David no me hizo pregunta alguna, ni me miró desconcertado cuando le dije que necesitaba volver con urgencia a la ciudad. No quise decirle si volvería el mismo día porque ni yo lo sabía.
Mientras iba conduciendo pensé en llamar a Agatha a ver si podía colectar más información, pero eso la pondría en alerta y entonces ya mi plan de emboscarla no funcionaría.
Iba tan distraída que casi causo un accidente. Traté de prestar más atención al camino para así dejar de pensar en Agatha y Aspen. Específicamente en Aspen. Los sueños hacían que cada vez que pensara en él me diera un vuelco el estómago.
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Cuando llegué a la casa, lo primero que noté es una van aparcada en la entrada. Definitivamente ella estaba aquí!
No bien apagué el motor del carro y salí disparada.
Cuidadosamente abrí la puerta principal con mis llaves. El suelo de madera de la entrada solía rechinar si no sabías donde pisar, así que con cuidado puse mis pies en los lugares correctos y cerré la puerta detrás de mi.
Iba en camino a la sala, cuando escuché voces en una de las habitaciones, así que me dirigí ahí con todo el cuidado posible. Quería agarrarla con las manos en la masa, sea lo que sea que estuviera haciendo.
"No está respirando Arthur! Haz algo!"
Oí la voz agitada de Agatha. Le hablaba a alguien más, evidentemente. Había más de una persona aquí. Me asusté aún más al escuchar un sonido extraño, no extraño, mas bien raro escucharlo en una casa. Sonaba a un lector de signos vitales, y ese tipo de cosas solo la oyes en hospitales. Me deslicé despacio hasta la puerta de la habitación de donde provenía el sonido y la voz de Agatha.
"Se está estabilizando. Solo hay que ver si funcionará."
Dijo una voz masculina.
La puerta estaba entre abierta, pero solo podía ver a Agatha, que estaba como si tuviera los nervios de punta.
Otra voz masculina habló, "Qué te hace pensar que no funcionará?"
Cuantos eran?
"Tú has tu trabajo que yo me ocupo del mío." Replicó la primera voz masculina.
Quería escuchar más pero la curiosidad estaba instándome a entrar ya. Y eso fue lo que hice luego. Empujé la puerta asustando el alma fuera de sus cuerpos. Frente a mí estaban tres personas, entre ellas, Agatha, junto a dos hombres. Todos me miraban perplejos, y yo les devolví la mirada, aunque lo que vi a continuación me dejó con las piernas flojas. Detrás de estos tres personajes, estaba el aparato de donde provenía el sonido y a su lado, como inconsciente, en la cama había otro hombre. Su apariencia era de lo más desagradable: tenía una barba de meses y el pelo, que imagino era castaño, estaba desordenado y sucio, su ropa estaba toda gastada y rasgada. Lo miré abobada por unos minutos porque a pesar que no tenía la menor idea de quien era, verlo me provocaba una sensación de ansiedad.
Nadie se atrevió a hablar, ni siquiera Agatha que me miraba como si fuera algún tipo de unicornio u holograma.
"Qué diantres está pasando aquí Agatha?!"
Traté de mantener mi voz en un tono razonable, fallando miserablemente.
"Ay, querida! No pensé que llegarías tan pronto!"
"Voy a llamar a la policía!"
"No!" Me sostuvo la mano con la que había decidido sacar mí teléfono celular del bolsillo trasero de mis pantalones .
"Suéltame!" Me deshice de su agarré y empecé a marcar cuando el tipo desaliñado de la cama hizo un sonido como si intentara hablar.
Los dos hombres que estaban parados alrededor de él, saltaron de inmediato. Uno empezó a verificar sus signos vitales y el otro tomó su mano y cerró los ojos. No tenía la menor idea de lo que estaba pasando, pero todo lucía tan bizarro.
"Dime qué está pasando?" Dije cuando pude quitar mis ojos del hombre en la cama.
"Primero tienes que calmarte, si?"
Agatha volvió a tomarme la mano.
"No me toques!"
"Valentina..."
Mi corazón dio un vuelco cuando escuché la voz rasposa del hombre en la cama. Por unos segundos no supe que hacer, pero como si fuera arrastrada por un imán me dirigí hacia él y cuando me vi tan cerca quise retroceder, pero era muy tarde, ya nos estábamos mirando a los ojos. Los pelos de la nuca se me erizaron y casi se me olvido respirar.
"Cómo, cómo es posible?" Pregunté a nadie en especifico.
"Quería advertirte que estaba planeando esto pero..."
La interrumpí, "Cómo es esto posible?!"
Nadie dijo nada.
"Me tengo que ir." Dije con voz temblorosa.
"Valentina"
Susurró ese hombre en la cama, ese hombre que por una alguna razón extraña me acordaba a alguien que no conozco en esta vida. Este hombre era Aspen. Estaba muy claro. Cómo lo sabía? Ni yo misma podría explicarlo. Pero ahí estaba, mirándome, con esa mirada que conocía tan bien, o según en mis sueños recordaba tan bien.
"Arthur, cómo están sus signos vitales?" Dijo Agatha de pronto.
"Todo bien." Respondió el hombre que al parecer se llamaba Arthur.
"Bien, entonces, dejemos que estén solos."
Y sin esperar por mi objeción, todos salieron de la habitación y nos dejaron solos.
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El espectro.
ParanormalNo dormía, literalmente no lo hacía debido a mi condición. No había remedio para esto, o al menos uno que yo supiera. Era una enfermedad sin cura. Una enfermedad sin cura hasta que ella llegó³, otra vez, revolviendo todo a su paso, de repente ya...