—Estoy muy preocupada por mi hermano. Parece como si se lo hubiera tragado la tierra—dijo Berenice con lágrimas en los ojos.
—Tal vez ya no tarda en aparecer—la consoló Phoebe. Ambas se encontraban en el departamento de Berenice.—Pero es que él nunca había desaparecido sin avisarme, siempre lo hace. ¿Y si le sucedió algo?—se levantó angustiada del sillón donde se encontraba. —No puedo perderlo a él también, es la única familia que me queda.
—Tranquila, va a aparecer—Phoebe se ubicó a su lado. —Estoy segura—le susurró cerca del oído.
— ¿Cómo es que estas tan segura?—la miró desconcertada.
—Es una corazonada—se encogió de hombros.
—Eres una gran persona. En este poco tiempo que llevó de conocerte me has demostrado que puedo contar contigo al igual que con Verónica—le dio un abrazo fuerte a Phoebe y esta lo recibió con una sonrisa.
—Para eso estamos las amigas cariño. Como me hubiera gustado conocerte en otros momentos.
— ¿De qué hablas?—pregunto Berenice.
—Lo que pasa es que yo ya estoy más vieja que tú—soltó una carcajada. —Míranos, parezco tu madre.
—Eso no es verdad. Ni siquiera pareces de… —la chica se quedó pensando en la edad de su amiga, que aunque pareciera raro, aun no sabía cuántos años tenía.
—Treinta y dos—completó Phoebe.
— ¿Treinta y dos? No inventes y yo que pensaba que tendrías como mucho veintinueve—dijo sorprendida. Y es que era verdad, la castaña cuidaba mucho su piel y siempre la terminaban confundiendo con una chica universitaria.
—Ojalá fuera así. Los años se van muy rápido y cuando menos lo ves, ya estás en los treinta o cuarenta. Disfruta el tiempo que te queda.
—Eso siempre me lo decía mi madre.
—Pues tu madre debió de haber sido una mujer muy sabia—le dirigió una mirada tierna.
—Por supuesto. Era muy dulce y siempre sabía dar muy buenos consejos—la melancolía la invadió al recordarla. — ¿Y qué hay de ti? ¿Dónde está tu familia?
—Tengo a mi hermana, pero lamentablemente ella no está aquí—dio un soplido.
— ¿Dónde se encuentra?
—No te gustaría saberlo—se dio la vuelta para dirigirse a la ventana.
— ¿Por qué no? ¿Tiene algo de malo?—fue tras ella. Phoebe vio a través de la ventana las nubes grises que se estaban formando. Pronto la lluvia comenzaría a caer al igual que la noche y ella aun seguía con Berenice cuando se supone que debería de estar con Verónica en esos momentos.
—Para mí no, pero quién sabe si para ti lo sea—se cruzó los brazos y comenzó a pensar en Irina.
—Dime, quiero saber. Mientras te preparo un café—Phoebe asintió.
—Mi hermana se encuentra reclutada en Prison Holloway—volvió a sentarse en el sofá. Berenice se sorprendió mucho, no se imaginaba que la hermana de una de sus amigas estaría en prisión y menos en aquella.
— ¿Puedo preguntar qué sucedió?—le tendió la taza de café y se sentó a su lado.
—Todo fue mi culpa. No me gustaría que lo supieras, así que mejor hay que dejarlo hasta aquí—Phoebe se levantó del sofá y tomo su bolso del perchero. —Tengo que irme, le prometí a Verónica que estaría con ella antes de las ocho.
—No quiero pensar mal, pero siempre las veo muy juntas—soltó rápidamente Berenice.
— ¿Qué insinúas?—preguntó Phoebe con los ojos entrecerrados.
— ¿Ustedes no son…? Ah… ya sabes—Berenice comenzó a ponerse roja como un tomate.
— ¿Piensas que somos lesbianas?— en su cara se forma una sonrisa.
—No lo sé— dijo nerviosa.
— ¿Quieres averiguarlo?—se acercó a Berenice y empezó a verla como si tratase de un león acechando a su presa. Berenice se quedó paralizada, nos sabia que hacer. Phoebe quedó muy cerca de su cara, casi rozando su nariz con la de ella. —Sólo para que lo sepas… No, no soy lesbiana y Verónica tampoco—Phoebe se alejó de ella y Berenice soltó un suspiro de alivio. —Siempre estoy con ella porque me necesita, es lo único que te puedo decir.
—Oh… Ella debería sentirse muy afortunada por tenerte.
—Claro que lo siente. Pero basta de charlas que ya me voy. ¿Mañana cenamos juntas?
—Es una muy buena idea. Te espero aquí mañana y también trae a Verónica—le pidió Berenice.
—No prometo mucho, hay ocasiones en que se pone de gruñona—se burló ella.
—Como sea, sólo no quiero estar sola, al menos hasta que me tenga que ir.
—Por supuesto que no te dejare sola. Adiós—y con eso, Phoebe se fue.
¿Les gustaría saber que hizo Phoebe para que su hermana este en prisión? 🙈
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¡Maldito seas! Ahora y siempre
Short Story||COMPLETA|| ||Fecha de publicación: 5 de julio|| Ya sólo quedaba una hora para salir de ese maldito lugar. Haber estado encerrada allí por quince años fue una de sus peores torturas. Pero al fin seria libre y cada una de esas personas que la mandar...