Capítulo ocho

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Iba de salida cuando escuchó un chiflido proveniente de la cocina. Cuando se volteó, vio a su hermano con una taza de café con leche en una mano y una tostada con dulce de leche en la otra, que venía a su encuentro.

-¡Guau Catnip! Estás preciosa hermanita. –Dijo Gale mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

-Gale... -lo retó señuda.- Casi me matas de un infarto. Creí que eras papá. Me voy que ya llego tarde. –Se despidió mientras le daba un beso.

-Oye, así vestida no vas sola a ninguna parte ¿OK? –Sentenció apurando lo que le quedaba en su taza y dejándola vacía sobre la isla del desayuno.- No te habrá visto papá así vestida pero te vi yo que es lo mismo.

-Pero, no seas ridículo. Algunas personas trabajamos y debemos llegar a horario ¿Sabes?

-Ponte en marcha preciosa, que te llevo hasta el trabajo. –replico serio sin siquiera mirarla, usando ese mote que ella tanto odiaba. Su padre solía llamarla así cuando era pequeña y le pedía que no se metiese en "Cuestiones de adultos"; y a Katniss siempre le había parecido que la menospreciaban cuando se dirigían a ella de esa forma. Que la trataban de tonta solo por el hecho de ser mujer y joven.

Respiró profundo y en un intento de no arrancar la mañana discutiendo con una de las personas que más amaba en el mundo, le agradeció. -Gracias hermano. Parece que voy a tener que usar estos atuendos más seguidos para lograr que me lleves a la oficina y así evitar el calor del subte lleno. –Sonrió intentando aminorar su enojo. Gale era celoso, aún más que su padre y no le gustaba verla en atuendos sugerentes; por ello intentó no enojarse con él.

-Inténtalo y verás como seré tu peor pesadilla. –Le dijo Gale riendo porque no podía estar mal con ella. Además era su "pequeña" hermana y no quería que ningún idiota se aprovechase, aunque ella fuese algo provocativa vestida por la calle.

Gale condujo la mayor parte del trayecto en silencio observándola mientras podía. Su hermana vestía raro y estaba más taciturna que de costumbre mientras, sumida en sus pensamientos, miraba por la ventana sin siquiera ver a través de ella.

-Ya, lárgalo quieres ¿Qué es lo que te tiene así? –La abordó sin tapujos.

-¿Qué? –Respondió aturdida.- ¿A qué te refieres?

-A ti. Me encanta que hayas decidido vestir más acorde a tu edad y que quieras que el mundo vea lo bella que eres, pero estás rara Kat. Nunca te había importado tu aspecto por eso no usabas maquillaje, no solías salir más que con Jo, Madge y conmigo... ¡Pero ahora hasta sales de noche y vuelves al otro día!

Miró a su hermano y supo que no podía contarle nada de Peeta. Si se llegaba a enterar, Gale no solo montaría un escándalo en Mellark Industries y ella se quedaría sin trabajo, sino que molería a palos al rubio jefe de su jefe y ella no podía permitirlo. ¿No podía permitirlo? ¿Acaso Peeta no se merecía una lección? ¿Evitaba contarle a Gale para protegerlo o era que ella misma quería cobrarse el engaño? No quiso ni pensar y usó el silencio como su mejor aliado.

-¿No vas a decirme nada? –casi le rogó su hermano.

-Hemos llegado. No quiero llegar tarde. –Dijo dándole un beso antes de intentar bajarse del auto.

-Katniss Abernathy Everdeen... -Le dijo en tono de advertencia tomándola del brazo.

-Gale, te prometo que cuando sepa que es lo que demonios pasa serás el primero en enterarte; pero ahora mismo no sabría que decirte porque por ahora no pasa nada, son solo... -titubeó tratando de elegir la mejor palabra para definirlo- son solo... deseos de que pase determinada cosa. Tranquilízate que estoy bien ¿Si? –Dijo con una sonrisa que no llegaba a ser del todo sincera.

Amar después de amar (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora