Capítulo 7

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— Por Dios ¡esto no puede estar pasando! —me decía a mi misma

Las personas se acercaban alrededor para ver lo que estaba pasando, pude ver como los chicos venían hacia nosotros mientras yo intentaba reanimarlo.

—¡Esto no esta funcionando! —me grite internamente mientras mis lágrimas caían

Tome su cara y la puse hacia atrás, levante su mentón, con una mano tape su nariz y con la otra sostuve su mentón y abrí su boca, llene de aire mis pulmones y selle mis labios con los suyos, mientras soplaba en su boca pude ver como se inflaba su pecho, seguí con la respiración de boca a boca hasta que vi como empezó a toser y a reaccionar, en ese momento me volvió el alma al cuerpo.

Lo tomé y ayude a que se sentara para poder recuperarse, las personas se alejaban al ver que él ya estaba bien pero los chicos como era de esperarse se quedaron mirando a Alejandro con cara de preocupación. Un minuto paso hasta que Alejandro habló.

—Esa estuvo cerca —dijo con media sonrisa 

—¿Es todo lo que vas a decir? —pregunté alterada

—Algo más, gracias Tamara te debo una pizza— dijo poniéndose de pie y dándome la mano para que yo lo hiciera

—No quiero nada, eres un irresponsable casi mueres hoy —dije tomando su mano y poniéndome de pie 

Estaba a punto de hablar cuando Andrés lo interrumpió 

—¿Estás bien?.

—Si, no te preocupes—dijo Alejandro quitándole importancia a su pregunta 

—Creo que deberíamos irnos —hablo Gabriel otro de los chicos presente 

—Si, eso será lo mejor—dije sintiendo todavía el nerviosismo por mi cuerpo 

—No sean exagerados, ya estoy bien— dijo Alejandro 

—¡Nos vamos de aquí ahora!—dije  firmemente 

—Creo que deberíamos hacerle caso a Tamara —habló de nuevo Gabriel 

— Agh de acuerdo— dijo  Alejandro dándose por vencido, estaba segura de que tambien quería irse pude ver el cansancio en su cara.

—La próxima vez te llevaremos  la piscina para niños —Dijo Gabriel alejándose junto a los demás chicos 

—Espera, buscaré mis cosas— le dije a Alejandro poniéndome en marcha

Tome mi bolso de playa el cual no estaba muy lejos, entre a un vestidor de los que estaban cerca  me puse un short con un suéter rosado y tome mi pelo en una cola, salí del vestidor y encontré a Alejandro en la puerta.

—¿Estabas espiando pervertido?— le pregunté con furia  de inmediato

—Estaba esperándote mal pensada— dijo caminando delante de mí en dirección hacia donde habíamos dejado el auto 

—¿Puedes conducir?— le pregunté sabiendo que estaba agotado y no quería que tuviéramos un accidente

—Si puedo no te preocupes, de todas formas aunque no lo pudiera hacer jamás te dejaría conducir a Alejandra— dijo tomando el asiento del piloto

—¿Es broma verdad? ¿El auto tiene nombre? 

—Y apellido tambien, ahora sube amenos que te quieras quedar— Dijo alzando los hombros

—No, no me pienso quedar —dije rodando los ojos y subiendo al auto 

—Así que ¿te preocupas por mí?— dijo mirándome de reojo y arrancando el auto 

La lista de Tamara WilsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora