17. Traidor

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-Es imposible pasar.- dijo Hermione alterada después de haber intentado varias veces pasar las ramas del Sauce Boxeador.

-Tiene que haber otra manera.- dije observando detalladamente el árbol.

-Arggg- gritó Harry nuevamente cayendo al suelo después de ser golpeado por las ramas.

-Vamos los tres al mismo tiempo.-sugerí.

Eso hicimos. Empezamos a correr hacia el hoyo, saltando y esquivando lo más que pudiéramos las enormes ramas. Después de severos saltos y cantasos ya nos estábamos acercando al tronco, ósea al hoyo. Un golpe me hizo caer fuertemente sobre unas raíces y de la nada el Sauce Boxeador dejó de moverse.

-¿Cómo hiciste eso?- preguntó Harry acercándose a mi y ayudándome a levantarme.

-No tengo idea.- dije mirando las raíces en donde había caído.

En las raíces había un tipo de botón, un botón echo por las mismas raíces.

-Esto hace que el árbol se detenga.- anuncié a Hermione y a Harry apuntando hacia el  botón.

-Genial.- exclamó Harry.

Hermione no lo pensó dos veces y se adentró por donde el perro se había llevado arrastrado a Ronald. Harry y yo la seguimos. Era un túnel, bastante pequeño.

-¿Harry este túnel estaba en el mapa del merodeador?- pregunté mientras aún seguíamos caminando lo más rápido que el túnel nos permitía.-¿A dónde nos lleva?

-Si estaba, pero Fred y George me dijeron que nunca habían pasado por aquí.

Al lograr pasar por el pequeño y oscuro túnel entramos a una especie de habitación abandonada, habíamos entrado a una casa.

-¿Dónde estamos?- preguntó Harry.

-Creo que es la Casa de los Gritos.- respondió Hermione con un susurro.

Sin pensarlo dos veces agarré el brazo de Harry y me quedé así todo el camino subiendo las escaleras por aquel terrible lugar. Se dice que está casa está llena de fantasmas, ya que antes se escuchaban gritos y ruidos.

Escuchamos un gemido de Ronald en lo más alto de la casa, así que comenzamos a correr, pero aún yo no me soltaba de Harry. Harry, Hermione y yo nos preparamos con nuestras varitas antes de entrar a la habitación donde se escuchaban los quejidos de Ron.

Harry pateo la puerta fuertemente y entramos. Ron se encontraba en una cama, con una mano agregándose la pierna con una expresión de dolor en su rostro, mientras que en la otra agarraba fuertemente a Scabbers, el cual aún se retorcía y movía queriéndose soltar del agarre.

Ron se sorprendió al vernos allí, pero aún su expresión de pánico se encontraba.

-¡Chicos, es un animago!- gritó Ron apuntando a nuestras espaldas.

Harry, Hermione y yo nos giramos para ver a que se refería Ron.

Sentí un horrible escalofrío al ver a quien se refería. Y el grito que quería soltar se quedó estancado en mi garganta.

Mi varita apuntó temblando hacia el temible hombre que se encontraba frente a nosotros, el cual tenía una terrible sonrisa torcida.

Sirius Black. Allí estaba. El hombre que había burlado a los terribles guardias de Azkaban. El hombre que incluso los muggles intentaron encontrar por casi un año. El culpable de la muerte de los padres de Harry. Y quien ha estado buscando a mi chico para matarlo.

Igual que afuera cuando apareció el enorme perro negro, me puse frente a Harry de forma protectiva.

-Si va a matar a Harry, mátenos a todos.- dijo Hermione también parándose frente a Harry.

Tercer Curso (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora