La Misión

Celebración

Namikaze y Uchiha se dirigieron a celebrar a la casa Uchiha. Inclusive habían llamado a Tsunade, Jiraiya y Madara para unirse,  lo mismo con Sai y Gaara.

Cuando llegaron, un gran banquete tipo buffet los esperaba en el jardín.

Naruto se sirvió algo de comer. Noria de hambre. No había desayunado esa mañana.

—¿Hambriento?— preguntó Sasuke detrás de él.

—Sí— murmuró y probó unas de las fresas.

Una sonrisa traviesa surco sus labios.

Se sorprendió al sentir el besó, pero respondió.

—Hey, niños. Estamos en todos presentes.

— Abuela/ Tsunade-san — se separaron y se hicieron a un lado,  para que la rubia pasará.

—Estos adolescentes de ahora no respetan. Naruto. Asegura pasar por mi consultorio y para recetar unos efectivos anticonceptivos.

Naruto y Sasuke se sonrojaron. Naruto podía sentir sus orejas calientes, al igual que sus mejillas y cuello.

—Tsunade. Deja de molestarlos— Jiraiya abrazó a su esposa, y miró a los chicos —Pero tiene razón. Mejor cuidarse que un embarazo no planeado.

—Abuelo...

—Pero que les digo. Si ustedes dos están al tanto de estos temas.

Naruto no se atrevió a mirar a Sasuke y se alejó. Fue y se sentó en el bordo de la piscina.

Observó a Mikoto y su padre doncel hablar en una esquina. Madara y sus abuelos en otro,  Itachi y Deidara besándose en el rincón más apartado. Y Sasuke sirviendo una copa.

—Sai. Espera— escuchó el susurró. Giró y vió que Sai tenía sentado a su hermano pequeño sentado sobre su regazo, y le besaba el cuello.

Gaara... Su hermano era  algo distante, y en ocasiones no se veía feliz con su presencia. Pero eran hermanos e intentaba llevarse bien con él.

—Toma.

—Sasuke...— sujetó la copa que su novio le entregaba.

Se sentó al lado del rubio —Es un cóctel ligero. Apenas y tiene licor.

Dudoso, probó un sorbo —Delicioso.

—Es uno de mis favoritos. Pero no más de 5 o te embriagaras.

—Entiendo.  Gracias.

———

—Vamos, Naruto— Deidara jaló al rubio a la improvisada pista de baile.

—Dei-nii yo no se bailar.

Sonrió complacido —Hoy saldrás sabiendo bailar.

Sasuke observaba a su novio, estaba intentando seguir los pasos de Deidara Namikaze.

—Es extraño que Naru-chan no sepa bailar.

—Umino-san me dijo que Naruto era muy tímido. No hablaba con nadie en Alemania. Solo su familia.

—¿Por qué?— frunció el ceño.

—Acoso escolar— sacó su teléfono y le enseñó la foto que el castaño le había enseñado.

—Es tan lindo— dijo Itachi. En la foto se podía observar a un rubio regordete, sus mejillas sonrojada y un brillo especial la ver un pastel

—¿Verdad?— sonrió. Naruto se miraba tan tierno con esos kilos de más —. Umino-san dice que después de la muerte de su madre dejó de comer,  tenía que obligarlo a comer.   Y en 5 meses termino así.

—Sí que bajo de peso.

—Sí— sonrió y vio a Naruto mover sus caderas como Deidara. Había notado que Naruto aprendía cualquier cosa que mirara o leyera.

—¿Te gusta hermanito?

—Por supuesto. De no ser así no sería mi novio.

—Cierto.

Observaron a sus novios. Deidara tenía tomado de la mano a Naruto y le mostraba a mover sus caderas... Mala idea para ambos.