CAPÍTULO 12

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3 Febrero, 1986

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3 Febrero, 1986. 06:08 horas.

Luis Ángel se encontraba desayunando en su propia habitación, ahí, mientras escuchaba el noticiero matutino, él bebía un poco de jugo de naranja y comía un par de huevos con jamón y dos piezas de pan tostado untadas de mantequilla y mermelada respectivamente. De pronto, una noticia terrible se escuchó en la televisión, pues el conductor del noticiero advirtió sobre una epidemia ocasionada por un virus (el cual se encontraba aún en estudios) y la cual se preveía que azotara en el Estado de México, advirtiendo que hasta el momento no se tenía vacuna, ni tampoco medidas de seguridad, por lo que se exhortaba a los ciudadanos a evitar salir a la calle.

-Quizás el gobierno prepara algo ahora- pensó Luis Ángel, sin embargo, no lo dijo en el sentido de prevención de la salud, si no que anteriormente, el gobierno Mexicano había inventado ciertos rumores únicamente como distracción social, para esconder la realidad de uno de los fraudes más grandes en la historia del país.

Sin darle mucha importancia al asunto, el hombre terminó su desayuno y comenzó a prepararse para un nuevo y arduo día de trabajo.

3 Febrero, 1986. 07:54 horas.

Al llegar a su lugar de trabajo, Luis Ángel comenzó a notar que era muy poca la afluencia de aquel día en el mercado. Al principio le pareció un poco extraño, pero conforme analizó la situación, creyó que quizás se debería a que sábado y domingo había estado más concurrido que lo normal. Con esta idea fue que intentó justificar la situación.

Sin embargo, aquella hipótesis de Luis Ángel era incorrecta, pues el terror verdadero estaba a punto de desatarse en la comunidad de Santa María Cuautepec.

8 Febrero, 1986. 13:49 horas.

Había sido una semana bastante inútil hablando estrictamente sobre las ventas en el mercado. Quizá las ventas más bajas en un periodo de tres a cuatro meses. Pero Luis Ángel no se preocupaba demasiado, pues entendía la llamada cuesta de enero y sobre todo que los rumores sobre cierto virus que rondaba la ciudad y que acechaba a la salud iban en aumento.

-Ya pasará- pensaba el hombre cada tarde, mientras visualizaba la soledad del mercado y veía como las ventas eran cada vez menores.

Ya pasará, si, de eso estoy seguro, claro que ya pasará. Sin embargo, ese día en el cual ya pasaría todo, se veía cada vez más lejano.

14 Febrero, 1986. 06:39 horas.

Las ventas en el mercado habían alcanzado su punto más bajo en años. A pesar de ser quincena, día en el que la mayoría de los trabajadores recibe su paga, el mercado seguía con el mismo aspecto desértico que lo caracterizaba desde hace ya algunos días.

No había noche en la que el patrón de Luis Ángel, pensara sobre nuevas actividades comerciales que fueran de gran utilidad para aumentar los ingresos de sus ventas. Llegado el día 14 de Febrero, el patrón le llevó hasta el punto de venta aproximadamente cincuenta rosas de color rojo, las cuales deberían ser vendidas en cuarenta pesos cada una, con lo cual estaba completamente convencido que sería una gran fuente de ingresos aquella tarde.

El Coleccionista De CráneosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora