Capítulo III: «No tuve elección.»

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«Kyle Broflovski.»

Tras una o dos horas en estado de inconsciencia plena, mis ojos abrían muy lentamente, dándome cuenta en donde me encontraba

—¿Qué mier...?— Murmuré desconcertado; no solamente por el entorno, sino el tener un brazo y una pierna rotos

Poco después de despertar, llegó la persona menos esperada por ls ventana: Cartman.

—Adivino: Tu venganza.— Dije de forma seca y directa

—No es culpa mía que me hayas humillado de esa forma judío, te lo merecías.— Dijo con cinismo

—¡Eres una porquería, Cartman!— Grité.

—¿Tu no hubieras hecho lo mismo?— Dijo adoptando un tono sarcástico muy exagerado

—¡No, no soy un psicópata!—

—¡Venga, Kyle! He hecho cosas peores.— Dijo carcajeando

¿Vieron a ese idiota?

Peor aún, yo nunca estuve involucrado en esta broma pesada, que sabía perfectamente que traería consigo consecuencias, pero ¿Me escucharon? ¡No! Y el jodido termino siendo yo.

Obvio yo tomo la responsabilidad de mi hermanito, no puedo culparle de esto: Me refiero a Kenny y Stan, quiénes tuvieron el descaro de usar mi computadora, sabiendo lo stalker que puede ser un Eric Cartman enojado.

Y narrándolo de esa forma, suena tal cual, un plan maquiavélico protagonizado por dos pendejos. Tiene sentido.

Pocos segundos después de la discusión entre el antisemita y yo, Mi madre entró a la habitación, y Cartman desapareció con el entrar de mi madre.

Y como era de esperarse, mi madre hizo un escándalo total al verme en este estado físico.

—¡Te he dicho mil veces que debes mirar antes de cruzar la calle!— Dijo con su tono dramático característico

¿¡Ahora es culpa mía?!

Tras ella, entraron Kenny y Stan, y me alteré completamente

—¡Malditos!— Grité inmediatamente

—También estamos felices de verte, Kyle.— Comentó Stan con amargura en su voz

Rodé mis ojos en señal de desinterés, mientras los mencionados intercambiaron miradas de confusión

—¿Qué te pasa, Kyle?— Preguntó Stan

—¡Deberías conversarlo con Cartman, "Kelly"!— Dije sin levantar demasiado mi voz

Stan palmeó su cabeza al entender la fuerte indirecta, más Kenny no la pudo comprender y quedó prácticamente excluido del hilo de la conversación

—¿Cómo es que Cartman puede llegar a tanto por una broma?— Dijo presionando sus dientes en señal de rabia

—¡Y yo no quería involucrarme, ustedes me convencieron de usar la computadora de Ike!—

—Kyle, relájate. Seremos más precavidos, y por sentido común no deberías dejar solo al pequeño.— Dijo de forma madura y paciente; cosa que logró calmarme.

—¿Y qué haremos?— Expresó Kenny con cierta dificultad para ser entendido

—¿Lo acusamos? ¡Esto tiene que saberse! Quizás a su madre.— Sugirió Stan

—¡Imbécil, la madre es la persona más dócil y pisoteada que existe!— Dijo Kenny

—¡No sé, hagan algo! No sé si sepan pero con un brazo roto no puedo romperle la cara.— Expliqué con agrio sarcasmo

A estas alturas, mi madre había captado que esto no era casualidad. Y como es obvio, salió rápidamente de la habitación para, seguramente, interrogar a todos en el pueblo.

—¡Psst, Judío!— Escuché desde la ventana. —¿¡Ya se fueron todos?!—

Stan y Kenny guardaron silencio para evitar que se marchara.

—¿¡Qué quieres?!— Grité enojado, mientras le hacía señas a mis amigos para que se escondieran detrás de la cama

Tras un silencio intranquilo que duro poco menos de cinco minutos, Eric halló el modo de entrar sutilmente por la ventana, tal como hizo minutos atrás.

Me miró de reojo, mientras reía—¿Disfrutas verme así?— Dije seco.

—¡Por Dios, esto es épico!— Dijo entre carcajadas

—¡Púdrete Cartman, le diré a todos que fuiste Tú!—

—¿Y qué con eso? No tienes pruebas, y en todo caso, el del camión fue otra persona.— Dijo enseñándome el dedo medio en señal de desprecio.

«Liane Cartman.»

La sra. Broflovski, como es costumbre con muchos padres, me insultaba agria y duramente, acusando a mi angelito de haber causado el incidente de su hijo Kyle.

—¡Se lo digo sra. Broflovski, mi hijo y su hijo son amiguitos inseparables! Eric nunca le haría algo a su hijo.— Dije con confusión

—¡Por Dios, Eric es un monstruo y eso todo South Park lo sabe!—

—¡No tiene como probarlo, mi hijo no mataría a una mosca!—

La Sra. Broflovski soltó una fría y lenta carcajada, mientras chasqueó su dedo y llamó a su hijo adoptivo Ike. Este le entregó una tablet y rápidamente entró sesión en una red social para posteriormente darme dicho dispositivo. —Su hijo y mi hijo tuvieron esta conversación.—

Tardé unos diez minutos en leer la conversación completa, y no era difícil deducir que Kyle le hacía una broma pesada a mi calabacín. —E..El se lo buscó.—

—¿¡Está dándole la razón a su hijo?! Claro que Kyle hizo mal, pero su hijo...Su hijo no tiene remedio.—

«Eric Cartman.»

Pasaron los días, y nuestras familias estuvieron en constantes peleas públicas, era obvio que se dieron a conocer las conversaciones. Mi madre está tratando de protegerme, pero lod Broflovski literalmente me quieren muerto.

Mi madre, resignada, terminó por llegar a un acuerdo con esa gorda.

—Pero yo no tengo tanto dinero...— Escuché decir desde afuera

—¿¡Tengo que recordarle que mi hijo está en el hospital?! Y otra cosa: Su hijo irá personalmente a supervisar a mi Kyle mientras este tenga el yeso.—

—¡Oh, eso le hará bien a mi Eric, pasar tiempo con su amiguito!—

Al escuchar tal mierda, me acerqué sin pudor e interrumpí la conversación —¡Chúpeme las bolas Sra. Broflovski, no voy a cuidar de Kyle!—

—Está hecho.— Dijo sin perder la compostura

—¡Agh, que mierda!— Dije haciendo berrinche y tirando cosas

El judío estará en el hospital unos dos o tres días, y permanecerá con ambos yesos unos 15 o 20 días.

Veinte días de puro aburrimiento. ¿¡Por qué yo?!

¡Mierda, mierda, mierda!

"Por Terceros." [KyMan] [South Park]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora