"Por Terceros." [KyMan] [South Park]

Capítulo X: «En Los Vestidores.»

Algo había sucedido en esa aula de clases tan particular. Algo había cambiado y bastante.
Se podía sentir la pronta pubertad de los alumnos que se encontraban, que estaban creciendo y su inocencia no era tanta como ayer.

Ya a muy pocas semanas de acabar el cuarto grado, y muchos recuerdos que dejarán en aquel salón, ya algo viejo y rayado por los mismos niños.

South Park claramente no es la mejor ciudad para vivir, y muchos niños tienen que irse de forma arbitraria al acabar el curso; y obviamente, nadie quiere separarse de su grupo. Aunque se termine por exteriorizar de otra forma, todos en ese salón se aman y aprecian mucho. A su manera.

Sí, molestan a algunos, pelean entre ellos, ¡Incluso se han manifestado numerosas peleas! Pero son niños, ¿Qué niño no lo hace?

Anteriormente en este salón, todo se dividía en: Hombre y hombre, mujer y mujer. Últimamente esto ha cambiado drásticamente, y poco a poco el niño siente más curiosidad por la niña, y viceversa. Antes sucedía, claro, pero con total inocencia e ideas erróneas.

Los niños comienzan a juntarse con aquellos que más las atraiga, y eso trae ciertas confusiones y shipps

-Tweek con Craig...otra vez.- El profesor Garrison había notado un favoritismo bastante notorio en ciertas personas a la hora de hacer equipos. -Butters, ¿con quién...?- Antes de que el profesor pudiera continuar, el encapuchado levantó su mano derecha. -Kenny. Otra vez.-

-Bien, Kyle y Cartman...Otra vez.- Cada pareja era más monótona y repetitiva que la anterior. Tanto así que ni le provocaba mucha motivación al susodicho mencionarlas. -¿Saben qué? Últimamente están muy reservados. Yo pondré las parejas.-

Se preguntarán, ¿Para qué es este proyecto? Pues se aproxima el último día de clases y eso se conmemora con un concurso de talento.

-...Tweek y Butters, Kenny y Kyle, Cartman y Wendy, Stan y Bebe...-

¿En serio? ¿Ahora? Muchos maldijeron por lo bajo, como es de esperarse. Sentían que Garrison lo hacía a propósito, como si supiera su vida personal y eligiera meticulosamente quien odia a quién.

-...Craig y Pip, Nicole y Token...- A excepción del par de niños de color, ellos estaban a gusto.

La clase había culminado finalmente, y nuestro querido gordito tenía que convivir de forma muy incómoda con la chica de rosa.

-Estaba pensando en actuar, Romeo y Julieta, espero que no te moleste.- Conversaba Wendy camino al hogar del castaño. Como era de esperarse, esta no dejó opinar a Eric en ningún momento, era como hablar con la pared. -Creo que Stan y yo seríamos buenos protagonistas.- Susurró con una tímida sonrisa

-O Nicole y Token.- Bromeó el antisemita sin darle mucha relevancia.

-En ese caso, Kyle y Nicole quedarían mejor.- Bromeó nuevamente Wendy. Hay que admitir que un Romeo negro se veía algo inusual, al menos eso pensaba la chica de rosa.

El nombre "Kyle" avivó la llama del castaño de una forma precipitada -¿Una morena y un Judío? ¡Por Dios!- Dijo con cierta agresividad

-La religión no importa Cartman, son muy lindos— Dijo con ternura

-¡No, Kyle actúa asqueroso, yo lo he visto!-

—Calma, sólo bromeo.— Dijo la niña con cierto temor por la agresión de su contrario

Eric miró de un lado a otro al darse cuenta de lo celópata que se escuchaba —Me da igual.—

—Sí, claro.— Respondió Wendy con cierta picardía

Mientras tanto, a Kyle y Nicole les estaba yendo algo raro

—¿Te gusta cantar?— Preguntó la morena

—No es lo mío.—

—¿Y bailar?—

—¡Oh, no, por Dios!— Contestó Kyle con un rubor en sus mejillas

—Bueno, eres genial transmitiendo mensajes, podríamos hacer un diálogo.—

Kyle meditó y se dio cuenta que se escuchaba genial —Me apunto.—

La chica de cabellos rizados sonrió con timidez, y sin ningún tipo de sutileza tomó la mano derecha del pelirrojo. Como se le dificulta caminar un poco por obvias razones, esto causó que se cayera. —¡Lo siento!— Dijo Nicole muy apenada.

—No importa...— Dijo el pelirrojo tratando de levantarse a duras penas. La morena le ayudó con sus muletas y volvió a disculparse por si las moscas

Los días pasaron, y cada uno practicaba un poco en el gimnasio de la escuela y adquiría la ropa que le resultara conveniente para su acto, sea de lo que sea. Por supuesto, cada niño tenía su privacidad a la hora de cambiar de ropa...Supuestamente.

—...Y había una persona con cámaras en el vestidor, Directora.— Reclamó Bebe.

—¡Sí!— Dijeron las demás niñas

La Directora no supo como contestar, más que suspirar pesada y optar por la solución más sencilla. —Sí lo vuelven a ver, avisen rápidamente ¿Ok?—

Las niñas rodaron los ojos y se fueron resignadas.