Capitulo 18

12.4K 1.1K 72
                                    

Cap. 18 (Alicia)

Eduardo se me acerco y lo último que vi fue un pañuelo tapándome la boca y luego todo se volvió oscuro.
**

Comencé a abrir mis ojos poco a poco ¿Dónde estaba? Al Lograr abrir mis ojos me percate que mis manos y piernas estaban atadas.

-¿Despertaste?-pregunto una extraña pero a la vez conocida voz.

Estaba algo oscuro, así que no podía distinguir muy bien esa figura que comenzaba a acercarse a mí.

-¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está Eduardo? ¿Qué me van a hacer? ¡Mi hija! ¿Dónde está mi hija?-preguntaba una y otra vez.

-Shhhh, tranquila preciosa-dijo mientras se arrodillaba delante de mí-¿No me recuerdas?-pregunto.

Pude distinguir su asquerosa voz y su tatuaje en su brazo izquierdo.

-¿Qué me vas a hacer? ¡Cerdo!- pregunte alzando la voz.

-¡Uhhhh! Pero que chica tan agresiva-dijo este en un tono burlón-¿Recuerdas que te dije que tu querido Carlos, tenía una deuda?

Asentí con la cabeza

-Pues es tiempo de que tu y tu niña, la paguen.

-¡NO! ¡Mi niña no!-grite desesperada-¡Hazme lo que quieras a mí, pero no a mi hija, por favor!-grite más fuerte,

-¡Shhhh! Eso no lo decido yo preciosa, yo no soy el de la venganza-dijo este-yo solo hago encargos

-Entonces ¿Quién rayos es?-pregunte asustada.

Este soltó una carcajada.

-¡Wow! Entonces el chico si sabe actuar

Luego pensé por unos segundos.

-¡Eduardo!-dije sorprendida.

El extraño hombre de tez blanca y ojos cafés comenzó a aplaudir.

-¡Bravo!-exclamó-Al fin pensaste-

Sentí como mi mundo se venía abajo ¿Eduardo? No, no podía ser cierto ¡Él me quería! O al menos eso me había dicho. No esto no es cierto.

-¡Mentira!-exclame

- ¿En serio? Vaya entonces si te logro enamorar para que estés tan ciega-dijo con una sonrisa maliciosa.

No, esto tenía que ser una pesadilla. Mi vida no podía ser tan horrible ¡NO! Me niego a pensar que eso es cierto. Eduardo es el hombre perfecto.

-¿Qué pasa muñeca? No me digas que si te enamoro-dijo soltando una carcajada-eres algo tontita.

Comencé a llorar.

-Pensé que él era diferente-dije entre lágrimas.

-Él no es malo, es solo una venganza.-dijo entre risas.

-¡Púdrete! Bastardo-grité mientras escupía sobre sus zapatos.

Este comenzó a reír.

-¡Ya basta Richard!-dijo una voz que conocía perfectamente.

-Lo siento jefe-

-¿Por qué a mí Eduardo? ¿Qué te he hecho?-dije con lágrimas en los ojos.

Este me miro por unos segundos.

-Retírate Richard-le ordeno al bastardo de tez blanca.

Este se retiró, tal y como le ordenaron.

Eduardo tomo una silla y se sentó en ella, justo al frente mío.

-No es tu culpa Elisa-comenzó a decir-Es culpa de tu querido Carlos.

Un giro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora