Reconciliación

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—¡No me digas Gaa-chan!

Sonrió —Ehhh pero Sai-kun si te puede decir Gaa-chan.

El pobre pelirrojo se sonrojo tanto que el color de su cara competía con su cabello.

Naruto rió a carcajadas, y algunas lágrimas se escaparon de sus ojos, las limpió y miró a Deidara —Si tienen un problema conmigo, díganmelo, no me ignoren... Se sintió horrible.

Deidara abrazó a Naruto —Lo siento... Solo estaba celoso.

Naruto se abrazó fuertemente a Deidara. Y pronto Gaara se les unió.

Minato rió y abrazo a sus hijos —Hablen con nosotros antes de hacer algo tan grande. Lo solucionaremos como familia.

—Ahora vayamos a dormir. Mañana tendremos un largo día.

—Ok.

Iruka miró al rubio sonreír y dejarse abrazar por sus padres. Naruto es feliz Kushina. Contigo era feliz pero ahora lo es más.

—Buena noche.

—Buena noche.

Se despidieron todos y fueron a sus respectivas habitaciones.

—————

Después de ducharse Naruto fue arrastrado por Gaara y Deidara a la habitación del mayor.

—¿Qué pasa?

—Haremos una pijamada.

Fue cuando notó todo lo que estaba en el centro de mesa  del rubio mayor. Su estómago gruño al ver el delicioso wafle.

—Haku lo hizo para tí.

—Gracias— tomó el wafle y comenzó a comer lentamente mientras escuchaba a sus hermanos.

A los pocos minutos, la puerta fue tocada, y se abrió.

—¿Llegué a tiempo?— se asomó el castaño.

—Claro, Umino-san, pase.

Cerró la puerta y se sentó donde Gaara le señaló.

—Hoy haremos una pijamada de donceles— Deidara sonrió —. Quiero escuchar todos los detalles.

—¿Detalles sobre que?— preguntó Naruto.

—Sus noviazgos, por supuesto— los ojos azules miraron fijamente a los cafés —Comencemos con Umino-san,  ya que es el mayor.

Iruka se removió incómodo.

—Nunca le he visto novio a Iruka— dijo Naruto y se metió otro bocado de wafle a la boca.

—¿Nunca ha tenido novio?— preguntó un curioso Gaara. Pues el castaño le era  un doncel atractivo. De seguro tenía muchos pretendientes.

—No.

—¿Sexo libre?— preguntó Deidara.

Iruka se avergonzo y negó.

—Así que virgen.

Asintio y miró a otro lado.  Era el mayor de todos ellos y seguí siendo vírgen; no tenía novio y tampoco pretendientes.

—Gaara también es vírgen— dijo Deidara y luego sonrió —. Pero conociendo a Sai, dejará de serlo pronto.

—¡Deidara!— le golpeó con la almohada.

El rubio rió como desquiciado mientras evitaba ser golpeado con la almohada.

—Ya...— Deidara dejó reír y—¿Y tú, Naruto?

Tosió el jugo —¿Qué?

—Sasuke y tú, ¿ya tuvieron sexo?

—No— respondió de forma tajante.

—¿Se han tocado?

Naruto se avergonzo; recordó lo que había hecho en baño de la universidad...

Deidara, Gaara e Iruka sonrieron — Dinos.

—Nos escondíamos de las seguidoras de Sasuke. Terminamos en el armario del deportivo... Y bueno, una cosa llevó a la otra—  susurró avergonzado.

— Lo conozco muy bien— dijo, Deidara, guiñándole un ojo —. Itachi y yo luego nos escondemos allí.

—Umino-san.

Sonrió al doncel más joven—Dime Iruka, Gaara-kun.

—Iruka-san ¿No tiene pretendientes o alguien que le guste?

—Pues... Hay alguien.

—¿Quién?— preguntaron entusiasmados

—Se llama Kakashi Hakate. Trabaja para la universidad donde asisten— se sonrojo —. A veces va a visitarme a la cafetería donde trabajo por las tardes... Me saluda y todo. En ocasiones me espera a la salida. Pero no ha dicho nada.

Deidara sonrió —Ese tal Kakashi te gusta.

Se avergonzo y desvío la mirada  —No me es indiferente. Es  muy atractivo. Aunque ese cubre boca es todo un misterio.

Naruto y Deidara se miraron. Una idea surco su mente.

La MisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora