Un giro inesperado

Capitulo 2

Cap. 2 (La desgracia)

El rímel y el lápiz labial se habían corrido por todo mi rostro, las lágrimas no dejaban de correr sobre mis mejillas y solo recordaba las últimas palabras de esa llamada telefónica.

"Lo siento Elisa"

Estaba destrozada. Me sentía como los personajes de mis libros, tristes y depresivos. No quería ver a nadie, mucho menos vivir. El día que se supone, fuera el más feliz de mi vida, se había arruinado por completo.

Mi madre entro a la habitación.

-Elisa-dijo algo llorosa aun

-¿Qué quieres mamá?-dije con la mirada puesta en mi vestido blanco, enganchado en mi armario.

-Mi niña tienes que comer algo.

-¿Para qué? Si no quiero vivir.

-No digas eso Elisa-

-Mira mi vestido mamá. A Carlos le hubiese gustado mucho, ¿no crees?

-Elisa mírame, ¡lo sé! Es duro, muy duro lo que acabas de pasar, pero no sigas pensando así, porque te destruirás aun más- rogó mi madre

-Y pensar q todo fue por unos billetes en su cartera.

- ¡Elisa, escúchame! Deja de pensar en eso.

-No puedo mamá, ¿Qué voy a hacer sin él?-al decir eso no aguante mis lágrimas.

-Elisa, mírame.

Yo solo continuaba observando mi vestido e imaginando la reacción de Carlos al verme caminar en el altar.

-¡Elisa Mírame!-mientras decía eso, coloco sus manos en mi rostro.

-¿Porque a mi? ¿Porque a Carlos?.

-Hay mi chiquilla, a veces no nos podemos preguntar esas cosas porque simplemente no tenemos las respuestas.

Comencé a llorar aún más fuerte y mi madre me abrazo.

Salió de la habitación y cerró la puerta detras de ella. Me pare de mi cama con dificultad y camine hacia la mesa de noche. La abrí y ahí estaba la foto de Carlos. La tomé y comencé a acariciarla y me llegaron a la mente recuerdos, malditos recuerdos.

"No puedo creer que la mujer más hermosa, divertida e inteligente, se vaya a casar conmigo mañana"

Esas fueron las últimas palabras que me dijo por teléfono, la noche antes de la Boda. La noche antes de que un tipo con gafas oscuras se acercara a su auto y lo asesinara, por un par de billetes en su bolsillo. Tome mi celular y vi las llamadas recientes, esa última llamada del sargento William que le daría un giro total a mi vida y luego estaba la de Carlos. ¿Cómo iba a recuperarme de esto? Sin Carlos no sé qué haría. Los recuerdos vuelven a mi mente y no me dejaban en paz. Recuerdo su sonrisa, sus ojos verdes, cada vez que me agarraba de la cintura y me susurraba al oído un "Te amo". Cada vez que me decía que le encantaba mi cabello rubio y mis ojos color café.

Él fue el hombre que siempre soñé y ahora me lo habían arrebatado de las manos. Con el mis pesadillas no existían, mis miedos se iban y solo había felicidad. Ahora sin el ¿qué tendría?

Me deje caer en mi cama a llorar hasta que me quede dormida.

***

Al día siguiente, el olor a café que provenía de la cocina, me despertó. Busque rápidamente mi celular con la esperanza de que todo hubiese sido una pesadilla y llame a Carlos, solo salió el buzón de voz y caí de golpe a la realidad. Comencé a llorar como lo había hecho toda la noche. Baje las escaleras y ahí estaba mi madre hablando con el sargento William.

-¡Elisa! Buenos Días cariño, el sargento William vino para hablarnos de la investigación.

-Mamá ¿cuándo comenzaremos a velar a Carlos?-pregunte con los ojos hinchados de tanto llorar e ignorando completamente sus palabras anteriores.

-Nos iremos a la funeraria en una hora, cielo.

-Iré a alistarme-diciendo esto subí las escaleras nuevamente para alistarme.

***

Llegamos a la funeraria y mi padre ya estaba ahí, él había organizado todo ya que Carlos no tenía familia, lo habían abandonado a su suerte cuando tenía cinco años. Me acerque al ataúd para verlo. Comencé a llorar muy fuerte. Mi madre se acercó y me dio un abrazo, yo solo lloraba desconsoladamente en sus hombros.