciertamente culpable por todo pero principalmente por dejarla en tal posición. Sé que no se lo merece...

Ahuyentando los miedos de JaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora