Celos

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"No es el amor lo que es ciego, sino los celos."


Maldito sábado, he estado toda la tarde en perfecta soledad, porque mi novio está con su amante quizás donde.

Aún pienso en lo que me dijo Elliot y me siento fatal, jamás pensé que podría engañar a Alan y menos con mi insoportable vecino.

Estuve casi todo el día acostada, no podía pensar en otra cosa que no fuera en Alan y Clarissa riéndose de mí.

Sentí como mi celular sonó brevemente, cuando lo levanto del velador veo que es Savannah, mi mejor amiga.

— ¿Savy? — Contesto pero de mala gana, la verdad es que no quería hablar con nadie

— ¡¡Charlie!! No me has llamado hace una semana, no he sabido absolutamente nada de ti — exclama mi amiga

— Tranquila Savannah, estoy viva no hay nada de qué preocuparse — le respondo bostezando

— Genial, porque voy en camino a tu departamento, espero que Alan no este a estas horas — me dice entusiasmada

— Sav no es necesario que vengas en serio, yo ahora mismo me voy a dor.... — no pude continuar porque ya había colgado, genial tendré que levantarme

No fue necesario vestirme ya que me había acostado con la ropa puesta pero si tuve que volver a peinarme porque mi cabello estaba hecho un asco

Fui hasta la cocina y abrí el refrigerador, tal como lo pensaba no había nada de comida, solo tres huevos y una leche.

Sentí como sonó el timbre así que cerré la puerta del refrigerador y me dispuse a abrir la puerta de la entrada

Para mi sorpresa no era mi amiga quien estaba afuera

— ¿Que rayos haces aquí? — le preguntó molesta a Elliot

— Me encanta tu forma de recibir a las visitas — dice burlesco pero luego sube ambas manos mostrándome una botella de vino en cada una de ellas — ¿Cuál crees que podrá impresionar a mi jefe?

— Te dije que no te iba a ayudar — le digo enfadada, traté de cerrar la puerta pero me lo impidió

— Por favor, Charz no te comportes como una niña, Solo olvida lo qué pasó ayer, no es tan terrible, no seas como una adolescente que cree que una aventura de una noche es la gran cosa — me dice burlón

— ¡¡No me estoy comportando como una adolescente!! — le grito exasperada — Tu podrás pensar que lo qué pasó anoche no significó nada, pero para mí sí, engañé a mi novio, al que amo con toda mi vida y eso no es cualquier cosa — le digo furiosa

— Está bien, entiendo que estés molesta pero ya pasó, ¿No podemos comportarnos como vecinos nada más? — me sugiere con calma

— Por supuesto que nos comportaremos como simples vecinos y nada más. Ahora vete de aquí — le respondo tratando de cerrar la puerta pero por segunda vez me lo impide

— Vecina, por favor ayúdame y dime qué vino puedo usar — me vuelve a mostrar los vinos

— Si te soy sincera, ninguno de los dos es bueno, de seguro los compraste en una oferta — le digo y era verdad lo que decía generalmente la gente se deja engañar por los bonitos envases pero esos vinos no eran muy buenos

— Bueno... si, de hecho sí los compre en oferta — me dice pensante — pero ¿en serio ninguno es pasable?

— Claro que si son pasables, pero si realmente quieres que ese ascenso sea tuyo por lo menos trata de invertir un poco más — le gruño

Su otra mujer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora