Ahí estaba yo, tratando de convencer a Valentina de que no trajera más charlatanes que solo querían robar su dinero en busca de un fantasma. Era tan patético ver como fingían conectarse conmigo.
Mis intentos de convencerla eran inexistentes claro, más bien era como hablar solo y que ella siguiera con el ceño fruncido buscado más locos en esa internet.
Estaba en medio de un monólogo con ella, cuando el timbre sonó espantándonos a ambos. Irónico que un espectro se asustara.
"Debe ser él, debe ser él." Susurró mientras se dirigía a la puerta, caminando como muy entusiasmada.
Todas sus emociones se entremezclaron en su rostro cuando abrió la puerta.
"Hola!" El visitante soltó con tono nervioso. Me acerqué más casi detrás del hombro de Valentina y me di cuenta que era un rostro familiar.
"Hola?" Respondió ella confundida. "En que te puedo ayudar?"
"Ah, bueno, soy Alan, tu vecino!"
Ella lo siguió mirando sin entender. Esta no era la visita que ella esperaba y ya se porque su rostro me era familiar, siempre vivía mirando hacia mi casa. Lo miré con hostilidad incluso si él no la percibía.
"El punto es que creo que esta correspondencia es tuya. Creo que se ha equivocado el cartero." dijo pasando una mano nerviosa por la parte de atrás su cabeza y con la otra dandole la correspondencia.
"Oh, gracias." Ella las tomó amablemente y sonrió.
Ya quería que se fuera.
"Que frío ha estado últimamente!"
Me toqué la frente. En serio? Le iba a hablar del clima a Valentina. Rodé mis ojos.
"Si. hmm, quieres pasar?"
QUE?!
"Yo? si por supuesto!" dijo como que demasiado contento.
"Estaba a punto de hacer café."
Fue a la cocina y el la acompañó. Sentía que algo se tenía ella entre manos. Si algo se en lo poco que hemos estado "juntos" es que no tenía un pelo de tonta, que odiaba las charlas cortas y era cabezona!
"Tu casa está bien bonita."
MI casa!
"Gracias"
Valentina empezó a preparar el café frente al lavado de la cocina y mirando hacia la ventana. Mi parte favorita del día era cuando ella cocinaba o lavaba los platos y empezaba a tararear o cantar a todo pulmón sus canciones favoritas, yo me paraba cruzado de brazos en el marco de la puerta justo detrás de ella. Observándola en todo su esplendor.
"Sabes, nunca me había atrevido a visitarte o tocar tu puerta antes." dijo el intruso en tono de confesión.
"Ah si ? y eso por qué?" preguntó ella mientras se giraba y le pasaba el café.
"Bueno es que no se si tu novio es celoso y eso."
Ella sonrío con cara conocedora, seguro pensó que era un truco para que le revelara si estaba soltera o no.
"No, no tengo novio."
El la miró curioso.
"Entonces quien es el chico que siempre veo sonriendo detrás de ti cuando estas en la cocina?"
Un estruendo rompió el silencio, era la taza de Valentina que había resbalando de su mano. Estaba pálida y temblaba de horrores.
"Disculpa no quería asustarte, no soy un acosador ni nada por el estilo, es que tu ventana da justo a la mía y pues no se puede evitar. Entiendes?" Dijo mientras recogía la taza hecha añicos.

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El espectro.
ParanormalNo dormía, literalmente no lo hacía debido a mi condición. No había remedio para esto, o al menos uno que yo supiera. Era una enfermedad sin cura. Una enfermedad sin cura hasta que ella llegó³, otra vez, revolviendo todo a su paso, de repente ya...