Sueños o recuerdos?

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Metí todas mis cosas en el baúl de mi auto y me senté en el lado del conductor, tiré de la puerta con todo mi enojo y me dispuse a marcharme por unos días de esa casa, que ya por lo visto ni podia llamar mía, porque era mas de el que de mi propiedad.

Decidí irme por unos días a la cabaña de un pariente de mi mejor amiga- por no decir unica amiga- Jaquee, a las afueras de la ciudad, era una zona boscosa y solitria, y era justo lo que neceistaba: un poco de paz.

Miré mi teléfono que sonaba descontrolado en el asiento del pasajero y me aventuré a tomar la llamada.

"Qué pasa Jaquee?" contesté como que muy alterada.

"Uy, querida, no soy el fantasma ese, puedes calmarte!"

Suspiré " Lo se, Jaquee, discúlpame. Siento que perderé los cabellos del estrés."

"Lo se Val, solo quería asegurarme que todo iba bien."

"Sí, todo genial hasta ahora, voy llegando a la zona donde debo aparcar. Te llamaré cuando esté instalada."

"Perfecto, cualquier cosa sabes que me puedes llamar o si necesitas ayuda con algo, puedes llamar a mi primo David que vive muy cerca de ahí, ok?"

"ok, voy a colgar, bye!" no esperé a que dijera adiós y colgué. No quería hablar con nadie, incluso con Jaquee. Me advirtió desde el principio que algo andaba mal con mi casa y no quise hacerle caso y ahora me siento como una completa idiota.

He sido sacada de mi casa, la casa que habia empezado a adorar, por un ser no existente, que no había visto y que si alguien me lo contara no le creería, pero me había pasado a mi, a una escéptica como yo.

Cuando lo sentí por primera vez creí que estaba volviendome loca o que había tomado mucha cafeina y ya estaba alucinando.

Empecé sintiendo sus pasos detrás de mi, esas extrañas corrientes de aire y ese suave y casi sublime toque en mi piel, eso era lo peor, me ponia enferma, no había forma de describir aquello, entre escalofríos y electroshock, solo de pensarlo me sobresaltó.

*******

Para el momento en que llegué a la cabaña estaba tan cansada que no lo pense dos veces, me tiré sobre mi estomago en la primera cama que encontre, con todo y ropa y sin duchar: terrible, lo se.

*****

"Tómalos, no te los voy a cobrar con otras cosas."

"No te creo."

"Por que no?"

"Porque eres hombre."

"Auch, eso dolió." el se rió y su sonrisa fue la cosa mas bella que habia visto.

"Te llevaras los libros si o no?" Preguntó con tono cansado el cajero de la librería.

"No, por supuesto que no!" tomé el libro que había pagado y me dirigí a la puerta.

Algunos pasos después alguien me tomó del brazo y me giró para enfrentarlo.

"Si no me dejas comprarte los libros, al menos dejame invitarte un cafe."

Miré al insistente hombre a los ojos, que eran como ver un pedazo del universo en la tierra y resistí la urgencia de seder tan rápido, me ofrecía libros, café, oh café! y además era hermoso, no una belleza convencional, era algo poco común pero sublime.

"Ok, solo porque no podría resistirme a un café y yo lo pago!"

El volvio a sonreir y no quise que parara jamás.

******

Me desperté jadeando, me faltaba el aire, realmente me hacia falta.

No tenía la menor idea de lo que había soñado pero se sentía tan real como que estaba sentada jadeando y sudando en una cama de una cabana vieja.

Tomé agua y me puse a pasear por toda la sala, era pequeña pero necesitaba calmar mis sentidos, los cuales me decían, mas bien me gritaban que esta noche no iba a dormir.

El espectro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora