Capítulo 9

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CAPÍTULO 9:

Lourdes.

Llevaba horas bailando muy pegada con Nick, él era lindo debo admitirlo, pero Guillermo lo era mucho más, sé que no debo compararlos ni nada, pero estoy muy celosa, él se fue con alguna de esas chicas vaya a saber que estarán haciendo ahora mismo.

Tomé de la nuca a Nick y lo bese, el no tardó en corresponderme, me tomó de la cintura y me siguió el beso. Sé que no debería estar jugando con sus sentimientos, pero necesito sacarme a Guillermo de la cabeza aunque sea por un segundo y cabe destacar que el alcohol estaba haciendo efecto ya que si hubiera esta sobria no sé si lo hubiese besado.

De la nada el beso se rompió, cuando abrí los ojos pude ver a una persona sentada a horcajadas de Nick y propinándole golpes en la cara. Tardé en reaccionar, pero cuando lo hice, me trepe en la espalda del chico e intenté frenarlo, pero se me hacía imposible. Comencé a mirar a la gente a mi alrededor pidiendo ayuda, pero ninguno hacía nada y eso me preocupaba, al mismo tiempo vi como dos chico empezaban a hacerse paso entre la multitud, los reconocí al instante, eran Facu y Enzo, ambos tomaron al chico que seguía golpeando a Nick. Cuando lograron frenarle y el golpeador se dignó a mirarme, vi esos ojos llenos de rabia pero a la vez desilusión, Guillermo se zafó del agarre de sus amigos y dirigiéndome una última mirada se fue de ahí. Rápidamente corrí hacia Nick quien estaba a punto de perder la conciencia, con ayuda de Facu lo logre poner en pie y lo llevamos hacia el baño, con agua del grifo logre limpiarle un poco la cara pero de su nariz no paraba de salir sangre y eso me preocupo aún más.

-Hay que llevarlo a un hospital.-Le dije a Facundo, estaba desesperada pero a la vez furiosa con Guillermo. Todo síntoma de alcohol desapareció de mi organismo en el instante que vi la cara magullada de Nick.

Facu solo asintió. Salimos del boliche y nos subimos al auto de Nick, luego le avisaría a las chicas que nos habíamos ido. Facu manejaba mientras yo me encontraba atrás sosteniendo la cabeza de Nick que estaba en mi regazo.

Estaciono el auto en el aparcamiento del hospital y nos bajamos lo más rápido posible, al ingresar una enfermera nos condujo hacia un consultorio, donde hizo sentar a Nick y comenzó a curarle sus heridas.

Las quejas y lamentos de mi compañero de danza no tardaron en hacerse oír. Cuando finalmente la enfermera terminó nos dijo que estaba todo bien, solo que tratara de no meterse en otra pelea, nosotros asentimos y los tres nos dirigimos hacia el auto.

-Lo siento mucho Nick, todo esto fue mi culpa.-Le dije mirándolo fijamente a los ojos.

-No te preocupes, no es tu culpa que tu compañero de casa esté enamorado de ti y se haya puesto celoso.-Respondió con una sonrisa.

-¿A qué te refieres?.-pregunte confundida.

-Oh, vamos Lu. Todos sabemos que el chico ese se muere por ti, y tú también te mueres por el.-

-Definitivamente los golpes te afectaron amigo.-Dije burlonamente, el solo me miro con irritación y se subió al coche.

Esta vez el conducía, Facu iba de copiloto y yo en la parte trasera. Condujo hasta nuestra casa, allí nos dejó a Facu y ami.

-Gracias por traernos, y de nuevo perdón por lo sucedido.-Me despedí dándole un beso en la mejilla y saliendo del auto, el solo me miro por el espejo retrovisor.

Cuando Facu también se despidió, ambos nos adentramos a la casa. Allí me encontré con una imagen totalmente desagradable para mis ojos y oídos.

-Mierda Guillermo, ten un poco más de respeto por tus compañeros de casa.-Protestó enojado Facundo.

Guillermo se encontraba en bóxer besando a una chica rubia que también estaba en ropa interior. El nombrado solo nos miró a ambos, se paró de la cama y le tiró la ropa a la chica, quien rápidamente se cambió, le dio un beso en los labios y salió por la puerta. Recién ahí me di cuenta del estado de Guillermo, éste tenía el labio roto y un pequeño corte en el pómulo. Nick se había defendido, ése es mi chico!

Le dirigí una mirada de disgusto y fui en busca de mi pijama, me adentré en el baño y en menos de un segundo ya estaba lista para dormir. Los dos hombres solo se dedicaban a mirar todos mis movimientos. Cuando ya estuve acostada, Facu se dirigió a la cocina dándole una última mirada de advertencia a su amigo, el cual solo rodó los ojos y se acostó en su cama.

*Mati en multimedia*

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