Material

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Tenía mucho sueño.  La noche anterior se habían desvelado  en la mansión Uchiha. Lo bueno es que no asistiría a la escuela.

—Naru. Despierta. Acompañarme a comprar material.

Se sentó, y la sábana dejo al descubierto su torso —¿Material?

—Pinturas, lienzos. Vamos a desayunar en una cafetería. Tienen deliciosos postres.

Sus ojos brillaron ante la mención de postres. Quería uno —En 10 minutos estoy listo.

—Vale. Nos vemos— Deidara abandonó la habitación de su hermano y se dirigió a la cocina —Haku-chan vas a salir. Vamos a desayunar fuera.

—Esta bien. Lo bueno es que aún no lo preparaba.

—Lo siento, Haku-chan. Es que quiero conocer más de Naruto, y creo que será una buena idea.

—Por supuesto, Dei-sama. ¿Cuándo se marchan?

— 10 minutos.

—Le avisaré a Zabuza-san.

Deidara asintió aprovecho para tomar del refrigerador dos yogurt, uno de fresas para él, y uno de manzana para Naruto. Tardarían un poco en ir a desayunar, y el yogurt los haría resistir un poco.

—Listo. En seguida los espera.

—Gracias— sonrió —Haku-chan— el pelinegro lo miró —¿Cómo van las cosas entre ustedes?

Se sonrojo —No se de que me habla.

—Oh vamos. Tienes 3 años aquí. Eres de la familia. Y he notado como lo miras...

—Él ya  tiene  una familia...

—¿De verdad?— el pelinegro asintió —Que raro. Yo sabía que vivía con madre, hermana y su sobrino.  No con una esposa o esposo.

—¿Eso es verdad?

—Papá dijo eso.

—Humm...

—Tal vez— su celular comenzó a sonar y vio que era Itachi —Nos vemos Haku-chan... Hola Ita... ¿Qué?... Ya veo, le informaré a papá. Gracias por el aviso amor.

—Dei-nii estoy listo.

—Vamos, Naruto.

Abordaron a la limusina, y Deidara llamo a su padre pero estaba apagado. Así que llamó a su abuelo, y le medio explicó la situación para que Naruto no se diera cuenta.

—¿Qué son los acosadores amarillos?— preguntó, Naruto, cuando Deidara colgó el teléfono

—Nada importaba— se acercó al chófer —Zabuza-san. Nos deja en el centro comercial. Después regrese con Haku-chan​. El abuelo le dará algunas instrucciones.

—Sí, Deidara-sama.

———

Se despidieron de Zabuza, y entraron al centro comercial. Deidara arrastró a su lindo hermano al área de arte.

Naruto observaba entusiasmado las piezas y pinturas mientras Deidara elegía el material.

Se detuvo frente a una pintura de muchos colores que te atraía. Estaba sola y llamaba la atención.

—¿Es bello, verdad?

Volteo y un joven de cabello naranja le hablaba —Sí. Es precioso.

—Se llama crudo atardecer. Este lo ha pintado Deidara Namikaze. Es un joven doncel que promete mucho en las artes. Algunas de sus pinturas se había vendido en el mercado internacional, pero no tanto como sus esculturas de arcilla.

—Ya veo...— no sabía que su hermano fuese tan reconocido.

—Naruto, vamos. Tengo mi material.

—Voy— hizo una reverencia —Gracias por l información.

Deidara esperó a su hermano, y luego caminaron hacia el área de comida.

Al llegar a la cafetería, ordenaron su desayuno.  Mientras esperaban platicaban de lo que había pasado el día anterior.

Deidara sonrió al ver a aquellas personas ocultas muy cerca de ellos y con cámaras en mano.

La MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora