Bosque

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Un. Dos.

Un. Dos.

Un. Dos. Tres.

Un. Dos.

Un. Dos. Tres.

Un. Dos.

Tres.

Corre.

Un. Dos. Tres.

Tres.

Dos.

Uno.

Sonreí.

Nada malo le va a pasar.

Me senté en el frío suelo del casi otoño del bosque. Mediados de octubre. Un buen día oscuro, a la luz de la luna sentado en tierra, lo que éramos;

Tierra.

Escuchaba la música de fondo, tan ruidosa y estresante como lo eran los adolescentes.

La pastilla. Lena. Qué. Nada. La hora. Pastilla. Esquizofrenia. No. Lena. Buena. Yo.

Shhh.

Saldría bien. Tenía que confiar en que saldría bien. Bien. Ella tenía que ser mía de nuevo. Lucas.

Estúpido.

Cogí una hoja verde para entretenerme, con los dedos hice dibujos mientras la despedazaba poco a poco, ella no sufría, yo tampoco. Lena sí. Por su culpa.

Escuché su voz, en un desesperado intento de tenerla, pero a lo mejor si era ella.

Me levanté poco a poco del suelo, con la ropa pesada que llevaba, para nada mi estilo, y con el cabello echado hacia atrás, con mi mechón detrás de la oreja izquierda. En estas ocasiones llevaba la máscara, una negra que tapaba parte de mi cara, menos la boca y la nariz.

Ella lo quería así. Si se enteraba que era yo... En el fondo lo sabía, en el fondo me quería.

—Lena. —La llamé con esa voz cambiada.

La morena frunció el ceño, desde mi perspectiva yo la podía ver a ella, pero ella no me podía ver a mí. La perfección.

—Lena. —Volví a susurrar. Esta vez se giró por completo y observó quién la llamaba, sin resultados obviamente. Por un momento miró a donde estaban todos los adolescentes hormonados, bailando al ritmo de la música electrónica que sonaba, demasiado pegados los unos a los otros. Ella vió algo que no le gustaba allí.

—Ven. —Volví a susurrar, mi voz era algo misteriosa, como siempre hacía en estos momentos, pero no terrorífica, ella era demasiado miedica.

—Lucas está aquí.

Esa era la frase adecuada. Odiaba tener que reconocerlo pero parecía ser su punto débil, cualquier cosa que le relacionaba con él, ella hacia lo que fuese, incluso morir. Un punto a favor mío, dos puntos en desventaja mío.

La veía asustada, con el vaso en la mano como si le protegiese de algo, y sus ojos en todas partes del bosque, menos en donde yo me encontraba.

-¿Hola? -Habló sin obtener respuesta, y ella lo sabía. El silencio era ensordecedor, a ella le daba miedo, por eso hablaba, yo lo sabía, la conocía mejor que nadie. El silencio era ensordecedor.

-Lena. -Dije con una voz cantarina, después de unos minutos de torturarla con ese silencio. -Lena Lena Lena, te estaba buscando. -Seguí diciendo su nombre, acercándome a ella. -Hacía mucho que no te veía. -Alargué las últimas sílabas de cada palabra. -Por fin nos encontramos de nuevo.

Y le besé.

Su mirada se clavó en mis ojos oscuros pero claros.

-¿Qué? -Susurró cerca de mis labios. -¿Qué haces? -Vi su cara de asombro, hacia tiempo que ella y yo no nos encontrábamos de esa manera, y más ella, que no sabía quien era yo, no entendía el beso.

Pobre Lena, siempre tan inocente. Siempre tan estúpida.

-Hola cariño.

-¿Qué haces aquí? -Gritó intentando separarse de mí, pero yo la tenía agarrada de su brazo izquierdo.

-Shhh no grites. -Puse un dedo en sus labios para hacerla callar, pareció entender la indirecta. -No quieres que te pillen hablando sola ¿Verdad bebé? -Ella negó lentamente la cabeza y me miró a los ojos, esos que casi no se veían a través de la máscara.

-¿Por qué me haces esto? -Dijo cerca mío, escupiéndome las palabras que decía. Se le notaba el odio que me tenía, tanto, que me quería.

-Yo no te hago nada cariño. -Dije cerca de su oído, haciendo que un escalofrío pasara por su cuerpo. -Está todo en tu mente. -La vi tragar saliva y me miró.

-No no no no. -Dijo cada palabra con un tono cada vez más alto. -No no no. Esto no puede estar pasando, no otra vez. -Gritó cogiéndose la cabeza con ambas manos. -¡Yo no estoy loca!

Vi en sus ojos desesperación, miedo, decepción, pero sobretodo, odio. ¿A quién?

Sonreí.

-Lo siento cariño. -Me acerqué a ella y situé mis labios cerca de los suyos. -Siento que tu esquizofrenia no te deje pensar. -Los moví mientras hablaba justo encima de los suyos, ella no se apartaba, tampoco podía.

Y me besó.

Sonreí.

Al final todo había salido bien.

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Hola jsjs

Siento no haber subido capítulo antes :( sorry

Gracias por todo ya lo sabéis, y si tenéis alguna historia de misterio o de lo que sea que queráis que lea, decídmelo por privado :) tengo ganas de descubrir novelas nuevas.

--Wxnder xX

Senseless #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora